Si a algún desprevenido le llegase a parecer que la ex - serie más famosa de la televisión intentó emular a las historietas publicadas por las más prestigiosas editoriales norteamericanas como Marvel o DC, pues no andaría tan errado.

Perdidos entre viñetas

06/08/2010

| Por Hernán Khatchadourian

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Si a algún desprevenido le llegase a parecer que la ex – serie más famosa de la televisión intentó emular a las historietas publicadas por las
más prestigiosas editoriales norteamericanas como Marvel o DC, pues no andaría tan errado. Porque Lost ha presentado, a lo largo de sus seis
temporadas, interesantes paralelismos con las viñetas que permiten, tal vez, una nueva manera de ver la serie.

Tiempos modernos

No hace falta ser un erudito del noveno arte para darse cuenta de que los productores de la serie Lost son fanáticos a ultranza de las
historietas, comics, manga, tebeos o como se quiera llamar a las viñetas con globitos.

Ya desde el primer episodio, J.J. Abrams y compañía dejaron bien en claro que Lost iba a tener entre sus ingredientes, elementos extraídos
directamente de ese medio y que se valdrían una y otra vez de los mismos para solucionar y generar intrigas o dar a conocer hechos futuros.
Tal vez el ejemplo más claro es el monstruo de humo que asoló a los sobrevivientes desde la primera noche que éstos pasaron en la isla, y
que se cargó sin pestañear al pobre piloto interpretado por Greg “amuleto de la suerte” Grunberg, entre otros.

Poco tiempo después, el pequeño Walt logró materializar (o eso se supone en un principio) un oso polar que atacó a un grupo de náufragos,
luego de ver uno similar dibujado en la historieta de Flash y Green Lantern llamada “Los Amigos más Veloces” que casualmente resulta ser la
favorita de Hurley, como le reveló este personaje al niño algunos capítulos más adelante.

Portada del nº 1 de «Los Amigos más Veloces»


Y en esa misma historieta, que todo buen fanático debe haber corrido a comprar en su momento (al igual que los libros que lee Sawyer),
también se hacía referencia a dos guardias de seguridad encerrados por un largo período de tiempo en una instalación secreta, algo
que sin duda remite a la inmediata situación del pobre Desmond Hume y su malogrado coequiper Kelvin Joe Inman.

Sin embargo, y tal vez distraídos por la atrapante y compleja trama, los televidentes de Lost no han caído aún en la cuenta de un recurso
que ya se ha utilizado antes en la pantalla grande.

Duro de atrapar

En el año 2000, el otrora prestigioso director M. Night Shyamalan presentó El Protegido, una película que de haberse estrenado con su
título original de Unbreakable (Irrompible), podría haber dado una pauta más específica del tema abordado. Lo cierto es que durante
dos horas los espectadores esperaron ver a David Dunn (Bruce Willis) descubrir que estaba muerto (como ya había pasado un año antes en
El Sexto Sentido) pero se llevaron un chasco.

El final de dicha película mostraba como el personaje de Elijah Price (interpretado por Samuel Jackson) había ocasionado una serie de
accidentes con la esperanza de encontrar a una persona que fuera indestructible, un héroe que lo convirtiera a él en lo que más deseaba ser
en el mundo, un villano de historieta.

La película fue destruida por el boca a boca de un público inexplicablemente decepcionado, pero logró su cometido de filtrar una historia de
comic dentro de un marco de realidad convencional sin que nadie se diera cuenta hasta el último momento.

Lost, por su parte, le dio la posibilidad nuevamente a un guionista de introducir ideas descabelladas en las chatas mentes de las
grandes masas, sin que nadie lo note hasta el final.

Y esto fue posible porque dos de los máximos responsables de la serie son también guionistas de historietas y fanáticos empedernidos de los
superhéroes y la ciencia ficción en cuadros.

Damon Lindelof (izquierda) y J. J. Abrams (derecha)


El co creador de la serie Damon Lindelof, por ejemplo, no falta a casi ninguna convención de comics o ciencia ficción que se celebre en Estados
Unidos al tiempo que escribe guiones para Marvel como el de Ultimate Wolverine vs Ultimate Hulk, una miniserie de seis números cuyos primeros
dos ejemplares fueron publicados durante el año 2006 y permaneció inconclusa hasta el 2009 debido a las múltiples ocupaciones del autor.

