Retrocedamos en el tiempo. Mediados de la década de los noventa, Kingdom Come (de Mark Waid y Alex Ross, 1996) es el nuevo Dark Knight y los superhéroes necesitan urgente una reestructuración conceptual en la continuidad oficial. Será el amigo Waid quien ponga la primera piedra con una modesta miniserie co-escrita con Fabián Nicieza y dibujada a dúo por Darick Robertson y Jeff Johnson: Justice League: Pesadilla de Verano, una historia que en resumidas cuentas nos marca el retorno de la formación clásica de la mítica Liga de la Justicia: Superman, Batman, Wonder Woman, Aquaman, Martian Manhunter y los nuevos Green Lantern (Kyle Rainer) y Flash (Wally West).
Así queda atrás una etapa infame y está todo listo para el relanzamiento de la serie a manos del prestigioso, popular, odiado y amado Grant Morrison y el dibujante Howard Porter, con John Dell en las tintas. Ya desde el vamos (enero del ´97) Morrison tiene en claro que acá no se andan con chiquitas y tener a los siete grandes de la compañía significa hacerles unas historias que esten a la altura de su leyenda. El escocés no se hace desear y arranca con una poderosa saga de cuatro números titulada Nuevo Orden Mundial, donde no deja lugar a las dudas: esta es la Liga de la Justicia y lo demás no importa nada. Le siguen algunos unitarios (hermoso el nº5 con Tomorrow Woman), algunas historias en dos partes, con la incorporación del nuevo Green Arrow (Connor Hawke) y una pelea contra el mismísimo Cielo (con la introducción de un nuevo miembro, Zauriel) para dejarnos sin aliento y reafirmar que estabamos ante una de las mejores -tal vez la mejor- series de superhéroes de aquel momento.
Pero el punto más fuerte llegaría con la siguiente saga titulada La Roca de los Tiempos( Rock of the Ages), maravillosamente desplegada en seis partes (coincidiendo su final con un nº15 de doble longitud) con enfrentamiento con Darkseid incluído y un homenaje a Days of the Future Past, la famosa saguita de los X-Men narrada por Chris Claremont y John Byrne a principios de los ´80.
A partir de ahí Morrison regula un cambio, cede el testigo durante un par de números a su amigo Waid (quien se dedica a las historias en dos partes de forma bastante digna) y vuelve con todo con la saga de los Ultramarines, con los dibujos del notable Mark Pajarillo. Seguidamente tenemos dos arcos argumentales poderosos (pero que a mi parecer no están al nivel de sus primeros 15 números, tal vez la mejor etapa de la serie): Cinco Veces Crisis, donde veremos el regreso de la gloriosa Justice Society (que pronto obtendría su propio título), y el colofón de esta etapa, que llega con la saga Tercera Guerra Mundial.
También cabe mencionar una brillante novela gráfica junto al excelente dibujante Frank Quitely, JLA: Tierra 2, donde Morrison reintroduce en la continuidad al Sindicato del Crimen y su otrora Tierra 3.
Analizando un poco su etapa resalta al momento una clara intención: recuperar la grandeza de un grupo y una serie venida a menos, utilizando para ello a los mejores personajes que alguna vez pasaron por sus filas (quedó en el tintero Hawkman, pero bueno, nada es perfecto), y desde mi humilde punto de vista, logró su objetivo con creces. Tener a los siete grandes héroes del Universo DC implicaba una responsabilidad con todos y cada uno de ellos y Morrison salió bien parado del desafío en todo momento. Su Superman es poderoso pero cálido, su Wonder Woman es valiente y amable, su Batman es bueno..Batman (el maldito Bats que se las sabe todas, como el que hoy venimos sufriendo surge justamente de esta versión, no todos supieron manejarla tan bien como Grant), y así con todos. Ese faro de sabiduría y unión que representa el Marciano, la majestad del Rey de Atlantis (una versión increíble salida del run de Peter David en su propia serie) y ese dúo de pibes-adultos con poderes copados representados en Wally y Kyle. Sin olvidar a Connor, Zauriel, Plastic Man, Steel, Huntress y algún otro que se me queda en la memoria. Magia pura, y el fan de toda la vida agradecido.
Y en cuanto a la temática de la serie en sí, y bueno, es la maldita Liga de la Justicia: historias más grandes que la vida misma (como le gustaría al buen Rey Kirby) donde invasiones extraterrestres convergen con idas al Cielo y el Infierno, dioses venidos desde más alla de este universo, viajes en el tiempo y demás elementos y conceptos propios de la idiosincrasia de la serie y que el amigo Morrison maneja como nadie. Fue una catarata de aventuras propias de la ciencia-ficción onda años ´60 (década que vió nacer a la Liga) modernizadas mediante la atípica e hipnótica narrativa del escocés y preparada para encandilar a los nuevos lectores de cara al siglo XXI.
Tuvimos la suerte de presenciar a finales de los ´90 un retorno a la grandeza, cuando los héroes volvieron a ser super y las leyendas volvían a caminar junto a nosotros para guiarnos hacia el nuevo milenio.


