Hablemos de Byrne

En este prestige de 1988, nuestro ídolo lleva demasiado lejos su homenaje al Superman de la Silver Age.

The Earth Stealers

17/03/2020

| Por Fede Velasco

5 comentarios

RCO001_1583439325Sin duda John Byrne le dio muchos de sus mejores años a Superman. Incluso en su momento también comenté sus miniseries centradas en locaciones específicas que, si bien no eran brillantes, se dejaban leer. Puedo decir después de entrarle a esta novela gráfica (¿o podemos llamarla simplemente especial?) que también escribió la historia más estúpida sobre el personaje, al menos en su etapa post-Crisis.

Nada, pero nada de lo que pasa en este comic tiene demasiado sentido, ni repercusiones aparentes en ningún lado, para una época donde DC hacia bastante énfasis en la continuidad y demás. Llama mucho la atención, casi podríamos decir que es una historia del personaje que parece anterior a Crisis, con un Superman todopoderoso, haciéndose cargo él solo de un problema gigante, que en otra situación hubiera requerido la participación de más personajes. Es extraño: si no estuviera el nombre de John Byrne como guionista, uno podría decir que el escritor no había leído los últimos años del personaje. Pero por el otro lado tenemos en los lápices al veterano Curt Swan y ahí la cosa cierra un poco más, porque se trata de un gran tributo de Byrne a la carrera del maestro, que con su entrada a los títulos del Superman fue dejado de lado por completo, cuando la editorial le había prometido que no lo iban a dejar en bolas.

RCO012_1583439325Así y todo y a pesar de las buenas intenciones de Byrne para con Swan, la historia no tiene pies ni cabeza. Unos aliens de los que nunca escuchamos hablar (y por suerte tampoco volveremos a ver en el futuro) llegan con una nave gigante y se llevan a la Tierra y la luna a través de una grieta espacial a otro lado y Superman es el único que parece darse cuenta y trata de detener la nave. Para amedrentarlo el líder de estos extraterrestres, un ser petiso y regordete de bigotes, que recuerda demasiado a un protagonista de historieta de la 2000 AD, decide secuestrar a Lois, Perry y Jimmy, ya que tiene también a su disposición una raza que lee mentes y de esta forma conoce toda la historia de nuestro héroe.

Asi finalmente llegan a su destino, una inmensa nave del tamaño de un sol o mayor, que se dedica a absorber estos planetas reduciéndolos a polvo y de esa manera genera energía para que sobreviva una milenaria raza que vive en ese lugar. Una especie de Galactus tecnológico que alimenta a toda una raza que necesita alimentarse de planetas enteros para sobrevivir. Al final el destino de la Tierra se decide en una pelea entre Superman y el campeón del capitán, donde el truco está en que dicho campeón cuando esta perdiendo se alimenta de la energía vital de los prisioneros para seguir adelante; con lo cual cada vez que Superman parece estar ganado, en realidad esta dañando a sus amigos. Igual, como no podía ser de otra manera, se las ingenia para triunfar, y cuando el capitán se ve acorralado, abandona cobardemente la nave, permitiéndole al Hombre de Acero hacerse cargo de ella y devolver la Tierra a su órbita original, sin que nadie en el planeta haya notado nada.

RCO022_1583439325Como se puede deducir, todo es bastante olvidable y tiene un hedor a Silver Age, que nos hace pensar en qué carajo estaba pensando el coordinador (me parece que era Denny O’Neil por ese entonces) para darle luz verde a este proyecto en 1988, cuando ya llevábamos dos años de un Superman muy distinto. Y no sé qué le pasó a Byrne tampoco, que casi en su mejor momento saca de la galera un producto tan mediocre, que está al nivel de sus trabajos menos inspirados. Quizás por agarrarlo demasiado fuera de su zona de confort, quizás por llevar demasiado lejos su tributo a la Silver Age, o capaz que solamente la escribió en un mal día. Pero cualquiera fuera el motivo, estamos ante una obra completamente olvidable de su carrera, y es muy loco que por estas latitudes haya sido muy popular, ya que se conseguía muy fácilmente la edición española de la editorial Zinco, motivo por el cual la leyó hasta mi abuela.

Para cerrar, no quiero dejar de hablar del dibujo, que si bien no involucra al maestro al que le dedicamos esta sección, merece la pena ser mencionado. La dupla de Swan con Jerry Ordway (a cargo de las tintas) es devastadora. Me encantaría decir que todo lo choto que tiene el guión lo compensan con el dibujo, pero la verdad es que no alcanza, aunque por muy poquito. Como dije más arriba, todos los extraterrestres parecen salidos de la 2000 A.D., tanto en su diseño como en su forma de actuar. El estilo clásico de Swan se ve embellecido por las tintas de Ordway que le aportan el look de la época (no olvidemos que Ordway por ese entonces dibujaba Adventures of Superman, el único titulo que no estaba en manos de Byrne). La dupla realmente se luce y es el único motivo para no tirar este “prestige” a la basura.

Ahora sí, creo que terminé con lo de Byrne en DC para siempre. Quedaron en el tintero algunas historias cortas, unitarios de algunas colecciones y un par de anuales perdidos, pero nada vale demasiado la pena y nunca fue la idea ponerse tan exhaustivo. La próxima volveremos a sus guiones en Marvel, y ya estamos muy cerca de la recta final. Hasta entonces.

Compartir:

Etiquetas: , , ,

Dejanos tus comentarios:

5 comentarios