Paul Dini es un genio. Si vas a chequear su laburo, en realidad no tiene tanto, pero estuvo involucrado desde hace bocha en productos que seguramente (si tenés más de 30), de alguna manera influyeron en tu infancia y en tu vida. Fue uno de los guionistas de la (en su momento) genial serie de He-Man and the Masters of the Universe. Y digo “en su momento” porque si la ves hoy te querés cortar las venas con un tomo de Gaturro, con tanto rotoscopio y efectos pedorros. Pero en su época descolló y todos tenemos el recuerdo de haber tenido un muñeco, una espada, algo que nos conectara con aquellos personajes.
También estuvo involucrado en el universo de Star Wars, en series de animación en las que creó personajes y expandió el universo de alinenígenas y espadas laser. Laburó en Tiny Toons, con Spielberg, y escribió grandes capítulos allí (también metió mano en Freakazoid y Animaniacs).
Pero lo que lo llevó a la gloria y al reconocimiento fue, sin duda, su laburo en Batman: The Animated Series.
Si bien “Joker’s favor” se emitió antes, fue con “Heart of Ice” donde el tipo la rompe definitivamente. Si estás leyendo estas líneas, seguramente recordás ese episodio: Mr. Freeze tramando su venganza sobre el cruel empresario que apagó la vida de su amada Nora, quien se debatía entre la vida y la muerte en animación suspendida. Los costos son altos, el experimento debe terminar, y a la mierda con todo. Nora muere (al menos eso se da a entender) y Freeze termina por convertirse en quien finalmente será. Si bien hasta ahí la historia es interesante de por sí, lo que la vuelve inolvidable es la escena final, con el “villano” en su congelada celda, llorando ante la personificación de su amada y disculpándose ante el fracaso de su venganza. Ese plano final, esa tristeza y llanto perfectos, subvierten el papel de héroe/villano y todo queda (como suele pasar en el mundo real) en una zona gris en la que no es fácil decir con quién simpatizás más.
Dini siguió escribiendo y llevando una nueva mirada a cada uno de sus episodios. Siguió con Superman, con Justice League y con Batman Beyond, donde siempre descolló. También metio su mano maestra está en los mejores capítulos de Brave and the Bold. Su nombre es sinónimo de creatividad, de laburo, de grandes ideas. Ganó varios Emmy y se podría decir que es un tipo al que le va muy bien.
Pero no todo fueron flores en su vida.
Cierta noche en la que volvía caminando a su casa, se topa con dos sujetos de impronta algo alarmante, los cuales, con una violencia desmedida, lo cagan a trompadas hasta casi el borde de la muerte. Le rompen la nariz, le hunden los huesos que rodean al ojo y lo patean en el piso entre risotadas. Así como aparecen, se van. De ahí en más, en la mente del querido Paul se genera cierto ruido concerniente a seguir o no escribiendo historias del encapotado. En algún lugar de su psique, piensa “¿Dónde estaba Batman?”. Pasa por varias operaciones, y logra recuperarse físicamente. En cuanto a las cicatrices psicológicas… son algo más difíciles. Le cuesta volver a salir a la calle, le cuesta volver a laburar. Esto pasa justo en el proceso creativo de “Mask of the Phantasm” (¿te suena?), y gracias a su gran amigo Alan Burnett (que escribe algunas escenas que le estaban destinadas a él) no toma la decisión de renunciar a todo.
Pasan 25 años, y en una charla con el gran Kevin Smith todo esto resurge a la luz y, entre llantos, el gordo amante de Batman lo termina casi convenciendo de que estaría buenísimo que hiciese una historia con aquel suceso tan violento y traumático… sacar algo bueno de tanto dolor y frustración. Tal vez fue el puntapié inicial para que Paul se decidiera, pero lo cierto es que se puso manos a la obra. Junto al compatriota Eduardo Risso (de un talento genial, descollante) saca a la venta, algún tiempo después, la maravillosa “Dark Night: a true Batman story”.
Lo genial es que se edita en el sello Vertigo (¿cuánto hace que no sale algo del personaje en ese sello?), en una hermosa edición hardcover con sobrecubierta. Y en él, este suceso traumático se cuenta con lujo de detalles. O sea: no es una historia de Batman, si no una historia acerca de cómo Batman puede o no influír en la vida de alguien (y que justamente es quien suele darle vida en obras artísticas). Recorriendo sus páginas, veremos a un Paul niño, aislado y solitario de sus pares en la escuela, que se aferra al mundo de la imaginación desde sus primeros pasos como algo incluso más real de lo que le toca vivir día a día. Sus años en Warner, sus relaciones frustradas, su éxito en lo que hace. Aparecen Bruce Timm, Eric Radomsky, Arleen Sorkin… hay una historia de Sandman, ideas descartadas de Batman Beyond, animación vintage…y la noche trágica.
No recuerdo que exista otro libro como este, en donde se cuenta no una historia acerca del personaje, si no una historia en el mundo real en el que una ficción como Batman puede tener (o no) el poder de cambiar vidas, de corregir rumbos erróneos, de encauzar destinos. Porque es Batman en la mente de Dini quien lo incita siempre a volver, a auto-superarse, a seguir adelante. Es Batman quien se opone a los villanos que también habitan el alma del escritor, quienes lo incitan a encerrarse y encontrar el lugar oscuro y solitario en el que nadie le hará daño.
Todo esto ilustrado por uno de los mejores artistas que tiene hoy el mainstream yanki. Con su estilo único, Eduardo Risso no sólo dibuja sino que también entinta y colorea. Da cátedra de narrativa, de diseño de personajes (no hay dos que tengan la misma cara), de expresiones faciales (logra sutilezas insospechadas), de climas, de ambiente. Risso es la “nueva” estrella del comic norteamericano y por fin un artista nacional tiene el reconocimiento mundial que siempre debería haber tenido, laburando para donde fuese.
“Dark Night” es un libro precioso, que visualmente brilla por donde se lo mire, y que te cuenta la historia de un tipo que de repente tuvo un quiebre terrible, y cómo a través de la imaginación (que ojo, puede salvarte o hundirte) logró superar el escollo y seguir creciendo y creciendo.
Porque Paul Dini no para de crear maravillas.
Porque Paul Dini es un genio.
19 comentarios