A fines de los ‘80, el escritor Grant Morrison y el dibujante Steve Yeowell realizaron para la antología inglesa Crisis una historieta olvidada y tapada en la carrera de ambos autores: The New Adventures of Hitler.
La juventud de Hitler en Londres contada por Morrison muestra todos los problemas del protagonista con sus padres, su renuncia al arte, su búsqueda del Santo Grial, su encuentro con Morrissey en el placard y su inolvidable charla con John Bull. El guionista cuenta la vida cotidiana del dictador con una voz en off intimista y diálogos cortos, que generan un ambiente nihilista. El absurdo del guión está planteado desde el primer capítulo hasta el final: Morrison nunca escribió a Hitler en serio.
La breve serie de aventuras del genocida (apenas cuatro episodios llegaron a publicarse en la antología) nunca logró generar algo más adentro del propio producto. La transgresión de usar la figura de un dictador y mostrarlo como adolescente se ve eclipsada por otras historias políticas que fueron serializadas al mismo tiempo y que le dieron identidad e imagen a Crisis; obras como Third World War, New Statesmen y todo el material de Garth Ennis y John McCrea. La verdad es que en las páginas de Crisis, Morrison nunca tuvo éxito y tampoco suerte, ya que sus dos títulos (el otro es Bible John), fueron condenados al olvido. Ninguno tuvo una reedición y tampoco son muy mencionados como algo destacado en la carrera del guionista. Ambos gozan de la etiqueta de rareza y no mucho más.
La voz en off es lo más importante del guión en esta historieta, ya que Morrison experimenta ideas de juventud y fracaso sobre la figura de Hitler. Nunca tiene dinero, es un miserable, no tiene vida sexual y sus decisiones se ven criticadas por la figura de su padre.
El dibujo de Yeowell es de lo más extraño e importante de su carrera. En varios capítulos recurre al collage y esa técnica le da la identidad clave al mundo que cuenta Morrison. Yeowell construye su narrativa con cuatro o seis viñetas, que se acoplan muy bien a la voz en off. A diferencia de Zenith, esto es todo a color y lo favorece al dibujante, ya que explota esos recursos para mostrar otro Londres. El estilo de Yeowell envejeció muy bien en esta obra, ya que las puestas en la mirada de Hitler, los detalles sutiles en la ropa y una Londres casi deshabitada, le dan otro tono a la relectura. El color (siempre protagonista en el arte de este dibujante) juega un rol fundamental, ya que el ambiente construído te ahoga en un gris nihilista, que por momentos cambia a una ráfaga de colores psicodélicos para contar la intimidad del personaje principal.
¿Existe alguna maldición con Morrison y el multiverso de Hitler? Además de esta obra, existe una aparición delirante del genocida en el último arco de Big Dave (co-escrita con Mark Millar y dibujada por Steve Parkhouse) y también tiene un rol destacado en Savage Sword of Jesus Christ, dibujada por los hermanos Molen. Por ahora ninguna de las tres tuvo una reedición, aunque Savage Sword of Jesus Christ (que aparece de vez en cuando la antología Heavy Metal) es la que más chances tiene de una futura recopilación.


