En 1968 todavía el filón de los súper espías que había comenzado con los filmes de James Bond seguía siendo redituable. Series como Misión Imposible, El Agente de C.I.P.O.L.. Los Vengadores (los de John Steed y Emma Peel, aclaremos) y Yo soy Espía tenían buenos ratings en la televisión, las películas de Matt Helm y Flint tenían éxito en taquilla, Europa había creado todo un género de películas conocidas como “eurospy”, que copiaban y llevanan al paroxismo los clichés de los filmes de 007 (que seguían teniendo un éxito imparable cada vez que salían) y había una cantidad ingente de novelas populares protagonizadas por espías elegantes dispuestos a matar al rival sin el menor escrúpulo de paso y seducir a algunas mujeres. Era lógico esperar que las editoriales de comics intentaran crear conceptos similares. Marvel lo había hecho cuando convirtió a Nick Fury de sargento en la Segunda Guerra a jefe de S.H.I.E.L.D., con aventuras muy en la línea del género. Charlton, por su parte, había reconvertido al Sarge Steel de duro detective privado a cuasi agente secreto que enfrentaba a malvados agentes del otro lado de la Cortina de Hierro ¿Y DC?
DC decidió lanzar a los Secret Six.
La premisa de la serie es fabulosa: seis personas son convocadas por un misterioso encapuchado llamado Mockingbird que, por una razón u otra los ha sacado de problemas en su pasado… problemas que usa para chantajearlos y obligarlos a hacer lo que quiere. Y lo que quiere Mockingbird es que estos Seis Secretos actúen de manera encubierta para castigar a todos aquellos que han cometido crímenes y a los que la Justicia, por una razón u otra, no han podido detener. Pero, además, tenemos un giro extra: como Mockingbird nunca se presenta en persona sino que les da las misiones siempre desde una transmisión de video o de audio, encapuchado y con la voz distorsionada, enseguida los protagonistas empiezan a sospechar que en realidad, Mockingbird es uno de ellos. Así la serie tendrá un sub-argumento que atraviesa todos los números: cada miembro del grupo trata de descubrir cuál de los otros es Mockingbird para así poder librarse de una vez del chantaje que los afecta en su vida.
Como ven, la premisa –creada por el guionista E. Nelson Bridwell, que escribirá la serie durante toda la etapa original- es muy buena. Hoy sería el comienzo de una serie recontra-ganchera para el streaming. Y los dibujos, primero de Frank Springer –en los dos primeros números- y Jack Sparling – en el resto de la serie- resultan efectivos (sin ser geniales). Las historias tienen una vibra muy similar a las historias que en esos años aparecían en la serie Misión Imposible (el grupo crea un plan para derrotar de manera inteligente a algún villano que parece invencible). El resultado era muy muy sólido para la época. Debería haber funcionado… pero no. La serie solo llegaría al nº 7.
¿Qué pasó? Tal vez llegaba tarde a un mercado saturado de personajes y grupos similares, tal vez la serie sonaba muy derivativa de otras con más éxito (por ejemplo, la ya citada Misión Imposible), tal vez fue simplemente que quedó ahogada por oros títulos en los kioscos, tal vez una combinación de todas ellas. La cuestión es que los Secret Six quedarán olvidados como otra serie muy menor de las que DC saca en ese período de transición entre la Silver y la Bronze Age, recordada por algunos fans y nada más…
… hasta que en 1988, DC decidió que la revista Action Comics sería un título de antología que se publicaría semanalmente. Y, entre las series que se publicarían dentro, estaría una nueva encarnación de los Secret Six, escrita por Martin Pasko (un tipo que, además de escribir comic, tenía mucha experiencia en televisión) y dibujada por Frank Springer.
En el nº601 de Action Comics han pasado veinte años desde el desbande de los Secret Six originales sin que Mockingbird los moleste. Pero hay una reunión y éste les pedirá una última misión: entrenar a un nuevo equipo de Secret Six. A su vez, este nuevo equipo está compuesto por gente que, por algún motivo, ha quedado con algún problema de discapacidad (ciego, sordo, sin piernas, etc.) a los que Mockingbird les entrega prótesis cibernéticas de última generación… que pueden ser anuladas si ellos no cumplen su objetivo. El problema es que el equipo original se estrella en un avión, sin sobrevivientes. Entonces, ¿Quién es Mockingbird? Y además de a poco vamos viendo que hay gente metida en una intriga aún más grande.
Así llegamos al nº 629 de Action Comics Weekly, donde descubrimos que en realidad han habido dos Mockingbird, ambos del grupo original. El primero fue August Durant, que debía tomar una pastilla todos los días para evitar que un virus letal lo matara. Teóricamente ese antídoto lo entregaba Mockingbird. En realidad se lo había dado una agencia del gobierno que lo obligó a crear la identidad de Mockingbird y reclutar a los otros Secret Six originales como una fuerza paralela para detener a gente que no podía detenerse legalmente. Sin embargo, hubo cambio de gobierno y la agencia decidió que los Secret Six no eran necesarios y los desbandó. Pero August se vio todavía obligado a seguir ayudándolos, esta vez como conejillo de indias para investigar el virus inyectado en su cuerpo.
Con el paso de los años, August le dirá que él era Mockingbird a otro de los del grupo, el ilusionista Carlo di Rienzi, y le comentará que va a volver a recuperar a un nuevo grupo porque las investigaciones que hicieron sobre el virus han creado una arma bacteriológica que él, moralmente, considera que debe parar. El tema es que, en el viaje en avión del grupo original, la nave fue saboteada para que se estrellara. Solo Rienzi pudo saltar del avión, gracias a su talento como mago. En honor a su amigo, Rienzi será el nuevo Mockingbird y logrará detener la amenaza. Aunque tras revelar la verdad, terminará por morir en un ataque final. El nuevo grupo se desbanda y con ello acaban los Secret Six… aunque en la última viñeta vemos de nuevo aparecer a Mockingbird en pantalla…
Lamentablemente, tras la serialización de esta saga en Action Comics Weekly no habrá continuaciones de esta historia. El título de Secret Six será usado años después por un grupo de villanos que no tendrá relación con ninguno de estos dos equipos. Una pena porque ambas series son muy entretenidas si las pensamos como historias de espías sin ninguna relación con los superhéroes. Por supuesto esto no tiene ninguna reedición, así que solo puede leerse con el material original (o por vías digitales que todos conocen). Pero péguenle una leída, es un material bastante entretenido.
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