SUPERHEROES DEL MUNDO REAL
Entre los personajes funestos que planean manipular a los jóvenes superpoderosos para su propio benficio tenemos por un lado a Aldus Hilltop, un senador bastante corrupto que es el impulsor del proyecto y quien nos lleva al vínculo con 2112. Como ya vimos, una explosión en el futuro hace creer que el villano Sathanas está muerto, pero en realidad viaja al pasad,o al año 1955, donde es encontrado por un grupo de científicos, y los mata a todos menos a uno, que se transformará en el padre de los Next Men, con la ayuda del antes mencionado senador. Obviamente todo esto es parte de un plan mucho más elaborado por parte de Sathanas que -al venir del futuro- conoce perfectamente cómo se van a desenvolver los acontecimientos… y no digo mucho más porque ya sería entrar en spoilers que arruinarían la serie.
Y por el otro lado, los “buenos” son Willis Ducummen y Antonia “Tony” Murcheson, miembros de una organización que también quiere ganar control sobre los Next Men y usarlos para sus propios intereses. Y como si fuera poco, se suma a la mezcla un ambicioso editor de comics, que ve a estos “superhéroes” de la vida real como una excelente oportunidad para hacer dinero a sus expensas. Así es como, con el correr de los 30 números que tiene la serie, veremos cómo juegan sus cartas ocultas las distintas partes involucradas, cómo tratan de imponer sus propias agendas, las conspiraciones, los cambios de bando, los viajes temporales y unos cuantos cameos de personajes como Hellboy, Monkeyman y O’Brien, algunos de los protagonistas de Elfquest, entre otros que hacen que la serie sea atrapante y muy entretenida. Pero por desgracia llega a un final abrupto por motivos que ya expliqué, y termina con un cliffhanger que tardaríamos mucho años en develar.
EL RENACIMIENTO EN IDW
En 2008, la pujante editorial IDW reedita todo el material de Next Men publicado por Dark Horse, primero en blanco y negro y al año siguiente a todo color y en formato tapa dura. Sin embargo, la mejor reedición de este material es la tercera, la que sale después del relanzamiento del título y consiste en tres tomos en tapa blanda, que incluyen 2112 y los back-ups de M4, además de los 31 números de la serie.
Y ya que mencioné M4, estos back-ups cuentan la historia en paralelo de otro personaje, el Androide Mark IV, que arrancan de esta manera a partir del nº7 y se va a unir a la trama principal en el nº 23. Esto que empieza re-desconectado del núcleo de la trama de Next Men, va a ser fundamental para el desenlace de los últimos números de Dark Horse.
Pero volvamos a IDW. Como decía, durante la publicación de los recopilatorios, Chris Ryall (el presidente de la editorial) comenzó a insistirle a Byrne para traer de vuelta al grupo y terminar la historia que había quedado trunca muchos años atrás, sin aflojar pese a las negativas del maestro. Tal parece que ese tire y afloje de varios años rindió sus frutos y eventualmente Byrne terminó dando el sí, y de esta forma Next Men regresaba en lo que se anunció como una etapa de 20 números que llevaría a la serie hasta el número 50… a y su final definitivo.
Vaya uno a saber por qué, imagino que porque la pudo redondear en menos capítulos, el paso por IDW se dividió en una serie de 9 episodios (numerados del 1 al 9, pero con un pequeño 3 delante, avisando que continuaban la vieja numeración) y al año siguiente la miniserie Aftermath que sí mantiene la numeración clásica y va del 40 al 44, con el que termina la serie. Obviamente en 15 años las idea de Byrne cambiaron un poco, él mismo dice que tuvo que releer la serie para acordarse a dónde pensaba ir, que sumó algunas ideas de años posteriores que no había podido meter en otros proyectos, e incluso que la editorial le había pedido que funcionara con los lectores nuevos, por lo cual trató de mantener esta etapa no demasiado atada a la anterior. Creo que en cierta forma lo logra, y eso va un poco en detrimento de la serie, que si bien no es mala para nada, deja algunos cabos sueltos de la primera etapa y cambia todo el enfoque de la misma de una manera demasiado radical, que incluso leída todo junta y de un tirón, hace que se note que en el medio pasó mucha agua bajo el puente.
DESPARRAME TEMPORAL
Brevemente y tratando de no cagarle la historia a nadie, esta nueva etapa arranca con los protagonistas desperdigados en distintos lugares en el tiempo y como en un futuro muy lejano, un grupo de investigadores tratan de recuperarlos, para que no se altere la línea temporal. Nunca vamos a saber cuál era la idea original de Byrne con estos números, pero suponemos que se acerca bastante. Incluso había dando vueltas una portada anunciada del número 31 (terminó siendo la tapa de un recopilatorio francés de la serie) donde Jaz, Danny y Nathan escapan de un T-Rex. Si bien esto se cuenta de manera muy breve en el nuevo nº 1, Byrne usa gran parte del episodio para hacer un recuento de toda la etapa de Dark Horse, como para hacerlo entendible para los nuevos lectores y se nota que muchas de las ideas para ese número quedan reducidas a solamente algunas páginas.
Ya para el número siguiente nos metemos de lleno en la historia, con una intrincada trama de viajes en el tiempo, realidades paralelas y cambios en la continuidad, que llevan a un final que no sé si es del todo satisfactorio pero que cierra la historia de una manera que funciona. Obviamente quedan varias cosas sin resolver y algunas cuestiones no son del todo claras, pero da la sensación de que el maestro no tenia o las ganas o el tiempo de profundizar en esas cuestiones y que no se debe a un mero olvido, sino a una decisión consciente, la cual podemos cuestionarle, pero él tendrá sus motivos para haberlo dejado así. Quizás nos dejó una pequeña puerta abierta para volver a la serie en algún otro momento, o por ahí solamente algo pasa que completemos los lectores en nuestras cabezas.
Como sea, y a pesar de los 15 años que estuvo frenada, Next Men es sin dudas la serie mas emblemática de lo que es la carrera de Byrne, con sus pros y sus contras, sus defensores y sus detractores. Momentos para aplaudir de pie y otros que nos dan vergüenza ajena, casi como un reflejo del propio andar del maestro, que siempre se las ingenia para estar en boca de todos, ya sea por su genialidad o porque lo estamos puteando. Y creo que esta reflexión es el mejor cierre que le puedo dar a una sección que me acompañó los últimos 4 años de mi vida. Ya no voy a hablar de Byrne todos los meses y lo voy a extrañar. Igual no desesperen, que guardamos una sorpresa para el final y no está la última palabra dicha (¿o escrita?).
Un comentario