Bienvenidos a la sección en la que diseccionamos el maravilloso mundo de las historias cortas, desde anuales y especiales bizarros hasta clásicos y gemas de culto. Bienvenidos al verdadero Triángulo de las Bermudas de la historieta, donde conviven Larry Hama, Enrique Breccia, Keiko Takemiya y Dylan Dog.
¿Qué pasaría si los X-Men se transformaran en un thriller financiero? Bienvenidos a la locura absoluta de fundar una nación mutante y sus consecuencias.

El estado del mundo
El nº4 de X-Men (2019) de Jonathan Hickman y Leinil Francis Yu es un ajuste de cuentas con todo lo que escribió Hickman en las dos miniseries House of X y Powers of X. Los dos títulos tienen no solo la premisa de qué pasaría si un mutante tuviera el poder de la reencarnación y pudiera ver todas las líneas temporales, sino también qué sucedería si la isla de Krakoa se transformara en una nación mutante dentro del mundo.
Este unitario cuenta la reunión de Magneto, Xavier, Cyclops, Apocalypse y Gorgon (Tomi Shishido) con los integrantes del Foro Económico Mundial, con sede en Davos. El conflicto principal es el interés de los miembros del Foro por las drogas que tienen los mutantes para resolver enfermedades y hacer su propio negocio. Sin embargo, los X-Men intuyen que los miembros del Foro tienen una doble agenda y armaron dos equipos de asalto para sabotear la reunión.

La idea de que Krakoa sea una nación y tenga su propia soberanía es uno de los disparadores en la era Hickman. Charles Xavier sueña con la utopía de brindarle a los seres humanos las curas a las enfermedades a través de las drogas que son producidas por los árboles en Krakoa. El problema es que Xavier no es ingenuo y la Humanidad ya lo decepcionó varias veces, entonces desiste de esa idea. Sin embargo, acuerdan usar las drogas y las plantas como moneda corriente para poder insertarse dentro del mundo. La propuesta es comprar las escuelas, los bancos, los políticos, los medios y así dominarlo todo para luego tener la influencia necesaria para remover a los verdaderos dueños del mundo.
¿La democracia en riesgo?
A comienzo de los ’80 el escritor Chris Claremont y el dibujante Dave Cockrum crearon el nº150 de Uncanny X-Men, una historieta que tenía varias premisas y una de estas era que Magneto quiere que le concedan el poder político de todas las naciones del mundo a cambio de no destruirlo. La idea de Claremont es desoladora y está muy anclada en la década de los ’80. Una época en la que los guionistas le contestaban en los comics a políticos como Ronald Reagan o Margaret Thatcher. Claremont siempre propuso que sus villanos sean políticos, pero que el redefinió ese concepto fue Alan Moore en Miracleman nº16 junto a John Totleben. Un unitario en el que Mike Moran discute con el gobierno (Margaret Thatcher) acerca de cómo cambiar la economía y así redefinir la forma de vida de la gente. Moran y Avril Lear (Miraclewoman) son los arquitectos de un sueño, pero en el fondo eso se transforma en una dictadura impuesta por un superhéroe. La visión de un ser todopoderoso que se transforma en un Dios político que cambia de por vida al mundo. Hickman en X-Men retoma esas ideas y lo primero que intenta lograr es una utopía para los mutantes en Krakoa y luego una supuesta dictadura en las sombras para la Humanidad. Ambas propuestas son válidas para redefinir la metáfora de que los mutantes (que habitualmente son los marginales, los frágiles, los aislados y los olvidados de la sociedad) ahora pasan a ser los superiores que ya no necesitan más huir o esconderse.

¿Quién vigila al Hickmanismo?
La Era Hickman en X-Men fue breve, pero con muchos conceptos y buenas ideas para resumir en este unitario fabuloso. Actualmente la era Krakoa está llena de series regulares y miniseries, a cargo de muchos guionistas y dibujantes interesantes que continuaron y expandieron las propuestas del maestro. El guionista que (por ahora) mejor explotó muchas de las consecuencias propuestas por Hickman en X-Men es Benjamin Percy, un tipo que escribe aventuras bizarras en Wolverine y trata a X-Force como si fuera un grupo digno de una película de Misión Imposible o la CIA de Krakoa.

El aliado ideal
El dibujo de Yu para este número es de lo más raro en su carrera ya que hay pocas escenas de acción y casi toda la historieta es puro diálogo. Yu dibuja todos planos medios de personajes comiendo y discutiendo durante casi toda la revista. El maestro está acompañado en tintas por Gerry Alanguilan y el colorista Sunny Gho.
La propuesta de Yu para este número es que muchas páginas tengan una narrativa de nueve paneles, lo que hace que la discusión sea más fluida. Las pocas escenas de acción que hay son una maravilla, ya que todos los soldados terminan descuartizados por la espada de Gorgon.

La partida de Hickman
Hickman abandonó el mundo mutante en el 2022 con el evento de Inferno pero nunca se escribió todo lo que él tenía propuesto para la serie, ya que otros autores aceptaron la idea de seguir desarrollando el concepto de Krakoa como nación. Ahora que se vino la caída de Krakoa y el cambio de coordinadores en los títulos mutantes, tal vez con Tom Brevoort como nuevo encargado de los X-Men exista una posibilidad de ver otra vez al gran guionista.

2 respuestas a «X-Men nº4»
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Esta etapa de Krakoa lo único que consigue es que los mutantes parezcan unos soberanos hijos de mil madres y que el resto del mundo también luzca como unos soberanos hijos de cien madres. Que alguien bombardee al universo Marvel por favor.
En fin ¿ya se cargaron a Krakoa? Pues bueno, aunque seguro solo vuelven al mismo rollo de siempre de que somos una minoría oprimida, oh, lo que sufrimos los mutantes con nuestros poderes que nos colocan por encima de la humanidad y tal. La verdad es que tampoco sabría como llevar la metáfora si me dieran los títulos, la manera antigua ya esta super quemada pero lo de Krakoa es un Mary Suetopia que hace que no te puedas ya relacionar con nadie. Supongo que solo haría historias de golpear a tipos malos en la cara, irónicamente ya eso es lo menos trillado que puedes hacer con los mutis.
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Lo que hizo Hickman acá es increíble y si, coincido en que Percy fue el que le saco el mejor jugo al nuevo status quo,aunque la verdad lo que está haciendo Ewing me soprendio gratamente y lo de Gillen tampoco esta mal
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