Abordar la biografía y el repaso por la obra de alguien tan prolífico e influyente como Jack Kirby es una tarea bastante difícil. Aunque más difícil resulta imaginarse en qué se habría convertido el comic estadounidense si este monstruo nacido el 28 de Agosto de 1917 en la ciudad de New York se hubiera dedicado a otra cosa.
1.UN ARTISTA EN CIERNES
Todo empieza en el Lower East Side de New York, un barrio marginal y violento, en el que (como tantos inmigrantes) se establece la familia Kurtzberg, con padres nacidos en Austria e hijos nacidos en EEUU. Entre estos hijos estaba Jacob, quien mostró un temprano interés por los cuentos fantásticos que le contaba su mamá y por el dibujo. Y por las peleas callejeras con los otros chicos del barrio. Ni bien Jacob tuvo su propio dinero, empezó a consumir con fervor los pulps, esas revistas muy baratas con relatos de enmascarados, monstruos o héroes que conquistaban planetas con sus espadas y sus pistolas de rayos. Claramente lo que más cautivó al joven Jacob fue esto último, las aventuras de ciencia-ficción con héroes espaciales. Que además tenían su correlato en las historietas que aparecían todos los días en los diarios, como Buck Rogers y el Flash Gordon de Alex Raymond. En las tiras de los diarios también brillaban maestros como Milton Caniff, Harold Foster y Chester Gould, y Jacob se hizo tan fanático de sus historietas que a los 14 años decidió que quería ser dibujante.
Sus padres lo inscribieron en una escuela de artes plásticas, pero evidentemente la educación académica no era lo suyo y el joven Jacob decidió continuar el aprendizaje por su cuenta, con libros para aprender a dibujar que sacaba de la biblioteca pública de su barrio. Eso explica por qué sus primeros trabajos son bastante precarios, y por momentos parecen versiones medio deformes de los dibujos de Caniff o Raymond. A los 16 años, empezó a publicar K´s Konceptions, su primera creación con una cierta regularidad en el periódico de la Boys Brotherhood Republic. En 1935, ya decidido a ganarse la vida como dibujante, entró a trabajar como asistente en el estudio de Max Fleischer, donde se producían los dibujos animados de Popeye y Betty Boop. Un trabajo tedioso y poco creativo, que consistía en rellenar las secuencias, con dibujos de los personajes que variaban muy poquito entre un fotograma y el siguiente. En 1936, Jacob empezó a producir tiras y viñetas de humor para la agencia Lincoln Newspaper Features, que generaba contenidos para diarios de todo el país. Ahí creó varias tiras de poca repercusión, como fueron Detective Riley, The Black Buccaneer y Socko the Sea Dog. En esta época, adoptó varios pseudónimos, entre ellos Richard Lee, Teddy, H.T. Elmo, Ted Grey, Charles Nicholas, Lance Kirby, y finalmente, Jack Kirby. Unos años más tarde, adoptaría legalmente ese nombre, lo cual produjo un gran disgusto en el seno de la familia Kurtzberg.
2. A EXPLOTAR
En 1937, el rumor que corría entre los dibujantes jóvenes de New York era que la posta estaba en la naciente industria de los comic-books, donde cualquiera que pudiera sostener un lápiz durante 13 ó 14 horas diarias, se convertía en poco menos que una estrella del comic. Con esta data, Jack Kirby empezó a buscar trabajo por ese lado y para 1938 estaba instalado en el estudio/ taller que capitaneaban Jerry Iger y su socio, Will Eisner. Ahí, un montón de jóvenes (casi todos de origen humilde y muchos criados en familias judías) producían a destajo historietas de todos los géneros imaginables para estas nuevas revistas, los comic-books, que empezaban a poblar los kioscos de Estados Unidos. Gracias al éxito de Action Comics, la popularidad de estas nuevas publicaciones se disparó en pocos meses, y las editoriales brotaron como hongos. Kirby, con su gran capacidad de producción y su profesionalismo a ultranza a la hora de entregar en las fechas pautadas, se convirtió en uno de los artistas más requeridos. Sus primeros trabajos para el medio en el cual iba a reinar, aparecieron en el nº1 de la revista Jumbo, de la editorial Fiction House, uno de los primeros comic-books. Aquí realizó una serie de ciencia-ficción y una adaptación al comic de la famosa novela El Conde de Montecristo.
Con la experiencia adquirida junto a Iger y Eisner y un mercado que cada vez demandaba más profesionales, Kirby salió a presentar muestras de sus trabajos en distintas editoriales. Así empezó su vínculo con Timely (hoy conocida como Marvel), la editorial de Martin Goodman, donde trabajaba también un adolescente llamado Stan Lee. Y además empezó a trabajar para el Fox Features Syndicate (también cliente de Iger/ Eisner), una agencia que producía material para diarios y además editaba comic-books. Aquí se generaba la tira de prensa de Blue Beetle, y esta fue la primera vez que Kirby pudo dibujar a uno de estos nuevos personajes que rompían todo: los superhéroes.
En 1940, Kirby conoció a otro muchacho un par de años mayor que él, que escribía y dibujaba historietas para varias editoriales: Joe Simon. Juntos darían vida a Blue Bolt, un superhéroe que pasó por varias editoriales y se publicó durante toda la década del ´40. El nº2 de Blue Bolt marcaría la primera colaboración entre estos dos amigos de cuya complicidad saldrían una imparable catarata de creaciones. Ese mismo año, Kirby y Simon aportan material a varias revistas de Timely (acá crean a personajes hoy olvidados como Mercury, Hurricane, The Vision, Red Raven, Comet Pierce y el bizarro Tuk the Cave Boy) y colaboran también en la editorial Fawcett, hogar del Captain Marvel original. La dupla le había agarrado el gustito a esto de los superhéroes y por ahí iba a aparecer su primer gran éxito.
3.LA FIGURA DEL GRAN CAPITAN
Para 1940, en Estados Unidos ya se empieza a hablar de lo que estaba sucediendo en Europa con el nazismo, sobre todo en ciudades como New York, en las que habita una enorme colectividad judía. Ese año, en el nº 6 de la efímera revista Daring Mystery Comics, veremos por primera vez a Adolf Hitler dibujado en las viñetas de un comic. Se trata de la historia en la que la editorial Timely presenta el debut y despedida de un superhéroe llamado Marvel Boy, que nunca iría más allá de esa primera aventura. ¿Quiénes fueron los autores de tan rotundo fracaso? Joe Simon y Jack Kirby, casualmente (o no) los creadores del superhéroe definitivo de la Segunda Guerra Mundial, el Capitán América.
(el lunes, la segunda parte)


