Esta es una de esas cosas geniales y bizarras que tiene la historia del comic. Allá por 1997, cuando Marvel estaba en medio de su proceso de quiebra y todos los medios (no sólo los especializados en comic) cubrían la caída en desgracia del otrora poderosísimo Ron Perlman (el ejecutivo cuya gestión mandó a la B a la editorial de comics más grande de EEUU), una minúscula editorial independiente se animó a lo imposible: tocarle el culo a Marvel y mofarse de su peor momento.
El sello Highwater Books fue una pequeña editorial autogestiva que existió entre 1997 y 2004, capitaneada por Tom Devlin, quien más tarde llegaría a ser director creativo de Drawn & Quarterly. El propio Devlin fue el coordinador de la antología Coober Skeber Vol.2 (el Vol.1 no existe, le pusieron “Vol.2” para hinchar las pelotas), un librito que salió en 1997, sin precio de tapa ni ISBN.
En la magnífica portada de Seth (autor canadiense que pasó hace poco por Buenos Aires) puede leerse “Marvel Benefit Issue!” y sí, tal como lo sugiere la portada, las 23 historias cortas que integran la antología están protagonizadas por los héroes y villanos de La Casa de las Ideas. Mucho antes de que Marvel invitara a los autores más emblemáticos del indie yanki a jugar con sus peronajes (en la recordada antología Strange Tales, de 2009), Devlin convenció a un grupo de artistas sumamente underground para que aportaran versiones de sus personajes de Marvel favoritos a Coober Skeber, por supuesto sin autorización de la editorial propietaria de los mismos.
Como suele suceder cuando se ”pasa la gorra” para armar una publicación entre amigos, varias de las historietas son mamarrachos ilegibles, escritos y dibujados por autores demasiado experimentales o demasiado inexpertos, que naufragan groseramente en su intento de contar una historia con sus dibujos. En las páginas del librito nos encontramos con nombres de historietistas absolutamente ignotos, que nunca trascendieron ni antes ni después de publicar en esta antología. Andá a saber de dónde sacó Tom Devlin a fiambres como Steve Solonn o A.R.E., o cómo se le ocurrió que un historietista rarísimo como Brian Chippendale podía reinterpretar con éxito a Daredevil. El propio Devlin aporta una historia de los Guardians of the Galaxy (los clásicos, que eran los que existían en 1997) que deslumbra desde el dibujo y tropieza fiero en la narrativa.
Pero también hay papa muy fina en Coober Skeber. Ron Regé Jr. la rompe con su versión de Spider-Man; Robert Boyd (por entonces coordinador en Kitchen Sink) se manda un lindo tributo al Dr. Strange clásico; Brian Ralph aporta la mejor historia del tomo, en la que se entrecruzan Galactus, el Sliver Surfer y Man-Thing; Gorgon Radeo lima con una aventura de Iceman; Danny Hellman se luce satirizando a Nick Fury y SHIELD; Magnus Johnstone aporta una versión cuasi-porno de una Spider-Woman lesbiana con un dibujo y una puesta en página exquisitos; Pete Cardin homenajea a Jack Kirby con una aventura de Devil Dinosaur; y James Kochalka te hace mear de risa en sus cuatro paginitas de ”Hulk vs. la lluvia”.
Pero claro, recordemos que Highwater no tenía los derechos para usar a estos personajes. De hecho, en la indicia del libro dice claramente “Please send all cease-and-desist orders and summons to Highwater Books”, haciéndose cargo (mitad en serio-mitad en joda) de que se estaban metiendo en un kilombo legal. Efectivamente, y a pesar del caos en el que estaba sumida, Marvel inició acciones legales contra Highwater y la circulación de Coober Skeber se vio impedida por el fallo judicial. Así es como este hermoso librito se convirtió en un objeto de culto, un Santo Grial buscado por los fanáticos, pero muy difícil de encontrar, por su baja tirada y por las restricciones a su exhibición y venta a raíz del juicio iniciado por Marvel.
Si hoy se te ocurre salir a buscar tu ejemplar de Coober Skeber Vol.2, te vas a encontrar con algún alma caritativa que te lo venda a 40 dólares, y de ahí para arriba hasta llegar a avechuchos desalmados que están pidiendo 117 euros. Un dolor de bolas.
¿Hay forma de acceder a estas historietas sin caer en la cotizadísima antología? Mmmm… se complica. Highschool Analogy, la historia de Ron Regé Jr. protagonizada por Spider-Man se incluyó en Against pain, un recopilatorio de obras cortas del autor editado en 2008 por Drawn & Quarterly. Y la de Hulk contra la lluvia apareció como back-up en Annual de Hulk de 2011, esta vez redibujada por Kochalka y a todo color. Está reeditada también en el primer TPB de Strange Tales.
¿Y el resto? El resto nunca se volvió a publicar. Lamentablemente, la única forma de tener acceso a esas historietas es en el Vol.2 de Coober Skeber, una joda loca nacida de la irreverencia de Tom Devlin y sus amigos, hoy convertida en una pieza de colección muy jodida. Si la tenés, no se te ocurra prestarla. Y si no la tenés, pensá seriamente en sacrificar un billete importante para conseguirla.
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