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NOTAS

“El Tesoro del Cisne Negro” + Lo Politico

Quizás El Tesoro del Cisne Negro no sea una obra maestra en términos narrativos, pero seguramente sí lo sea en términos de explicar cómo funcionan las relaciones y el ejercicio del poder.
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Martes 04 de noviembre, 2025

Invitados: Guillermo Corral van Damme + Paco Roca, Hannah Arendt, Carl Schmitt, Chantal Mouffe y otros amigos/as.

Si todo es político, ¿entonces nada es político? ¿Cuál es realmente su objetivo?
No hacer política o intentar evitarla ¿es también una forma de hacer política?
¿Por qué los que defenestran la política son los más funcionales al poder de turno?
¿Puede un político sucio manchar una buena idea o acción política? ¿Podemos diferenciar el ejercicio de la misma de las intenciones de quienes la ejercen?

Profundizar en la política, para encontrar respuestas a los problemas de la sociedad, es la búsqueda del tesoro más grande de la humanidad… ese que fue enterrado en el lugar más recóndito del planeta.
El tema es que cuanto más cavamos, los únicos tesoros que vamos encontrando son los que políticos y empresarios habían escondido después de chorearse todo lo que pudieron.
¿Vale la pena seguir buscando?

Hay elecciones que hacemos en la cotidianeidad que creemos que son individuales, pero que tienen un impacto enorme en cada microespacio que habitamos. Si no, piensen en nuestro vicio comiquero: ¿Da lo mismo comprar una historieta en Buscalibre o Amazon, por mercadolibre a una comiquería de cadena o contactar directamente a una comiquería de barrio? ¿Por qué sí o por qué no? Y para esto les pido, injustamente, sacar la parte monetaria de la ecuación, por un rato al menos. La corriente social actual nos exige pensar que “la política” es una cosa sucia hecha por un grupo de personas oscuras que no nos representan. Pero antes de que esa misma gente se tirara el primer pedo mental en Twitter, Aristóteles nos decía que lo político es, de alguna forma, el arte de lo posible… Que se trata de transformar socialmente la violencia, la indigencia y la injusticia en valores positivos que generen un ambiente de plenitud para nuestro desarrollo.

El Tesoro del Cisne Negro es el hijo muy bien parido de Guillermo Corral van Damme en guion y Paco Roca en el dibujo. Esta novela gráfica transforma un quilombo diplomático y político (al estilo del cine de Alan J. Pakula) en una aventura increíblemente adictiva y didáctica, que incluye piratas, misterio, contraespionaje, y la lucha de un grupo de personas con mucho sentido de la ética y de su rol en el Estado, y muy poco sentido arácnido que les avise que están todo el tiempo caminando sobre el frágil hielo del Poder. Esta dupla de gallegos dejan el alma para mostrarnos cómo un barco corsario que se hundió hace siglos pone en juego todos los engranajes de un versus entre una empresa llena de garcas y un Estado que puede ser tan inmenso o tan pequeño como la integridad de las personas que conforman.

“Te lo voy a explicar facilito: Para vos el ministro soy yo, haces lo que yo te diga, me informas a mí, vas a donde yo te diga y al Ministro lo ves cuando yo decida.”
         Fragmento de “El Tesoro del Cisne Negro”


Carl Schmitt (sí, ese alemán nazi… ¡perdón! pero algunas de sus ideas resultan interesantes para entender ciertas cosas), decía que lo político se define por amigo y enemigo. No es que hagamos política solo por votar cada dos años, sino porque estamos todo el tiempo trazando líneas: “nosotros vs. ellos”, “los que entienden y la ven vs. los que no entienden y no la ven”. Y ahí es donde la democracia debería entrar como algo más que un acto electoral: lo político es el motor que transforma, no solo un trámite para luego despreciar a quienes elegimos. Cada decisión cuenta, aunque parezca pequeña: desde resolver un conflicto en el laburo hasta organizarse para cambiar algo en el barrio. O capaz que el bien común es un mito y la política solo refleja nuestros límites y torpezas… pero hasta esos límites pueden expandirse para enseñarnos algo.

