Primero los primos
Enrique Ventura (1946) y Miguel Angel Nieto (1947-1995) formaron hasta la muerte de este último una de las duplas más sólidas de la historia del comic español, asentada a lo largo de 25 años (1970-1995) de trabajo en el campo de la historieta humorística. Además de compartir abuelos (porque eran primos), Ventura y Nieto compartieron su pasión por el humor en todas sus formas, pero especialmente por la sátira virulenta repleta de gags visuales (el estilo clásico de MAD) y por el humor con un cierto vuelo absurdo (el estilo de los Hermanos Marx). Esta vertiente llegó al extremo en 1979, cuando crearon en la revista El Jueves la legendaria serie Grouñidos en el Desierto, cuyo protagonista no sólo se llama Julius (como Groucho Marx), sino que tiene exactamente el mismo aspecto que Groucho Marx.
Los primos ya habían utilizado a Groucho como personaje en Maremagnum, una maravillosa obra de principios de los ´70, que habían realizado para la revista Trinca, apuntada al público juvenil. Pero había más Groucho en su futuro y el desembarco en el semanario El Jueves (a partir del nº85) iba a abrirle las puertas a un tsunami de demencia y humor.
El humor infinito
Grouñidos en el Desierto suele tener una o dos páginas en cada edición del semanario y generalmente cada página está dividida en nueve viñetas por una grilla que rara vez se altera. Lejos del virtuosismo que mostrara en sus primeros trabajos (cuando la dupla la rompía en las páginas de Trinca), acá Ventura sintetiza, se aferra a lo básico: el tempo narrativo (para sorprender en el remate humorístico), las expresiones faciales y el lenguaje corporal, fundamental en las secuencias donde no hay diálogos, que son muchas. Y el resto se lo guarda para asombrar de vez en cuando: los enfoques rarísimos, la enorme facilidad para clonar estilos de otros artistas… eso aparece poco y de vez en cuando.
Mencionaba recién el recurso de contar estas breves historias casi sin palabras, algo no muy previsible si pensamos que el humor de Groucho era –casi siempre- más verbal que físico. Pero acá hay de todo. Hay juegos de palabras (aunque nunca constituyen el remate de los chistes), hay slapstick, hay absurdo, hay sátira social y hasta hay una impronta medio sexópata que jamás vimos en las pelis de los Hermanos Marx. El Julius de Ventura y Nieto dedica buena parte de sus esfuerzos a perseguir minitas y eso hace que la tira caiga a menudo en chistes “de bombacha y corpiño”, no a un nivel Sofovich, pero lejos de la sutileza que aparece en las mejores planchas.
Dentro de ese esquema, hay chistes mejores y peores, pero siempre dentro de un standard de gran solidez, de dos tipos ya grandes que manejaban un amplísimo arsenal de recursos a la hora de generar humor, y que a la vez acertaban siempre a la hora de plasmar esos recursos en un medio gráfico y que –por el público al que está apuntado- requiere una inmediata comprensión de lo que se quiere contar.
Tras la muerte de Nieto, Ventura continuó la serie en solitario, hasta que en 2013 se le unió en los guiones Ion Arretxe (con el seudónimo de Bisnieto).
De Hollywood al El Jueves
La idea de que Groucho fuera el protagonista de una historieta semanal en El Jueves se le ocurrió a Gin, por entonces director de la revista, quien se daba cuenta de que Ventura dibujaba al cómico en todas las escenas en las que aparecían multitudes de personajes. «Era una fijación mía», reconoce el dibujante. Y así, los primos realizaron una historieta en la que hablan con Groucho y le proponen ser el protagonista de una serie. Más tarde, y por un tiempo, lo reemplazarían por Harpo Marx, y la serie adoptaría el título de «Harponazos», pero fue un período breve y Groucho, como no podía ser de otra manera, volvió a quedarse con el protagonismo.
Dice Ventura: «Groucho es un iconoclasta que se ríe de las cosas pero que no se basa en cosas reales, que no se toma nada demasiado en serio. Más que reflejar el carácter de Groucho de las películas, era el carácter de Miguel Ángel, sus lecturas, su cultura, él era un poco ese Groucho».
Mucho Marx lejos
Si bien en Sudamérica no son tan conocidos, Ventura y Nieto son verdaderas instituciones del comic español. Ventura además escribe novelas, trabaja en animación, ilustra portadas de libros, compone música… es una especie de hombre del Renacimiento, totalmente consagrado en su país.
Eso explica la vigencia de Grouñidos en el Desierto, una serie que felizmente tuvo varios tomos recopilatorios. En la primera colección de álbumes de El Jueves (Pendones del Humor) vimos cuatro tomos recopilatorios de esta historieta. Y en la segunda colección (Nuevos Pendones del Humor) hubo uno más.
En 2004, en la colección de lujo en tapa dura llamada «Lo Más Mejor», apareció «Lo Más Mejor de Ventura-Nieto: Grouñidos y otras historias» que, como su nombre lo indica, combina una selección de planchas de Grouñidos… con otras historietas, básicamente sátiras de películas al estilo MAD (Alien, X-Files, Indiana Jones, Robin Hood, Evita, Heat, etc.) pero a todo color, o breves relatos de dos o tres páginas sin personajes recurrentes, narraciones a menudo descarnadas, acerca de la estupidez humana en sus distintas formas, y ambientadas en lugares y épocas muy disímiles, como para que Ventura no se pudiese aburrir nunca. Sin dudas, este libro es un punto de partida ideal para quienes no conocen la gloriosa obra de Ventura y Nieto y quieran descubrirla.
También hubo un tomito dedicado a Grouñidos… en la serie Clásicos El Jueves, que se publicó en 2006 como coleccionable de compra opcional con distintos diarios españoles, y en la colección de lujo El Jueves Gold, lanzada en los kioscos en 2008, con 160 páginas y tapas duras.
En 2016, la editorial Dolmen publicó un integral de Grouñidos en el Desierto también con 160 páginas, con todo el material aparecido en El Jueves en los años 1979 y 1980. Aquí se recuperaron planchas que nunca se habían recopilado en los Pendones del Humor y que estaban desaparramadas por números viejísimos (e inconseguibles) de El Jueves.
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