Hablemos de Byrne

En la serie mensual de Alpha Flight, Byrne demostró que los héroes canadienses eran más que una contrapartida para los X-Men

Alpha Flight

30/09/2015

| Por Leandro Paolini

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alpha-flight-1De adolescente, Alpha Flight me convocó por curiosidad. Por un enorme, ¿quiénes son estos? Recuerdo haberlos visto en crossovers y luego en su título propio. Incluso de joven, me pareció muy atrevido y revolucionario que Marvel haya matado al líder de su equipo. Con el resto de los otros personajes me vinculé más allá de su bi-dimensionalidad. Todos tenían problemas y Alpha Flight era un culebrón con superhéroes… antes que existiesen los culebrones con superhéroes.

Alpha Flight fue creado por John Byrne para el n°120 de X-Men (Abril de 1979). Si bien se los creó como una contrapartida para los X-Men, o como los Avengers de Canadá, este grupo desarrolló una hinchada muy propia debido a la originalidad de sus miembros y a lo exitoso que era Byrne en los ´80. Más allá de que cada uno de sus integrantes represente particularmente a una de las áreas geográficas de Canadá, la fuerza de choque del Departamento H ha sobrevivido tantos años gracias a la impronta creadora de Byrne y a su gravitas propio. Así fue que para 1983 Alpha Flight pasó a tener título propio y ser parte de la mayoría de los crossovers que gestó Marvel a lo largo de todos los años (hasta el año 1994 cuando se canceló el título, luego de 130 números). Si bien Alpha Flight siempre regresa con especiales, apariciones o nuevos volúmenes, nada se compara a lo que comenzó Byrne.

alphaflight12-house-adJohn Byrne es un experto en agarrar personajes creados por otros y hacerlos brillar como si fuesen propios. En el caso de Alpha Flight, y aunque no sean las creaciones que él más quisiese, le eran propios y los hacía brillar, aún sin querer hacerlo: “Alpha Flight fue creado para que peleen con los X-Men sólo por algunos números. Cuando Marvel insistió en sacar su propio título, estuve de acuerdo porque no se me ocurría nadie mejor para hacerlo, aún sabiendo que los personajes no tenían profundidad”. Así y todo, el gruñón tío John lanzó el n°1 y vendió 500.000 ejemplares.

La idea de este equipo en el Universo Marvel (que le sugirió Dave Cockrum a Byrne), se sostuvo en un principio como una respuesta canadiense para recuperar la inversión que hizo el Departamento H en Wolverine (por eso Guardian inicialmente se llamó Weapon Alpha y brevemente Vindicator); además de tener miembros que pudiesen contrarrestar a los mutantes de Xavier (la velocidad de los gemelos enfrentaría la teleportación de Nightcrawler, la fuerza de Sasquatch se mediría con la de Colossus, el control de clima de Shaman sería rival de Storm, el liderazgo de Guardian enfrentaría al de Cyclops, etc).

alpha+flightSi bien se notaba el esfuerzo de Byrne por imprimirle acción, porque a la larga el público en general quiere ver piñas, a mí –y a muchos– nos comprometía la ausencia de James, la angustia y el duelo de Heather, el amor secreto de Eugene, la marginalidad entre marginales de Narya, la constante y misteriosa furia de Jean Paul, el desequilibrio mental de Jeanne Marie, la paciencia y el amor de Walter, el misterio y la fragilidad de Marrina. Yo no leía personajes, leía personas que vivían en Canadá y tenían superpoderes.

Shaman, aunque sea tan grosso como Dr. Strange, nunca me terminó de llamar mucho la atención, aunque sí el peso de la responsabilidad que llevaba Talisman al ser “la hija de”.

alpha-flight-17Una vez comenzado el título propio, Byrne sintió que debía matar a Guardian (cuyo nombre se lo dio por una parte del himno nacional canadiense), probar el liderazgo de Heather (que hereda el traje de su difunto marido) e intentar un pseudo-triángulo amoroso con Puck (cuyo nombre proviene del tejo utilizado en hockey sobre hielo). Algunas cuestiones se desarrollaron sobre la marcha y así fue gestando esos originales giros de guión, así como el secreto a voces de la orientación sexual de Northstar (mi Alpha favorito, conflictuado, velocista y una celebridad, pavada de creación para antes de mediados de los ´80).

Mientras Byrne desarrollaba Alpha Flight, también trabajaba en Fantastic Four (e incluso llegó a conducir 3 títulos mensuales brevemente, con algunos números de Hulk). Aunque su mayor energía estaba concentrada en el equipo liderado por Reed (en Alpha Flight Byrne pasaba artísticamente del bosquejo a la tinta si terminar los lápices… y muchas veces se nota el desgano), Byrne era tan energético y mágico en esa época, que su mínimo esfuerzo se volvió novedoso: los primeros números a plena exploración de personajes, invitados especiales desde el n°3 (Namor e Invisible Woman), el mítico n°6 a pura página blanca con Snowbird de protagonista, el riesgo de matar a Guardian en el n°12 y tener muchas páginas en silencio en el n°13. Acá Byrne oscilaba entre lo promedio y lo superlativo, lo común y lo brillante (crear a Master of the World para ser el Doctor Doom de los Alphas –incluso como villano desfigurado– parece más un chiste interno de la editorial que algo hecho con una intención positiva de historias a futuro, pero el matar al personaje principal y ser vanguardista en la narrativa de los números del hecho y el duelo, es lo que siempre lo trae y lo eleva a Byrne a la gloria).

35Byrne es artísticamente un post-clásico que se alimentó de Neal Adams y Kirby, pero también de Kasimir Malevich (la falta de abstracción y los blancos y negros plenos del n°6 muestran que el canadiense aprendió de un ruso, así como que en el detalle de los fondos se ve a un Byrne amante inclaudicable de Kirby). Incluso sin querer, la composición, la narrativa, la impresión y el movimiento que Byrne le ponía a su arte (y qué decir de la carnadura de los personajes que él apreciaba muy por detrás de los X-Men y los Fantastic Four), hablan de su genialidad intrínseca e incuestionable.

Para el n°20 ya se nota que Byrne puso piloto automático, dejó el desarrollo de personajes y se concentró en la dinámica estándar de cualquier título superheroico. Alpha Flight fue un título que él pensó para 12 números, que luego fueron 15, después 22 y finalmente 28, bajo su autoría. El destino de los Alphas quedaría en manos de Bill Mantlo quien le hace el enroque y definitivamente abandona el título de Hulk para mudarse a jugar con los chiches del Departamento H.

 

1a021e78aafc26b6073d3094215dd942Alpha Flight fue pensado como algo simple, como un plato de cocina tradicional, que el chef Byrne no pudo evitar sazonar y le quedó demasiado gourmet. Ese grupo a lo Misión Imposible que no necesitaba convivir en una mansión, o en un edificio, y que se juntaba cuando la emergencia los convocaba, sin dejar de contarnos su devenir personal mes a mes, es la destacada creación de Byrne en un título grupal acerca de la suma de sus individuos.

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