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NOTAS

Por Soleá

Amor y tragedia en la Madrid de los años ´40, como solo Antonio Navarro podía contarlo.
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Miércoles 23 de julio

Dos Navarros, Serrat y Das Pastoras

Ahora que Antonio Navarro está cumpliendo 50 años de trayectoria en el mundo del comic, es un buen momento para revisitar su obra. La mayoría de los lectores de mi generación lo descubrió con Simone, su hermosa serie para la revista Cairo, pero mi obra favorita de Navarro llegó cuando Cairo ya era apenas un grato recuerdo. Por suerte, el director de aquella revista de Norma para 1995 estaba a cargo de la editorial Glénat. Era el otro Navarro, Joan, quien entiende perfectamente cómo y hacia dónde evoluciona el mercado del comic para adultos, y lanza la nueva obra de Antonio en una línea de novelas gráficas dentro de Glénat. Así llegó a nuestras manos esta gema llamada Por Soleá, 62 páginas en blanco, negro y grises, inspirada en la canción «Romance de Curro, el Palmo», de Joan Manuel Serrat.

Acá nos encontramos con una notable evolución en el dibujo de Navarro, que se parece poco tanto a lo que habíamos visto en sus trabajos para Cairo como a los álbumes que dibuja a principios de los ´90 para la colección Relatos del Nuevo Mundo. Este Navarro es una especie de cruza entre el Navarro de los ´80 y Das Pastoras y de esa mezcla sale un trabajo realmente maravilloso como es Por Soleá. El trazo de Navarro se hace más expresionista, el trabajo con los grises y la iluminación están al nivel de las mejores historietas de Das Pastoras, y conserva lo esencial de sus obras de los ´80: la solidez narrativa, la claridad y el ritmo en el armado de las secuencias.

Francamente tristes

La historia nos lleva a la Madrid de 1948, que se levanta de a poco del desastre de la Guerra Civil, y anda a los tumbos, pero anda. Navarro la presenta como una ciudad triste, ideal para ambientar una historia como Por Soleá, que transcurre entre la sordidez y la melancolía. No hay tanto énfasis en la situación política (plena dictadura de Francisco Franco), pero algo de esa opresión se percibe en el aire. Y el villano es un policía, que -ya lo sabemos- en tiempos de dictadura tiene muchas facilidades para ponerse por encima de la ley y hacer básicamente lo que se le dé la gana. Al final, van a aparecer pruebas y testimonios que podrían mandar preso al sorete de Roberto, pero la novela gráfica termina antes de que el villano reciba su merecido castigo.

El protagonista es el Curro, un gitano de apenas 1,45 metros, con un bigotito onda Adolf Hitler, quien se enamora de Soledad, compañera de trabajo en un tablao flamenco. Según el propio Curro, llegó incluso a tener sexo con Soledad, pero Navarro narra estos sucesos con un velo de irrealidad, de modo que puede ser mentira. Lo que es verdad es que Curro ama a esta chica, y esta chica se acuesta con otro tipo llamado «el Parco». Y un día aparecen ambos en la cama, desnudos… y cagados a tiros.

Inocencia perdida

Lógicamente, las pistas apuntan al Curro, quien no solo tenía motivos para asesinar a los amantes, sino que además tiene en su poder el arma con la que se cometió el doble homicidio. El petisito, también herido de bala en el incidente en el que murieron el Parco y Soledad, deberá esconderse de las autoridades. Para eso lo van a ayudar su prima Rocío y Juan, un vendedor de novelitas populares y tebeos, que lo esconde en un depósito. Pero es una ayuda tibia, temerosa, porque estamos en tiempos en los que el poder de la policía no tiene control y (como ya mencioné) Roberto, el asesino del Parco y la Sole, es policía.

Malherido y todo, el Curro va a demostrar su valía, y su destreza con las armas, ya cerca del final de la novela. Pero no confundamos «protagonista» con «héroe». Esta es una historia sin héroes, donde a los personajes los mueven sus pulsiones más bajas: la de ponerla primero, y la de sobrevivir después.

La segunda es la vencida

Como ya vimos, Por Soleá se presentó en 1995 en una línea de novelas gráficas que publicaba la Glénat de España, en blanco, negro y grises, y en un tamaño apenitas más chico que un comic book (17 x 23 cm). La crítica fue muy positiva, pero no alcanzó para que Antonio Navarro ganara un premio importante gracias a este trabajo, ni para garantizarle una continuidad de publicación en el mundo del comic. Como tantos otros autores, decidió volcarse a la animación, donde había trabajo abundante y bien pago.

Sin embargo, en 2008 el sello Ediciones De Ponent lanzó una nueva edición de Por Soleá (subtitulada «2.5»), en formato más grande, en tapa dura, y con dos novedades importantes: por un lado, el retoque de varias viñetas, principalmente las que marcan la transición entre los flashbacks y las secuencias del presente. Y por el otro, la incorporación del color en reemplazo de los grisados. Es una paleta adusta, para nada estridente (nada que ver con la utiliza Navarro en la portada de la edición de 1995), que le sienta bien a la historia, sin restarle valor ni mérito a la versión original. La edición de De Ponent incluye además algunos extras copados.

A color o en blanco y negro, en formato grande o chico, en tapa blanda o tapa dura, Por Soleá es una historieta hermosa, dolorosa y fundamental que recomiendo descubrir. También es una buena puerta de entrada a la obra de Antonio Navarro, un autor bastante desconocido de este lado del Atlántico, pero talentoso como pocos.