Desde que en 1975 Superman y Spider-Man cruzaron caminos, quedó demostrado que era posible armar team-ups entre personajes de distintas editoriales, pero creo que en aquel momento ninguno de los involucrados imaginó a qué le estaba abriendo la puerta.
Casi 20 años después, en Junio de 1994 (podríamos decir que la excusa de la nota es el 25 aniversario de su publicación), Marvel cruzaba al Punisher con un icónico personaje de otra editorial, pero no la que todos esperaban. Así es como nacía The Punisher meets Archie y ya nada sería lo mismo.
LLEGAN LAS TORTUGAS NINJA
Igual, si tenemos que ser honestos y ponernos rigurosos, un par de años antes de que se diera el famoso crossover que mencionaba más arriba, Archie ya había compartido cartel con otro grupo de adolescentes casi tan famoso como la pandilla de Riverdale. Me refiero a las Teenage Mutant Ninja Turtles o las Tortus, como le decimos por estos lados.
La cuestión es que en ese momento Archie Comics estaba editando unos comics de las Tortugas basados en la serie de televisión, con lo cual las complicaciones a la hora del cruce fueron mínimas. De esta manera salio a la venta en 1991 TMNT meet Archie, un especial de 68 páginas, con cuatro historias cortas de las cuales sólo la primera era la que tenia el mentado crossover y las otras tres eran historias cortas de los quelonios favoritos de los niños.
Escrita por Dean Clarrain sobre un plot de Ryan Brown y el propio Clarrain, la historia no da para hacerla muy larga. Si acá hay alguien que leyera los comics de las tortugas de Archie (en nuestro país los edito Silvapen, así que es muy probable) recordará a Cudley, un insoportable personaje que era una cabeza de vaca gigante que flotaba y tenía el poder de viajar entre dimensiones llevando gente dentro de su boca. Bueno, la cuestión es que por su intermedio Leonardo, Donatello, Michaelangelo y Raphael llegan al universo de Archie. Archie y Betty ven la llegada de las Tortus y se creen que se trata de una invasión extraterrestre al ver a cuatro hombrecitos verdes, pero cuando le cuentan a sus amigos nadie les da pelota y deciden irse a un recital de Josie y las Pussycats, al que también asisten las Tortugas vestidas con ropa de calle para pasar desapercibidas (sí, posta). La cosa es que unos tipos secuestran a Veronica, delante de sus narices y ahí surge una alianza entre los quelonios y los chicos de Riverdale para ir a rescatarla. La slavan y terminan todos comiendo pizza en Pop´s. Fin.
La verdad que todo es bastante berreta pero muy en sintonía con lo que eran los comics de las Tortugas de esta etapa. Igual lo peor de todo es que -siendo este supuestamente el plato fuerte y lo que vende el especial- las otras tres historias son mucho mejores tanto en guión como en dibujo. Y ya que mencionamos este rubro, no me quiero olvidar que aca se impone la idea (que después repetirían con mucho más éxito en Punisher meets Archie) de utilizar dos dibujantes diferentes. De esta manera, a las Tortugas las dibuja Ken Mitchroney, mientras que el veterano Stan Goldberg se encarga de Archie y su pandilla.
Estamos ante una historia sumamente olvidable, pero que sirvió para abrirle la puerta de Riverdale a un montón de personajes que uno pensaría que iban a desentonar y quedó demostrado que no era así. Buena o mala historia, el daño ya estaba hecho.
AHORA SI, ENTRA EL PUNISHER
Como decía el principio, el primer crossover “serio” de Archie es el de Punisher, porque es el primero en involucrar personajes de otra compañía, y en este caso nada menos que de Marvel. Las versiones de la génesis de la idea son varias y según a quién le pregunten cuentan una versión distinta cada uno. Pero lo cierto es que el impulsor del crossover fue sin dudas el por entonces editor de Archie, Victor Gorelick, que parecía que se la pasaba jodiendo con este tema a su gran amigo Tom DeFalco (por entonces editor en Marvel). Si tomamos la historia que ellos mismos cuentan en el prologo del comic, la cosa es más o menos asi:
Victor le presentó una idea a sus jefes Richard Goldwater y Michael Silberkleit para el crossover, en la que los padres de Archie eran asesinados por unos jóvenes que usaban armas de fuego. A raíz de esto, el pelirrojo buscaba al Punisher para que lo ayude a hacer justicia por mano propia, algo muy digno de Baby Echecopar, pero que por suerte en las altas esferas de la editorial Archie Comics no terminó de pegar, si bien la idea de cruzar a estos dos personajes sonaba interesante. Así fue como entró en escena Batton Lash (el guionista del mentado crossover, recientemente fallecido) que, cuando escuchó la idea de Gorelick, le dijo que él podía trabajarla y sacar algo bueno de todo eso. Y así fue…
El principal mérito de Lash, es mantener el espíritu de ambos personajes intacto. Uno lo lee y eso se nota. Las escenas con Archie no desentonan y las de Punisher tampoco. Incluso cuando interactúan, ninguno pierde su esencia. Esto -confiesa el propio guionista- fue inspirado por la película Abbott y Costello contra los fantasmas (Abbott and Costello meet Frankestein, 1948), donde él sentía que se respetaba el espíritu de los comediantes y los monstruos clásicos por igual en una perfecta amalgama. Y con esta idea, llegó el plot a manos de DeFalco, que lo elevó a sus jefes en Marvel y asi le dieron luz verde al proyecto. Lash se puso a laburar el guión, y sólo faltaba definir al dibujante.
De vuelta, como mencioné más arriba, la mejor decisión que tomaron fue la de contratar a dos dibujantes para mantener una coherencia estilística eb los personajes (hoy en día estas cosas no son tan necesarias, como ya veremos mas adelante). De esta manera, el elegido para dibujar a Archie y sus amigos fue nuevamente Stan Goldberg, mientras que Punisher, Micro y su entorno quedó en las competentes manos de John Buscema, todo entintado por Tom Palmer para conseguir unificar ambos estilos en la medida de lo posible.
En cuanto a la historia en sí, Punisher anda detrás de “Red” Fever, un traficante que se va esconder a Riverdale para zafar y tiene un tremendo parecido con nuestro pelirrojo favorito. Así que estamos una vez más ante una historia de sosías, en la que las confusiones de identidad están a la orden del dia. Punisher cree que Archie es el criminal al que está buscando, unos matones que quieren matar a Red caen en la misma y mientras tanto, “Red” cierra un negocio con el padre de Veronica, que recientemente se peleó con Archie y termina yendo con “Red” al baile del colegio, donde obviamente se da el climax de la historia.
Lo más loco de todo esto, es que funciona. Los war journals del Punisher, su misión de ayudar a los federales a capturar un traficante y su arreglo de entregarlo con vida, suena lógico. Y por el otro lado, el desplante de Veronica a Archie que lo hace quedarse sin cita para el baile (porque Betty ya tiene la suya) y que termine yendo con el nuevo socio del padre, etc., también suena coherente. La amalgama entre ambos es perfecta. Igual no nos equivoquemos: no estamos ante ninguna maravilla del Noveno Arte. Ahora, si tenemos en cuenta lo que había para laburar (y si no, atrevete a mirar los comics abominables que publicaba Marvel en 1994), las cosas podrían haber salido mil veces peor. Con Punisher meets Archie consiguieron un producto más que digno, que abrió la puerta para que empezarán a desfilar por Riverdale los más variopintos personajes. Pero eso se los cuento la próxima.
(Muy pronto, la segunda parte)
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