Iberia Incógnita

Un litigio judicial dio origen a una antología contra la censura en la que participa un All-Star Squadron de artistas españoles.

Artículo 20

21/01/2025

| Por Andrés Accorsi

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Una jodita que salió mal

Cuenta la leyenda que en el 2000, el dibujante David Ramírez publicó en la revista Dolmen una historieta en joda, donde se satirizaba con muy mala leche a Antonio Martín, una especie de institución en el comic de la Madre Patria. Martín es historiador del comic, crítico y además dirigió las líneas de comic de Planeta-DeAgostini en la época en la que era -por lejos- la editorial nº1 del mercado.

Pero así de grossa como es su trayectoria, fue escasa su tolerancia. En vez de ningunear a Ramírez (un cuatro de copas que había tenido cierto éxito dibujando parodias de X-Files y versiones «pseudo-manga» de los personajes de Cels Piñol), Martín no se bancó la joda (que, como podrán apreciar, era picante al borde del mal gusto) y le metió una demanda tanto al historietista como a Vicente García, editor de Dolmen.

Años más tarde, la justicia española falló a favor del agraviado, y condenó a David Ramírez a pagar una multa millonaria… y así es como en 2003 aparece «Artículo 20», una especie de «We Are the World» en el que un montón de autores colaboran gratis en una antología co-editada por Dolmen y Astiberri, cuyo objetivo era juntar fondos para que Ramírez pudiera costear la multa.

Decir y no decir

Artículo 20 abre con un pequeño texto aclaratorio, en el que los editores afirman que «la condena al dibujante David Ramírez atenta contra la libertad de expresión de todos». Y en el mismo texto dice: «No mencionaremos al demandante porque él no juzgó, y no seremos nosotros quien le juzguemos a él». Y efectivamente, las historietas no hablan de Martín ni de Ramírez. Ningún autor nombra a ninguno de los dos.

Entonces, si uno lee el librito sin conocer la historia previa, sin haber visto la historieta que publicó Dolmen y que irritó a Martín, lo más probable es que no entienda nada. ¿Por qué se comió el juicio Ramírez? ¿Quién fue «el demandante»? ¿Qué tanto meó afuera del tarro el dibujante que generó esta reacción solidaria por parte de sus colegas? Artículo 20 no brinda ninguna pista.

Las historietas (y textos) hablan de censura, de libertad de expresión, de cómo naturalizamos la imposibilidad de hablar y opinar acerca de ciertos temas, etc…, pero todo en el aire, sin anclar los contenidos del libro a la situación puntual que sirvió de disparador para que se produjera.

Estrellas comprimidas

Lo mejor que tiene el librito es el seleccionado de autores que participan, un verdadero All-Star Squadron con casi todos los nombres relevantes que tenía el comic español en 2003. Y lo peor es que a cada autor le dieron una sola página para trabajar. Hay que ser MUY capo para poder plantear una idea y desarrollarla en una sola página, y así naufragan en la intrascendencia dibujantes y guionistas que habitualmente la rompen. No tiene sentido juntar a semejante elenco de colaboradores y después no darles espacio para que se luzcan. Algunos lo hacen, a pesar de todo, y los quiero destacar.

La portada de Albert Monteys es buenísima, me hizo comprar el librito sin tener la menor idea de lo que me iba a encontrar adentro. José Luis Ágreda se va bien al carajo en ocho viñetas muy zarpadas, al filo de lo impublicable. La de Josep Busquet y Ramón Bachs te desgarra el alma, pero está muy bien. Quim Bou tiene una idea que claramente requería más espacio, y la termina apretando en una página con VEINTE viñetas microscópicas, donde el dibujo no solo no se luce, sino que apenas se entiende. La pongo entre los mejores aportes, simplemente por la calidad de la historia y los textos.

La de Muñoz, Trashorras y Luis Bustos también queda apretadísima en una página llena de viñetas ínfimas, pero la compresión brutal le termina por quitar buena parte de la gracia. Zafa el dibujo, nomás. Bartual y Castaño aportan dos historias cómicas de media página, también con muchas viñetas, pero muy graciosas y transgresoras. Excelente el trabajo de Luis Durán, a quien no amedrenta la obligación de tener que meter mucho texto en cada viñeta. Otro de los que resuelve con jerarquía es Guillem March, capo. Bien también la de Santiago García y Pepo Pérez. Brillante la de Raule y Roger (un poquito apretada, claro). Muy grosso también lo que nos trae Víctor Santos. Y en la última página, tenemos un chiste mudo de Alex San Vicente, que es una especie de clon un poquito más moderno de Quino, uno que cada vez que metía un chiste sobre censura y libertad de expresión la clavaba en el ángulo.

Otras voces

Con menos suerte, participan también de la antología Marcos Martín, Javier Olivares, Sergio Bleda, Calo, Álex Fito, Bernardo Vergara, Miguel Ángel Martín, Lorenzo Gómez, Sergio Sandoval, Núria Peris, Juaco Vizuete, Francis Portela y Santiago Valenzuela. Y no puede faltar «el colado» argentino, en este caso un muy joven Sebastián Fiumara cuya carrera recién se iniciaba. A las historietas e ilustraciones las acompañan textos de los prestigiosos críticos Yexus y Pepe Gálvez.

Artículo 20 es una gema extraña y bizarra del comic español, que resulta atractiva sobre todo por el tremendo listado de autores que participaron. Esto tracciona y cautiva más allá de la calidad misma de las historietas… que tampoco está mal.

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