Apocalipstick

Al arte no debería importarle la genitalidad. Nominar mujeres “porque no costaba nada” no me parece una ganancia feminista.

La policía de género y Angouleme

20/01/2016

| Por Staff de Comiqueando

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Grand-Prix-Angoulême-2016Con la calidad periodística de Luis Majul que me caracteriza y por la cual siguen entrando a leer esta columna para ver la pelotudez nueva que escribí, planeo hablar del tema que compete a las mujeres en la historieta de lo que va del año: El premio de Angouleme y sus desertores.

Por si tenemos algún caído de la palmera, el de Angouleme es el festival de historieta más grande de Europa y uno de los más importantes a nivel mundial, que tiene una categoría de Premio a la Trayectoria (el Grand Prix) que se da hace años sin mayores inconvenientes. El problema llegó cuando apenas salió la lista modelo 2016 había mucho olor a huevo, no había ni una mujer entre los nominados. Genios como Daniel Clowes, Joann Sfar, Riad Sattouf y hasta el mismísimo Milo Manara (increíble) exigieron que sus nombres fuesen removidos de tal premiación porque estaban en contra de semejante acto patriarcal y sexista contra el género femenino. Porque es claro que un tipo como Manara, tan abocado a la lucha feminista, y teniendo como tema recurrente la igualdad de la mujer y su integridad física y social, se opondría a semejante barbaridad.

Florence Cestac, la única mujer que ganó el Grand Prix en 42 ediciones del Festival,  ironiza acerca de la polémica.

Florence Cestac, la única mujer que ganó el Grand Prix en
42 ediciones del Festival, ironiza acerca de la polémica.

Así que llamaron a un boicot e internet lo amó: Se dijeron cosas como “total negación del número creciente de mujeres en el Noveno Arte”, “Siempre volvemos al techo de vidrio, somos toleradas pero nunca se nos permite llegar a la punta.” La palabra “heteronormativa” corrió como mate en Puán, y tanto mujeres como hombres políticamente correctos gritaron “Sangre por crema”, o tinta, ya no sé. Hasta ministros se sumaron a la polémica y pidieron la reivindicación de la Castafiore como candidata a presidente.

Tanto pero tanto revuelo se armó en el gallinero, que la gente del Festival llegó a hacer una nueva lista que incluía mujeres. Ahora, el quid de la cuestión es ¿era necesario?

Si me preguntan a mí (que nadie lo hace pero me encanta opinar), me parece todo una fachada con re lindas intenciones pero que sigue siendo un vaso de agua para combatir el incendio. Al ser un premio a la trayectoria, la omisión se justifica porque el promedio de edad de las mujeres importantes es mucho menor que el de los hombres. Históricamente siempre hubo mucho olor a huevo en la historieta. Si la discusión fuera al estado actual onda “promoción 2015”, la cosa sería mucho más pareja. Y ahí figurarían las Alison Bechdel, Fiona Staples y un largo etc. Pero todavía están premiando a tipos de la generación de Watterson, Otomo, Taniguchi, Quino, Muñoz, etc., autores de una época en la que si aparecían mujeres, eran raras excepciones.

Algunas autoras a las que algún día se podría premiar.

Algunas autoras a las que algún día se podría premiar.

Ahora, este premio varió el criterio para premiar reiteradas veces. Hubo un momento en los que premiaron a la Nouvelle BD (incluyendo a Satrapi que oh casualidad es mujer, hermano) porque estaban en la onda, y con el tiempo abrieron el criterio y empezaron a premiar a autores no-franceses y ahí se descauchutó la cosa. Hay muchas críticas que podemos hacer: los que arman la lista siguen siendo dinosaurios académicos y obviamente sólo hombres, y tienen un criterio que andá a saber cuál es. Hubo un momento en que la votación se abrió a los autores publicados en el año, y lápices en alto los autores pelean por volverlo a hacer. Pero la historia la escriben los que ganan y Claire Bretecher, por ejemplo, tuvo su lugar en la segunda edición del festival, donde le dieron el premio a Mejor Autor Francés. Para nombrar una.

-¿Minas? ¿Qué minas? -Acá nos reproducimos entre varones.

-¿Minas? ¿Qué minas?
-Acá nos reproducimos entre varones.

No veo el machismo en un premio dedicado a la trayectoria. Lo veo en otros espacios dedicados a la historieta. Un reconocimiento así no puede corregir, hacia atrás, los problemas históricos del campo. Como mujer, el «cupo femenino” me resulta una medida altamente hipócrita. Al arte no debería importarle la genitalidad y poner mujeres en la lista “porque no costaba nada” no me parece una ganancia feminista. El punto es reconocer al mejor artista en su campo, si son mujeres, hombres, vulcanos, piedras… Da lo mismo. Lo que sí es más relevante es que en el período de selección no participe ninguna mujer. ¿No hay mujeres con suficiente criterio en el campo como para poder elegir? Que se imponga un porcentaje de un género u otro, me parece que resta mérito a las mujeres que entren a la lista, al menos en el ojo público, indistinto de que tan buenas sean o no, porque el punto es en relación a qué. Ahora, si existe evidencia de que hay mujeres que deberían estar y las bocharon por mujer, bueno, ahí sí, les rompemos todos los vidrios. Pero exigir el amparo y el lugar asignado me parece denigrante. En la cancha se ven los pingos, señoritas. Afilen el lápiz y arranquen los ojos con arte.

Y esto fue la columna impopular de Apocalipstick de esta semana y espero que no les haya gustado así siguen generando tránsito en el sitio. Besi.

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