Muy de a poquito, en este último tiempo empezamos a ver cómo las editoriales españolas se acuerdan que existió Shotaro Ishinomori (1938-1998), apodado “el Rey del Manga”, el único historietista en cuyo honor se fundaron dos museos a falta de uno. Mínimamente conocido fuera de Japón, dentro de la islita la chapa de Ishinomori es infinita y rivaliza sólo con la de Osamu Tezuka, quien fuera la guía y la inspiración de este mangaka fundamental de las décadas del ´60, ´70 y ´80. Y de a poquito, empieza a caer la ficha de que en décadas anteriores ya aparecieron algunas obras de Shotaro en nuestro idioma.
El problema es que aparecieron… y desaparecieron. Una de las que a mí más me gustaron es Musashi, la historieta en la que Ishinomori narra la vida de Takezo Shinmen, mucho más conocido como Musashi Miyamoto, el más diestro espadachín de la historia de Japón, autor de textos fundamentales como El Libro de los Cinco Anillos, protagonista de Vagabond (el famoso manga de Takehiko Inoue) e inspirador de Usagi Yojimbo, el conejo samurai de Stan Sakai. Muchos cineastas, literatos y mangakas han sido subyugados por la figura de este asombroso guerrero del Siglo XVII y Shotaro le dedicó, allá por 1971, un manga espectacular de casi 500 páginas.
La edición española de Musashi, a cargo de Planeta-DeAgostini, apareció en Junio 2009, en un tomo de 488 páginas en tapa blanda, a muy accesibles 11,95€. Y la crítica estuvo bastante dividida, no a todos mis colegas el manga les gustó tanto como a mí. Pero de alguna manera, doce años después de su lanzamiento, el tomo es imposible de encontrar.
Varias tiendas online de España (entre ellas Cosmic, Todo Consolas y algunas más) lo ofrecen por debajo del precio de tapa, entre los 10€ y los 11,35€. Pero te aclaran que no hay ejemplares disponibles, o sea que es lo mismo que nada. Si lo querés comprar a ese precio, te dicen “seguí participando” y las probabildades de que un día te escriban para decirte “te conseguimos el Musashi a 11,35€” son realmente ínfimas. También hay algunos sitios donde el libro está disponible, pero es una odisea más riesgosa que recorrer el Parque Indoamericano a las cuatro de la mañana disfrazado de colegiala. Uno de los sitios más importantes de venta online, IberLibro, tiene ejemplares de Musashi, y te los vende a 107€. Más de nueve veces lo que valía cuando salió. La gigantesca cadena de librerías FNAC también dice tenerlo, y te lo ofrece a demenciales 189€. Y un criminal carente de todo escrúpulo, lo ofrece en el Amazon español a la absurda cifra de 272€. ¿Posta habrá gente que pague esa plata por un librito que hace 12 años valía 11,95€.? ¿Quién tiene la cara tan dura como para poner a ese precio un manga que IberLibro vende a 165 euros menos? Misterios insondables del maravilloso mundo de la compra-venta de comics en la web.
Supongamos que ningún dealer español de los que no se fueron a la mierda con el precio te consigue ese ejemplar de Musashi a 11,35€, ni a 12 ni a 20. ¿Qué opciones hay? Una es comprarlo en francés, donde en 2008 el sello Kana lo editó (con ocho páginas más que Planeta-DeAgostini). No sé si fue un fracaso estrepitoso, o si hicieron una tirada gigantesca, pero hoy esa edición se consigue al mismo precio con el que salió a la venta, 13€. En Italia la obra de Ishinomori apareció en 2019, editada por el sello J-Pop en un libro de 482 páginas (seis menos que el español). Hoy se vende al mismo precio que hace dos años, a muy razonables 15€.. O sea que con solo animarse a leer el manga en francés o italiano, ya te sacás de encima el problema de tener que pagarlo una fortuna.
En el idioma que sea, recomiendo mucho que leas Musashi. Con sólo hojear el manga, te cae la ficha de que estás frente a un artista de una calidad superior. Se nota a ocho cuadras que no hay nada improvisado, que nada de lo que está en la página es “lo que se pudo”, sino más bien lo que se quiso. Cada viñeta transmite categoría, cancha, savoir-faire. La narrativa es tranquila, pausada, descomprimida como en el manga bien clásico. Las líneas cinéticas y las tramas de grises dejan sospechar la mano de una legión de asistentes, al igual que las texturas logradas mediante un festival del cross-hatching totalmente pasado de rosca. El dibujo está tan logrado, levanta tanto vuelo en cada secuencia tranqui de esas en las que Ishinomori se cuelga con paisajes, vistas panorámicas de los pueblos, castillos y bosques, que la belleza de las imágenes eclipsa a la violencia de la trama.
Por supuesto, si no te interesa la temática de los samurais te vas a aburrir a lo pavote cada vez que arrancan las menciones a los daimios, los karos, las escuelas de combate y los koku. Este es un comic histórico basado en hechos reales, y por ende todo eso está meticulosamente investigado. Pero si te gustan los samurais, seguro escuchaste hablar de Musashi Miyamoto y seguro nunca leiste una biografía tan atrapante y tan bien dibujada como la que propone acá Shotaro Ishinomori, el Rey del Manga, un sensei de los senseis injustamente ninguneado por la mayoría de las editoriales de Occidente.
Feliz cacería, y si lo tenés, que no se te ocurra prestarlo.
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