Mundo Morrison

Completamos el repaso por esta extraña saga compuesta por siete miniseries y dos one-shots.

Seven Soldiers of Victory (parte 2)

19/07/2023

| Por Maximiliano Britos

1 comentarios

Bienvenidos a la segunda parte del repaso por Seven Soldiers of Victory de Grant Morrison. En la primera nota, muy a grandes rasgos, comenté sobre el enfoque del guionista en una aparente trama ambiciosa súper dispersa entre miniseries autocontenidas. Y sobre cuatro de los 7 soldados. En esta ocasión, vamos a terminar de darle forma al asunto con los 3 restantes: The Bulleteer, Frankenstein y Mister Miracle.

The Bulleteer es una deconstrucción del mundo superheroico, bella y trágicamente contada. La protagonista es Alix Harrower, con la que Morrison jugará para criticar, satirizar y hasta evidenciar problemáticas tanto reales en el mundo del comiquero, como en el mundo de un superhéroe que no pidió sus poderes. Porque Alix es un personaje trágico. Sus poderes son por accidente, no quiere destacar, no quería tener un marido con fetiche por superhéroes, no quería ser cornuda, ni cosificada, ni apurar filas en eventos de comics mostrando el escote. Alix tenía un empleo al que no va a poder volver, tampoco pide ser sexualizada ni quiere destacar, no quiere ser única en un mundo donde ser único es lo que te hace ser protagonista. Toda esta incomodidad es excelentemente retratada por Yannick Paquette, que nos muestra siempre a un personaje que pareciera incómodo con su propia ropa (y en más de una ocasión, innecesariamente en ropa interior, para cerrar el círculo). Bulleteer es quizás la mini con más crítica a la actualidad que se vivía (y vive) y en el que más se profundiza el lado oscuro del superhéroe.

¿Y Frankenstein?

Si Morrison experimenta en todas las miniseries, acá hay una locura rara. No es meta, aunque haya un villano que te lee la mente “leyendo esos globitos con letras”, sino que hay mucho pulp y referencia a la cultura pop basura, masticada o masiva. Desde Star Wars y el legendario “Soy tu padre”, hasta  John Carter of Mars de Edgar Rice Burroughs, pasando por Carrie de Stephen King.

Y sin embargo, la gracia de la serie es que es piña y exposición sin parar, un comic que pareciera ser justamente lo más basura de los años´90, lo más explosivo, cuadrado y básico, con una trama de fondo que eventualmente abrirá el paso para futuros despliegues en Final Crisis. El purista sabe que el creador del monstruo se llamaba Victor Frankenstein, no el monstruo en sí. Pero acá adopta el nombre de su creador para poder (quizás), a futuro, honrar su buen nombre. Y las piñas de Frankenstein lo van a llevar a desatar un flor de despelote en Marte.

¿Aprendemos algo de Sheeda? Sí, que como contrapunto (o pares) de Frankenstein, son el futuro de la humanidad. Una abominación creada por nosotros. La poesía no cesa, y “S.H.A.D.E.” (Super Human Advances Defense Executive) es establecido en estas páginas, también.

No puedo recomendar esta mini como la mejor, pero puedo bancar a pleno la genialidad de usar toda idea masticada hasta el hartazgo como parte de la originalidad, hasta caer en una autocrítica donde la dirección es llevada por un monstruo y su destrucción. 

Para que no se nos escape, dejé para el final a Mister Miracle. Si Frankenstein tiraba algunas pistas, esta serie es sin lugar a dudas el prólogo de Final Crisis, aunque no haya sido publicitada como tal. No quiero explayarme mucho acerca de la venidera y susodicha Crisis (no ahora, al menos), pero a líneas generales, DC intentó algo con los New Gods con ideas de Morrison que no funcionó, y Morrison acá se “hace cargo” de esto. El plan era sembrar una idea a futuro para arreglar el kilombo, y termina por enkilombarlo aún más, porque justamente es Morrison, pero esa es su magia.

