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NOTAS

Heavy Metal

Enterate qué se puede rescatar de la temporada en la que el mítico guionista ofició como director de la revista Heavy Metal.
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Martes 16 de enero, 2024

A mediados de 2015, el CEO de Heavy Metal, Jeff Krelitz, y el dueño de la famosa revista de antología, Kevin Eastman, anunciaron que habían reclutado nada menos que a Grant Morrison para dirigir la Heavy Metal.

Para este entonces, la revista se publicaba con periodicidad bimestral, y cada número traía unas 140 páginas. El primer número con el escriba escocés al frente de la nave sería el 280, que salió a la venta en Estados Unidos el 27 de Abril de 2016, con una portada de Brian Ewing que hacía hincapié en la llegada de Morrison a la longeva publicación. Pero en este primer número, Morrison aporta apenas una editorial y una historieta (Beachhead) con dibujos de Benjamin Marra. La explicación de Krelitz fue «Grant podría haber aportado más material, pero tratamos de que en el primer número tuviera poca carga a nivel contenidos para que pudiera enfocarse en sus decisiones editoriales». El número se completa con series que venían de antes (una de Enki Bilal, otra de Erika Lewis, J.K. Woodward and Deron Bennetz), más material de autores europeos y hasta un unitario de nuestros compatriotas Emilio Balcarce y Gaston Vivanco.

Como era de suponer, la poca participación de Morrison en las páginas que Heavy Metal le dedica a las historietas va a seguir en niveles muy bajos a lo largo de toda su etapa como director. Los créditos de la revista indican que Rantz Hoseley oficiaba como «managing editor» y que tanto Frank Forte como Ricardo G. Llarena seguían en funciones como «coordinadores de contenidos», es decir, seguían eligiendo material para incorporar a la antología. Incluso la esposa de Grant, Kristan Morrison, figuraba como «coordinating editor», porque era ella (no Grant) quien articulaba el trabajo con Hoseley, Forte y Llarena. El rol del mítico escocés se limitaba en muchos casos a elegir el tema central de cada número (Sci-Fi, Magick, Sex, Fetish, Music) y a aportar textos e historias cortas. En algún momento, él mismo declaró: «En la mayoría de los casos no estoy familiarizado con el trabajo de los artistas reunidos bajo estas portadas, pero me gusta la forma en que vibra su onda colectiva y creo que son los que más cerca están de ejemplificar el espíritu de la Heavy Metal tal como yo lo entiendo. Si todavía no lo son, espero que todos se conviertan en super-estrellas». Para los que leemos entre líneas, nos está diciendo que no tenía la menor idea de lo que estaba publicando, lo cual es lógico, porque la mayoría del material lo seleccionaban Forte y Llarena.

A lo largo de los 12 números que componen la Era Morrison en Heavy Metal, el pasado de la revista estuvo muy presente. Aparecían Richard Corben, Enki Bilal, Massimilaino Frezzato, Liberatore, J.D. Morvan, autores croatas, daneses, portfolios dedicados a grandes ilustradores… hasta Kevin Eastman y Simon Bisley volvieron a publicar en la antología en estos años.

Pero para ser justos, también aparecieron autores que no estaban asociados al «elenco clásico» de Heavy Metal: Peach Momoko, Bob Fingerman, Alex De Campi, Donny Cates, Michael Avon Oeming… Y claro, como lo hizo siempre, Llarena le abrió la puerta a autores mexicanos (Edgar Clement, Héctor Lima) y sobre todo, argentinos. Así vimos participar de estos números a Diego Agrimbau, Pietro, Gabriel Ippóliti, Jok, Fernando Baldó, Gonzalo Ruggeri, Martín Túnica, Tomás Wortley, Rodrigo Luján, Carlos Dearmas y Pato Delpeche, entre otros.

¿Y Morrison, qué hacía? Poca historieta, lamentablemente. Además de las dos entregas de Beachhead, junto a Marra realizó una hermosa historia corta, tributo a David Bowie. También produjo historias cortas junto a Tula Lotay, Simeon Aston, el maestro Rian Hughes, Andy Belanger, Menton3 y Dominic Regan. Y textos sobre magia, y sobre la serie con actores basada en Happy, un comic que había realizado para Image, del que ya hablamos en este espacio.

También encaró dos sagas más extensas, pero nunca se terminaron de serializar. Una fue Savage Sword of Jesus Christ (presentada en el nº284, con dibujos de los Molen Brothers), pero sólo aparecieron dos entregas. Y junto al enorme Gerhard llegó a entregar tres capítulos de The Smile of the Absent Cat, que también quedó inconclusa en las páginas de Heavy Metal. Una pena, porque eran dos propuestas muy distintas entre sí y ambas tenían muy buena pinta.

La Era Morrison logró un moderado incremento en las ventas de Heavy Metal, y se terminó en el nº292, aparecido en los primeros días de 2019. Sin embargo, ya sin el escocés a la cabeza, la revista experimentó nuevos problemas internos, marchas y contramarchas, y finalmente cerró en 2023, tras el nº320. Así llegaba a su fin una larga y gloriosa historia de 45 años en los que Heavy Metal fue sinónimo de historieta para adultos con una mirada muy atípica para el mercado de EEUU. De todo el material que Morrison aportó a la antología, lo único que se rescató fue The Smile of the Absent Cat, en un libro de 48 páginas en tapa dura, publicado en 2021 por la propia Heavy Metal, que incluye páginas que nunca llegaron a publicarse en la revista, como para darle un final.