Como vimos, a Magazine Enterprises el concepto del vaquero enmascarado le funcionaba muy bien. Tenían uno completamente inventado por ellos (Ghost Rider), tenían uno que existía previamente como héroe de películas Clase B (el Durango Kid) y ahora solo les faltaba inventarle una identidad secreta a un héroe de películas del Oeste de Clase B.
Y eso fue lo que hicieron con Tim Holt, alias Redmask.
Tim Holt (1919–1973) era para 1948 un veterano de la pantalla grande. Hijo del actor Jack Colt, empezó con papeles juveniles en películas de gran presupuesto y su carrera estaría dominada por actuar en papeles menores de películas de gran presupuesto, con la excepción de The Magnificent Ambersons de Orson Welles, donde sería el protagonista y The Treasure of Sierra Madre, en la que sería el antagonista nada menos que de Humphrey Bogart. También tuvo roles estelares en una sucesión de westerns serie B de presupuesto medio producidos para los estudios RKO. Si bien para 1948 su estrella comenzaba a desvanecerse, todavía su nombre hacía que la gente comprara entradas de cine … o comic books.
Así que en ese año salía el primer número de Tim Holt. En él, Tim y su acompañante Chito (que también salía en las películas), enfrentaban a los típicos villanos del Oeste. Los guiones normalmente eran de Gardner Fox y el dibujante era un chico nuevo llamado Frank Bolle que va a quedarse básicamente por toda la serie, y a evolucionar rápidamente hacia un estilo sólido aunque no particularmente espectacular. Para el nº 20 (Noviembre de 1950), había que pegar un volantazo que diferenciara al personaje de infinitos otros cowboys. Al ver el éxito que tenían los vigilantes enmascarados para la editorial, decidieron que Tim necesitaba una identidad secreta.
Así que en ese número Tim Holt se volvía Redmask, en el episodio “Tim Holt se vuelve Redmask” (duh!!!!) cuando, al oír la leyenda de un héroe enmascarado con ese nombre que defendía a los peones cien años antes de su tiempo, Tim se pone un traje rojo, una máscara del mismo color que le cubre la cara (y que luego reemplazaría más adelante por un antifaz), su revólver y una cuchillo largo y sale a enfrentar al bandido El Terror (así en castellano), empilchado como Redmask. Y decide que puede ser una buena idea mantener esa identidad secreta.
De ahí en adelante, cada vez más historias de Tim Holt aparecerían con él disfrazado como Redmask para enfrentar a sus enemigos, tanto en la revista titular como en el título antológico Best of the West (donde compartía espacio con Ghost Rider, el Durango Kid y el héroe indio Straight Arrow). Villanos que ya no eran solo los típicos ladrones de ganado y bandidos varios del Oeste, sino que empieza a enfrentarse a criminales un poco más cercanos a las tradiciones pulp. Villanos como The Cape, Whip Woman, The Man in the Iron Mask y similares, conforman una galería de “supervillanos” poco común entre los héroes del Oeste. Pero particularmente una villana aparecida en el nº 25 llamará la atención del público y se convertirá en una heroína enmascarada por derecho propio: Black Phantom.
Tras la vuelta de Black Phantom en el nº 38, el personaje se convirtió poco a poco en el sidekick de Redmask, desplazando a Chito. Para el nº 41, Redmask vendía bien pero Tim Holt ya no (había comenzado su retiro del cine). En ese número, el titulo cambia a Redmask, se elimina toda referencia a la personalidad publica del héroe (para no seguir pagándole a Holt), y se mantiene el mismo equipo creativo. Black Phantom tendría un número de prueba propio, pero ya para mediados de los´50, la llegada del Comics Code y la baja de las ventas lograron que Magazine Enterprises cerrara sus puertas.
Redmask terminaba en el nº 54, Bolle se iría a seguir trabajando en los comic books (lo veremos en títulos de Gold Key como Solar Man of the Atom y Flash Gordon, además de dibujar para varias tiras de prensa) y, fuera de un par de “reprints” ilegales a manos de IW a mediados de los años´60, tanto Redmask como Black Phantom caerían en el olvido… de los que los sacará esa máquina de rescatar personajes olvidados en dominio público que era (y es) AC comics, la editorial de Bill Black.
Aparte de haber reimpreso muchas de las historias de ambos personajes para su (larga) línea de reprints, Black se fijó especialmente en Black Phantom. Lo que es lógico en una compañía cuyo título de cabecera es Femforce, una serie protagonizada por versiones femeninas de héroes de la Golden Age y donde las heroínas sexys con ropa ajustada son claves en su supervivencia.
Aparte de referenciarla como existiendo en el pasado de Femforce, en el nº 64 de ese título empezará una historia de back-up (dibujada entre otros por Nick Northey, Mar Castro, Chris Allen y Mark Heike) en la que una shaman indígena hace que Black Phantom vaya al presente como un fantasma que a veces puede solidificarse y otras no, sin control de ello. De a poco logra controlarlo y finalmente se quedará a vivir en el presente, donde tendrá un romance con el héroe místico Darkshade e interactuará cada tanto con el grupo de superheroínas.
Magazine Enterprises todavía tendría un par de héroes enmascarados bajo la manga, de los que hablaremos en nuestra próxima entrega.
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