Le decimos “chau Nazi feo” a Schmitt y traemos a Hannah Arendt para que nos recuerde que lo político nace cuando la gente se junta a hablar y actuar en común. Que no lo hacen solamente “unos gordos de traje atrás de un escritorio” mientras nosotros miramos DipelotudeadosTV desde el sillón, sino que surge en cada intento de hacer más justa y solidaria la comunidad en que vivimos.

En la novela gráfica, Guillermo Corral nos muestra que cada personaje construye su propia versión de quién es el enemigo, y cómo esas construcciones no son naturales, sino que son construcciones profundamente políticas. Roca, con su maestría visual de siempre (y a quién me gusta encasillar como de los mejores expositores de mi término inventado como “Neo Línea Clara”), nos enseña cómo los espacios también son políticos: las salas de reuniones, las infografías, los barcos donde se arman las estrategias, las escuadras de combate… Cada viñeta es una maravilla y al mismo tiempo una lección sobre cómo se distribuye el poder, cómo se tejen alianzas y traiciones, y cómo nadie, absolutamente nadie, puede mantenerse al margen de la trama política que los envuelve.



“Hay que decirle algo a la prensa. Vamos a montar una comisión de investigación. Eso siempre queda bien en los medios, y así ganamos tiempo para decidir que hacemos.”
         Fragmento de “El Tesoro del Cisne Negro”


Chantal Mouffe, politóloga belga, nos dice que lo político es inevitable: siempre hay conflicto, intereses que chocan y la necesidad de encontrar una salida articulada. Y conflicto no significa violencia física, porque en realidad, hay más violencia en la imposición de ideas y de un pensamiento único. Creer que podemos estar “por encima” de la política, es sinceramente una ilusión que beneficia únicamente a quienes ya tienen el poder. En El Tesoro del Cisne Negro, cada personaje que intenta mantenerse neutral termina por ser servil a otros que ya decidieron por él.

Hoy nos venden (y compramos) la política como algo opcional: las redes se llenan de gente que dice “yo no hablo de política” mientras comparte contenido político disfrazado de sentido común o en forma de meme. Y justamente esos pibitos conservadores (pensar que hace no tanto eran los vinagres, eran los viejos conserva y las viejas asustadas) que se dicen libertarios y critican al Estado, usan toda su infraestructura para que los votantes en blanco crean que la mugre no los toca, mientras en realidad ayudan a los mismos de siempre. La historia de Corral y Roca nos recuerda que nadie está fuera de la trama política y que lograr hacer posible su capacidad transformadora, depende del coraje de cada uno, sí, pero solo tiene poder si se actúa colectivamente, en comunidad. La despolitización es política en sí misma: cuando te convencen de que “todos los políticos son iguales”, o que tu opinión no importa, están neutralizando tu capacidad de incidir en las decisiones colectivas.

“No sabés lo que era crecer en este país en los´50. Todo era gris, horrible, claustrofóbico. Vivías siempre con miedo. Ha pasado el tiempo y siguen los mismos ahí, intentando meternos miedo.”
         Fragmento de “El Tesoro del Cisne Negro”

La narrativa de Corral van Damme y Roca no nos presenta héroes ni villanos claros, sino personas con intereses legítimos pero incompatibles. Eso es política pura: no hay soluciones que satisfagan a todos, hay que elegir, tomar posición, y esa elección siempre jode a alguien. Roca lo refleja genial en las expresiones de los personajes: nadie está cómodo con lo que hace, pero todos saben que no actuar también es una decisión. Al final, la política no es lo que otros hacen por nosotros, sino lo que hacemos con otros, y tampoco es sucia por naturaleza, sino cuando la dejamos en manos equivocadas.. Hacer política no significa afiliarse a un partido: significa asumir que vivimos en sociedad y que nuestras decisiones importan, porque la verdadera tragedia no son los políticos corruptos, sino la gente que se autoexcluye y luego se queja de los resultados.

Quizás El Tesoro del Cisne Negro no sea una obra maestra en términos narrativos, pero seguramente sí lo sea en términos de explicar cómo funcionan las relaciones y el ejercicio del poder. Y sobre todo, por cómo nos invita a reflexionar sobre si los verdaderos héroes, los de las grandes proezas, no son más que un colectivo de personas que, desde sus acciones en el día a día, pueden torcerle el brazo a todo lo que la guita pueda comprar… incluso, cuando esto solo sea una rareza tan única como cruzarse al cisne más negro de todos.