La mitología se reescribe, pues Mister Miracle es Shilo Norman, el aprendiz del Mister Miracle original. Shilo es una de las “siete celebridades maravillosas del mundo”, así que volvemos con el juego mágico del 7. No hay metaficción, sino reflexión sobre el poder del mito, la reinvención. El ciclo supermaniano que tanto ama el escocés es un ejemplo perfecto de la premisa de esta serie, que es atemporal. El mito no tiene fecha ni momento de nacimiento, siempre se reinventa, es necesario, ocupa pasado y futuro a la vez. La historia nos presenta a Darkseid, a Granny Goodness y a Desaad, pero como gángsters, proxenetas y psiquiatras. La droga “flat” hace que uno esté en un estado contrario a lo que debería ser una droga: te vuelve alguien sin imaginación que ve todo tal cual es. Un mundo espantoso que formará parte de la ecuación de la anti-vida.

Así como se ha festejado hasta el hartazgo (y me incluyo) la idea de Tom King de encerrar a Mister Miracle en un mundo donde puede huir solamente muriendo (aparentemente), acá Morrison nos plantea a un Shilo atrapado en la trampa de la vida, donde la forma de escapar es vivir una vida sin sentido. Es la Omega Sanction que vamos a conocer: vivir sin un propósito y esperar a que todo termine. Seguramente los fans de Batman podrán rascar más el fondo de la olla con esta idea, que alguien que no haya seguido toda la odisea Morrisoneana desde Batman and Son hasta Batman Inc. (que formarían tranquilamente una gran historia repartida en diversos títulos y personajes). La proto idea del Hyper-adaptor que persigue a Shilo, un espíritu libre, sólo le dará caza si lo encierra.

Mister Miracle no sólo está bastante aislado de la “trama central” sino que incursiona en otros conceptos de los New Gods como representantes de la experiencia humana, con Mister Miracle como ícono de la resistencia al encierro, y Darkseid como la tiranía.

Los Seven Soldiers of Victory son un intento de traer personajes nuevos con nombres viejos en el mismo universo de siempre, con mitología actualizada. La idea funciona de maravilla: es una lectura por un lado muy tranquila pero, por otro, muy compleja para hilarla. Los 7 Soldados nunca son un equipo, casi no interactúan (y las pocas interacciones son involuntarias y a veces, desapercibidas). Es fácil contar esta trama como un gran crossover extraño y experimental, pero es mucho más ambicioso que sea una parte cuasi-aislada de todo un proyecto de años en la editorial, que se desarrolló principalmente en Batman y culminó con Multiversity. Sheeda es una contraparte también de The Gentry, los parásitos multiversales de Multiversity, que invaden por medio de Ultra Comics los distintos universos, y encima nos controlan. Sheeda somos nosotros, el futuro de DC, que confrontamos contra siete disfuncionales para que el universo editorial siga siendo disfuncional.

Lamentablemente el que más suerte pudo llegar a tener como personaje “nuevo” fue Frankenstein, pero no me cabe duda que DC tuvo la oportunidad de poder hacer estallar su línea editorial con nuevas ideas y no supo aprovecharla.
En definitiva, háganse un favor y disfruten todas las capas, lecturas y sublecturas que tienen los Seven Soldiers. Una reseña jamás podría hacerle justicia a la lectura, pero spoilearla hasta el hartazgo destruye el viaje, así que confíen en Morrison y lean con la mente abierta a bombardeos por todo estímulo intelectual posible.

Una respuesta a «Seven Soldiers of Victory (parte 2)»

  1. Nahuel2017

    Muy buena nota Maximiliano! Me cebaste sobre todo con The Bulleteer que era la que menos me llamaba antes de leer la nota. Me encanto » El plan era sembrar una idea a futuro para arreglar el kilombo, y termina por enkilombarlo aún más, porque justamente es Morrison, pero esa es su magia» totalmente, larga vida a nuestro dolape falopero favorito!!!!!

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