Hablemos de Byrne

A partir de 1987, John Byrne complementó su trabajo en las series de Superman con tres miniseries accesorias en las que colaboró con distintos dibujantes.

World of…

19/11/2019

| Por Fede Velasco

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1523485645518En una época en la que John Byrne tenía muchísima actividad en los títulos de Superman (estamos hablando de fines de 1987), ni lerdo ni perezoso el maestro se tomó el tiempo para escribir también tres miniseries que echaran un poco de luz sobre otros aspectos de la historia del Hombre del Acero. De esta manera saldrían World of Krypton, World of Smallville y World of Metropolis, para tratar de profundizar un poco en las historias y personajes de estos tres lugares tan importantes para el mito supermaniano.

La primera miniserie, dibujada por Mike Mignola, es quizás la más interesante de las tres, ya que presenta una nueva idea de Krypton y profundiza conceptos que apenas se habían podido ver en algunas páginas de la miniserie Man of Steel. La historia de todas formas en sus primeros números lejos está de centrarse en Jor-El y Lara (los padres de Kal-El), sino que se va muchísimo mas atrás en el tiempo, miles de años antes, para contarnos sobre la guerra por los derechos de los clones, una batalla que duro muchísimos siglos y dejo un planeta devastado. Ya el final de la historia nos es narrado por medio de unas grabaciones históricas que -ahora sí- un joven Jor-El está estudiando, cuando vienen a avisarle que fue elegido para tener un hijo junto con Lara, ya que por primera vez en muchísimo tiempo un kriptoniano ha muerto. El ultimo número ya se centra en el presente, en Metropolis, y es una entrevista de Lois a Superman, donde este le cuenta la historia de su padre y el fin de su planeta. Las últimas páginas del relato son copia fiel del prólogo de Man of Steel, como para unificar la historia de Kal-El.

6c4673daf9e96ae5c4a923b312901f05._SX1280_QL80_TTD_Para la miniserie situada en Smallville la calidad baja considerablemente al menos desde lo gráfico, ya que los dibujos de Kurt Schaffenberger no los remontan ni las tintas del capo de Alfredo Alcalá. La historia en sí adopta de entrada el formato que después van a tener todas las miniseries (pero en WoK no se ve hasta el ultimo número): la acción se centra en el presente y algún personaje cuenta o recuerda una historia del pasado. Acá puntualmente tenemos dos historias muy diferentes y sin ninguna relación entre si: la de los primeros dos números nos cuenta que Martha Kent, antes de estar casado con Jonathan, fue la esposa Dan Fordman, el tipo más rico de Smallville. La segunda es una especie de epílogo, que a su vez funciona de precuela a los hechos ocurridos durante Millenium, y todo el periplo que vivió Lana Lang como agente encubierta de los Manhunnters.

Y seamos justos: entre que el dibujo es horrible y lo que pasa es intrascendente, se entiende por qué esta miniserie pasó sin pena ni gloria. Si bien los dos primeros numeritos no son del todo malos y es divertido ver la interaccion de los Kent en sus años de juventud, no pasa más allá de la anécdota, porque nada de lo que acá se cuenta tiene consecuencias… a diferencia de la segunda parte, donde todo lo que se cuenta las tuvo. Pero quizás ese también es su principal problema: estamos leyendo un compendio de excusas y justificaciones para darle sentido a los números de Superman que fueron crossover con Millenium y no hay nada más allá de eso. Hoy, leído a la distancia, no suma en ningún aspecto al mito de Superman, ni siquiera si algo de todo esto se mantuviera en continuidad lo que -a esta altura- es muy difícil de saber.

5809271-wom #2 finalEl broche de oro de la tanda nos lleva a Metropolis, la ciudad más importante del mundo, y acá una vez más el dibujo atenta contra las buenas costumbres de la mano de un para nada inspirado Win Mortimer, veterano dibujante de Superman para esta época muy entrado en años, al que no sacan del pozo ni las tintas de Dick Giordano. Los guiones de Byrne son un poco más divertidos, y mantienen la fórmula de un personaje en el presente que rememora alguna historia pasada. Lo más atarctivo es que cada número está dedicado a una persona distinta. Así vemos cómo Perry White se convierte en el Editor en Jefe del Planet en el primer capítulo, cómo una precoz Lois consigue su primer trabajo en el diario con sólo 15 años, cómo fueron los primeros años de Clark en Smallville antes de salir a la luz como Superman, y finalmente el origen del famoso reloj de señales de Jimmy Olsen. La verdad es que todas las hsitorias son divertidas, encajan muy bien dentro de la continuidad de lo que pasaba en los títulos del kryptoniano por aquella época, y tengo que decir que disfruté bastante de su relectura actual.

En conclusión, estas miniseries son sin duda una estampa de una época, un material adicional que en cierta manera mejora la lectura de la etapa de Byrne en Superman, pero que a su vez sólo tienen sentido en ese contexto. Leídas sueltas y sin la intención de una relectura completa del Superman de aquellos años, carecen de sentido y no suman nada nuevo.

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