Aquaman

Peter David es hoy en día un escritor veterano, conocido por todos los lectores de superhéroes, ya sea que tengan preferencia por Marvel o por DC. Era muy joven y bastante principiante cuando comenzó a escribir «The Incredible Hulk» (un personaje que ningún otro escritor se animaba a abordar en ese momento) a fines de los ´80, donde tuvo una etapa muy larga que se extendió durante poco más de diez años.

En el transcurso de su estadía en el título del gigante verde de Marvel, el buen David también trabajó en varias series DC, entre ellas, y la que recuerdo con más cariño, la serie de Aquaman.

Aquaman, al igual que en su momento ocurriera también con Hulk, antes de que Peter David llegara a su serie, era un personaje al que pocos se animaban a escribir. Eso ha llevado a lo largo de los años, a que podamos disfrutar de buenos runs, escritos por guionistas con buenas ideas, y muchas ganas de hacer algo creativo e interesante, ya que es la única forma de escribir a un personaje que desde el vamos presenta varios problemas que lo separan mucho de los clichés y convenciones de los superhéroes.

En principio, Aquaman, al igual que otros héroes, se presenta como un hombre de dos mundos, el de los humanos o «de la superficie», y el atlanteano. Mientras que para otros héroes (John Carter, Flash Gordon, Superman, Adam Strange, etc) el ser un héroe de dos mundos ha significado tener alternativamente aventuras en la Tierra, y en el espacio, en el caso de Aquaman, su segundo (o más bien el primero) hogar fue el continente hundido de Atlantis, que se presenta como una enorme ciudad fantástica a varios kilómetos de profundidad, bien al fondo del mar, con lo cual su «reino» (literal y figurativamente, en el caso de nuestro héroe), se extendería a todos los mares del planeta.

Eso presentó una dificultad particular a los escritores a lo largo de los años: ¿cómo lograr que un personaje ambientado en un mundo aún más extraño y exótico que el mismo cosmos, pudiera engancharnos con sus historias y problemas? A lo largo de los años, y a medida que fueron pasando las distintas versiones del personaje que ahora nos ocupa, alternativamente se le ha dado a Aquaman un enfoque orientado a la ciencia ficción, y en otras ocasiones, hacia la fantasía.

Si bien, la primera incursión de Peter David en el Atlantis de DC (no tanto así, en Aquaman mismo), sería en la clásica «The Atlantis Chronicles», que realizara junto al legendario artista español Esteban Maroto, comenzaría a desarrollar seriamente a Aquaman, ya entrados en los ´90, primero en la miniserie «Time and Tide», y luego, ya metiéndonos dentro de la razón de esta nota, en la serie que contribuyó como ninguna otra a repopularizar a Aquaman en la década en la que se centra esta sección.

En la nueva serie, lanzada a mediados de 1994, (justo antes de Zero Hour, el buen Peter David se encarga de poner patas arriba todo el mundo de Aquaman, echando mano de ciertas cosas yaestablecidas por él en las miniseries previamente mencionadas («The Atlantis Chronicles» y «Time and Tide»), y comienza a reconstruir todo su mundo y mitología.

El nuevo Aquaman (en realidad, el mismo de siempre, pero reinterpretado y modernizado), es mucho más recio, serio y con pocas pulgas, pero sin dejar de ser un hombre justo y de altos ideales. Este es un Aquaman que al comienzode esta serie tenía una actitud más solitaria y con una psicología más atormentada a como estábamos acostumbrados a verlo. Muy lejos de la imagen de optimista hasta la estupidez que nos mostraron durante tanto tiempo en los Super Friends de Hanna-Barbera.

Arthur vive torturado por la muerte de su hijo, por la cual lo culpa Mera, su ahora ex-esposa, y que fue la causa del deterioro de todas sus relaciones personales. También Garth, su antiguo sidekick, ahora ya adulto, desconfía de él, y ya no lo admira como en otros tiempos. Quizás la única relación que aún se sostiene, aunque también se encuentra resentida por el punto de quiebre que significó la muerte de su hijo para el protagonista, sea la amistad que aún mantiene con su antiguo consejero real, el fiel Vulko.

En este contexto, encontramos a Arthur, ex-héroe, ex-esposo, ex-mentor, ex-monarca… Sus días de gloria quedaron atrás, y cuando parece que las cosas ya no pueden ir peor, la pérdida de su mano, en un enfrentamiento que casi le cuesta la vida, será el puntapié inicial para que Arthur, con la ayuda de la reintroducida Dolphin (personaje que antiguamente formara parte de los «Forgotten Heroes», junto a Animal Man, Atomic Knight, y otros), retome las riendas de su vida, y comience un camino de redención y recuperación de todo lo perdido.

David entonces se toma su tiempo para hacer precisamente eso, reconstruir a Arthur y su elenco de secundarios, remendar relaciones antiguas, crear nuevas, introducir personajes nuevos, expandir la geografía de Atlantis, haciéndolo aún más vasto y extenso, y sobre todo, para lograr que Aquaman tuviera un desarrollo en su personalidad y motivaciones, mucho mayores que los que había tenido en años. Todo esto, sin dejar de lado la aventura y las peleas con villanos, elemento necesario de todo comic de superhéroes, siempre desarrollado en su justa medida, coordinando la aventura y el desarrollo de personajes de forma natural y orgánica.

David estuvo además, acompañado por (principalmente) dos artistas de estilos marcadamente opuestos, pero que cada uno desde su ángulo, lograron darle un aspecto visual muy atractivo a la serie. Martin Egeland, con un dibujo marcadamente caricaturesco y voluminoso, de figuras redondeadas y macizas, contrastaba fuertemente con el estilo del otro dibujante, Jim Calafiore, más anguloso y con mayor énfasis en las fuertes sombras que aplicaba a las figuras, dándole al comic una atmósfera mucho más oscura que lo que podía lograr Egeland.

Uno de los aspectos más recordados, es el radical cambio de look de Aquaman durante esta serie. Tras la pérdida de su mano, desde el comienzo el personaje decide adoptar un nuevo aspecto que refleja su cambio de actitud frente a la vida, más agresivo, menos ceremonioso, y hasta un poco impredecible. El bizarrísimo arnés metálico, acompañado de los nuevos leggins verde/metálicos, a la par de su cabello largo y barba, le daban un aire de pirata, que se acentuó aún más cuando decidió usar un arpón en el lugar de mano perdida.

Perter David se mantiene al frente de la serie hasta el número 46, para pasar a ser reemplazado por Erik Larsen. En el tiempo que estuvo, logró crear una versión de Aquaman que sigue siendo influyente hasta nuestros días. Basta ver al Aquaman de «Justice League Unlimited», o los episodios de «Brightest Day» en los que el entonces recientemente resucitado Arthur pierde la mano, o la versión malvada de Aquaman de «Forever Evil», e incluso a la caracterización del Aquaman próximante interpretado Jason Momoa en las imágenes publicitarias de la película de «Justice League», para convencerse de lo importante que sigue siendo esta versión.