¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

NOTAS

de Hernán Khatchadourian

Este mes le toca a Hernán Khatchadourian elegir sus seis gemas del infinito.
|
Miércoles 23 de agosto, 2017

Gema del Alma: Blankets, de Craig Thompson

Las historietas autobiográficas quizá sean las obras que más me motivan a leer historietas por el hecho de que, para mí al menos, son las que mejor reflejan los sentimientos del autor. Te podés emocionar con un arco de la Justice Society o de Spidey, pero esta historia tiene un basamento en la realidad y eso le da un valor especial ya que el autor está compartiendo momentos atesorados de su vida con los lectores, sin saber si son cinco, 15.000 o un millón.

En este caso, Blankets nos sitúa en la infancia y adolescencia de Craig Thompson, que transcurrió en una comunidad muy conservadora y religiosa de Wisconsin, Estados Unidos. A medida que pasan los capítulos, el lector se sumerge más y más en la historia de ese nene que va creciendo y descubriendo en el arte un escape a ese oscurantismo en el que vive inmerso.

Lo increíble de esta obra es que su éxito marcó un antes y después en el mercado norteamericano de novelas gráficas, ya que la editorial Top Shelf apostó todo al lanzar un libro de 600 páginas cuando lo normal era que una obra de semejante extensión saliera previamente en episodios para testear su aceptación. El riesgo tuvo su recompensa cuando Blankets arrasó en los premios Eisner y los Harvey del año 2004 y se convirtió en un clásico express.

Gema del Tiempo: Flash Gordon, de Alex Raymond

La primera vez que me enteré de la existencia de Flash Gordon fue por el serial que pasaban en Función Privada, los sábados a la noche antes de que proyectaran alguna película de la Coca Sarli, y eso me llevó a la película de Mike Hodges de 1980. Conocí al comic gracias a la enciclopedia Historia de los Comics y luego me fueron llegando (prestados) los episodios de Raymond de la revista Patoruzito que me volaron la cabeza. Como amante de la ciencia-ficción clásica y del dibujo realista, no me hace falta aclarar lo mucho que me impactó la historia de Flash, y por sobre todo toda la mitología creada por Raymond, que luego se puede reconocer en decenas de “homenajes” realizados en novelas, comics y películas posteriores.

 

Gema del Espacio: Intrusos, de Diego Agrimbau y Dante Ginevra

En el año 2009 (llegué hasta ahí buscando, creí que había sido mucho después), la revista Fierro decidió editar un especial de 76 páginas para celebrar sus tres años de publicación ininterrumpida. La consigna para todos los autores era que realizaran sólo una página para así poder publicar a la mayor cantidad de historias posibles. No era imposible, aunque sí difícil para algunos de ellos, poder comprimir las historias a unas pocas viñetas pero Diego Agrimbau mostró una vez más que su creatividad y originalidad no son pura casualidad sino talento en estado puro. Junto al no menos genial Dante Ginevra dieron a luz Intrusos, que no es la biografía de Jorge Rial y sus buitres del espectáculo sino una historia con inicio, nudo y desenlace consistente en una (1) viñeta.

Gema del Poder: Batman: The Dark Knight Returns, de Frank Miller

 ¿Qué más se puede agregar sobre ese tsunami historietístico denominado Batman: The Dark Knight Returns que no se haya dicho o escrito en los últimos 30 años? Aún hoy, se levanta polvareda cada vez que alguien se anima a adaptarla a un dibujo animado, a una película o a realizar una secuela.

La historia de este Batman cincuentón que decide retomar su tarea de justiciero nocturno en una ciudad que lo ha olvidado conquista los ojos a las cinco páginas. El plantado de las páginas, el aspecto gigantón de Batman, y la épica gesta que emprende para liberar Gotham destila power por los cuatro costados.

Lo cierto es que para mí, la definición de “poder” pasó a ser esa clásica viñeta en la que el encapotado se enfrenta a caballo contra la policía por el control de Gotham City; una imagen que me quedará grabada hasta el día de mi muerte.

Frank Miller es poder y lo supo transferir a sus obras mientras le duró la buena estrella, pero esta incursión en los bati-mitos fue quizá su coronación como uno de los nombres más importantes del comic norteamericano de su época y de mi biblioteca también.

Gema de la Mente: From Hell, de Alan Moore y Eddie Campbell

La verdad es que son muy pocas las personas en el mundo que están realmente preparadas para leer esta versión de la historia de Jack el Destripador que el mago Moore serializó durante nada menos que 10 años y que no se puede abarcar con un sóla lectura.

Policías corruptos, dramas conyugales de la realeza británica, conspiraciones masónicas y un reflejo del submundo londinense como muy pocas veces se ha visto son algunos de los méritos del autor, que pasó años y años realizando una investigación por su cuenta.

El dibujo de Eddie Campbell no es muy atractivo y en ocasiones puede parecer básico pero pareciera que Moore lo eligió a propósito para que los lectores hagan foco directamente en la historia, que a las pocas páginas atrapa como pocas.

Tantos detalles y referencias tiene la obra que en varias ediciones (yo tengo los cinco tomos que lanzó Planeta De-Agostini en el año 2000) cuenta con un anexo que incluye las anotaciones de Alan Moore

Gema de la Realidad: Billie Holiday, de Muñoz y Sampayo

La dupla creadora de Alack Sinner, José Muñoz y Carlos Sampayo, realizaron el bio comic de esta cantante en 1989, cuando buscaban colaborar con un semanario francés que los había convocado.

La historia de Eleanora Fagan Gough, quien conquistara a una generación que aprendió a amar el jazz gracias a su voz, terminó en 1959 pero de la mano de estos dos genios de las luces y sombras se reinició por cincuenta páginas más.

La obra finalmente salió en formato álbum por desavenencias con los editores, y se publicó en la Argentina en el año 2007 gracias a la editora Ojo de Pez, que mantuvo intacto el espíritu de lo que los autores quisieron transmitir.

Hay detalles de Billie Holiday que quizá no le terminen de cerrar al lector en una primera instancia, pero al finalizar amará la figura de la protagonista –cuya voz “no necesita un cuerpo para hacerse oir”- y su música mucho más que antes. Como dije antes, me encantan las historietas biográficas.