Quizás uno de los sellos editoriales más interesantes de los ´90 haya sido Legend, de Dark Horse Comics. Legend fue lanzado a mediados de los ´90, en parte como respuesta a la movida de Image, y sirvió de vehículo para las obras de autor publicadas por la editorial. A través de la misma se vieron obras de Frank Miller (Martha Washington Goes to War, Sin City), John Byrne (Next Men, 2112), Paul Chadwick (Concrete), Arthur Adams (Monkeyman and O’Brien), aunque quizás la más exitosa en cuanto a permanencia y duración, sea la obra creada por Mike Mignola: Hellboy.
Hellboy está protagonizada por un demonio alto, de piel roja, con cola, y que lima sus cuernos, dejando en su lugar dos protuberancias circulares. Su característica más notable, es su enorme mano derecha que tiene su propio nombre (“The Right Hand of Doom”) y toda una historia detrás. Siendo poco más que un bebé, fue rescatado durante la Segunda Guerra Mundial por un grupo de soldados aliados bajo la dirección de un científico, tras ser invocado por un grupo de nazis que planeaba utilizarlo para sus propios fines. Tras la guerra, y gracias a que el Profesor Trevor Bruttenholm lo crió como su propio hijo, creció entre los humanos con una personalidad y valores muy humanos, para unirse ya adulto a la B.P.R.D. (Bureau for Paranormal Research and Defense, o sea Oficina para la Investigación Paranormal y Defensa), una organización extra-gubernamental dedicada a identificar, perseguir y neutralizar toda clase de amenazas paranormales. Hellboy mismo, de hecho, es conocido como “el más grande investigador de lo paranormal”.
Las amenazas que enfrenta Hellboy (cuyo nombre real y orígenes se revelan con el correr de los números, así como también su verdadera misión), abarcan un rango muy amplio que van desde nazis realizando invocaciones clandestinas y magia negra, a criaturas del estilo de los dioses primigenios de los relatos de Lovecraft, y entre medio todo un abanico de los personajes más variados.
Un aspecto curioso y/o divertido respecto a la apariencia del personaje, es que a pesar de lo distinto que se ve con respecto a los humanos, en las historias lo vemos interactuar con otros personajes tanto dentro como fuera del B.P.R.D. con total naturalidad, como si nadie se percatara de su aspecto. Parecido a como ocurre con Vampirella en sus comics, en los que ella va apenas vestida con ese “traje” tan diminuto, y nadie se escandaliza ni parece notar lo expuesta que va siempre. Sin duda, son convenciones hechas para de alguna manera permitir que la historia fluya de cierta forma sin tener que lidiar con los problemas que surgirían si los demás personajes se hicieran eco de la apariencia del protagonista.
El arco que sirve como introducción al personaje, y que es hoy en día un clásico (y sin duda, el mejor punto de entrada para empezar a familiarizarse con su mundo) es “Seed of Destruction” (Semilla de destrucción), de 1994, en la que nos muestran y explican lo básico sobre Hellboy y la B.P.R.D. En tan solo cuatro episodios, tenemos una idea bastante clara sobre como funciona el mundo creado por Mike Mignola (con un poco de ayuda de John Byrne, en los guiones).
Gran parte del atractivo de Hellboy, además de los personajes y las situaciones, es el dibujo de Mignola, muy efectivo para crear y desarrollar una estética particularmente sombría, muy adecuada para el tipo de historias que le gusta contar al autor, y que se presta de manera ideal para combinar elementos de ocultismo, el noir, la ciencia-ficción retro, y el folklore.
Cabe aclarar que el arte de Mignola, si bien hoy en día es muy distintivo e inconfundible, no siempre fue como se lo ve en Hellboy. Como sucede con muchos artistas, el trazo del maesto fue evolucionando, hasta llegar al momento de maduración de su estilo característico. Nada tiene que ver lo que hace en “Seed of Destruction” y obras posteriores, con lo que lo vimos hacer en “World of Krypton”, apenas cinco años antes, a fines de los ´80.
Antes de terminar, quisiera agregar que además de “Seed of Destruction”, hubo varias historias publicadas en los ´90s, la mayoría de ellas recopiladas, como “The wolves of Saint August”, y “Wake the Devil”, además de algunos crossovers con personajes de otras empresas, como “Batman/Hellboy/Starman”, escrito por James Robinson.
En una época recordada con tanto recelo por quienes crecieron amando los comics de los ´70s y ´80s, Hellboy sin duda es una más que bienvenida bocanada de aire fresco, con elementos que la hacen destacar y diferenciarse, en un mercado que parecía tener poco lugar en ese entonces para algo tan personal.
En la actualidad, Mignola lleva ya más de veinte años regalándonos historias de su héroe más famoso, y sin duda su popularidad creció muchísimo entre los lectores. También ha tenido varios spin-offs, notablemente la serie de la organización B.P.R.D., y comics protagonizados por Abe Sapien, uno de los miembros más conocidos y populares de dicho organismo.
Con el correr de los años, Hellboy pasó a ser conocido por fuera de los comics, gracias al interés demostrado por creativos de otros medios para realizar adaptaciones que lo acercaran a otros públicos, como Guillermo del Toro, director de las dos películas con actores, a las que probablemente se sume una tercera.
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