En el primer número de esta miniserie hay un homenaje oculto a los fanáticos de Lost. En la oficina en la que Nick Fury habla con Wolverine hay
una pintura de Hieronymous Bosch, artista cuyo nombre comparte también con Charlie “H” Pace. ¿Muy jugado? Pues, ese tipo de entretenimiento es
el que mantiene “en estado” a Lindelof, al igual que incluir un “815” en un frasco de muestra de popó de Hulk.

El otro gran componente de este superéxito es Brian K. Vaughn, un guionista que ha cosechado un suceso demoledor en todas las editoriales por donde
ha pasado gracias a sus ideas frescas pero al mismo tiempo vendedoras. Entre sus mejores exponentes, Vaughn cuenta con Y the Last Man y Ex Machina.

La primera relata las vivencias del último exponente masculino de la raza humana sobre un planeta Tierra donde sólo las mujeres han sobrevivido a
una extraña plaga; algo que a más de uno le gustaría que le ocurriese.

La segunda historia trata sobre un hombre que recibe el poder de comunicarse con las máquinas luego de entrar en contacto con un artefacto de origen
extraterrestre. Este buen ciudadano se construye un traje tecnológico con el que intenta combatir el crimen en la ciudad de New York, de la
cual termina siendo alcalde.

Estos dos autores, más el recordado Paul Dini desde la producción, son los responsables de las innovadoras ideas que Lost ha puesto en práctica
a partir de la cuarta temporada en lo que se refiere a viajes temporales y paradojas varias.

La cama, el incendio, la niña bonita, el anillo, la mariposa y la zapatilla. En exclusiva, revelamos que significaban los números.


Claro que estos conceptos no son nuevos en la tv, habiendo ya antecedentes de viajes por el espacio tiempo como El túnel del tiempo, Buck Rogers,
Timecop, Star Trek o más recientemente Héroes. Pero en lo que sí se diferencia Lost es, sin lugar a dudas, en el planteo intelectual de estas
teorías. No es lo mismo entrar a una máquina del tiempo que lleva o trae a los protagonistas de una era a otra que explicar como una isla puede
saltar de su ubicación espacio temporal a otra en forma aleatoria sin causar un severo dolor de cabeza al televidente, como sí les ocurre a los
pobres protagonistas, en especial a la malograda Charlotte. Por fortuna, a los autores se les ocurrió agregar a la trama a Daniel Faraday, un
científico que oficia de narrador omnisciente y explica los procesos a unos protagonistas con los que el público se identifica más que de
costumbre.

De esta manera, Lost logró ubicarse nuevamente a la vanguardia al animarse a incorporar a una serie, que comenzó siendo un entretenimiento plano
con elementos aparentemente inconexos (un gran puzzle, ¡bah!), teorías científicas de avanzada de las que sólo algunos autores consagrados en el
género de ciencia ficción en viñetas como Alan Moore (que la aborrecía por cierto) o Peter David se animan a mencionar en títulos de líneas
dedicadas a públicos especializados como ABC, Vértigo, Marvel Max u otras de origen independiente.

De Mutantes y Náufragos

La otra cara de este apartado viene representada por la similitud que presenta Lost con respecto a una de las más exitosas historietas del mercado
norteamericano: los X-Men.

Esta serie fue creada a comienzos de los años ´60 por los legendarios Stan Lee y Jack Kirby pero recién encontró sus verdaderas virtudes más de diez años
después de ser comercializada por vez primera, tras una cancelación temporal por bajas ventas.

En responsable del renovado éxito de esta serie fue el guionista Chris Claremont quien permitió, entre otras cosas, la introducción al grupo del canadiense
Wolverine, un personaje creado para vender más comics en su país de origen.

Wolverine actuó siempre como un factor diferencial dentro de un grupo de adolescentes acostumbrados a obedecer ciegamente al profesor Charles Xavier y a su
joven líder Cyclops, elegido a dedo por éste.

En Lost se podría trazar un paralelismo entre los personajes de Jack Shepard, Kate Austen, James “Sawyer” Ford y John Locke quienes interpretarían una
versión televisiva de los personajes de Scott Summers/ Cyclops, Jean Grey/ Marvel Girl, James “Logan” Howlett y Charles Xavier.

Si bien, una revista especializada dijo alguna vez que Buffy la Cazavampiros era la versión televisiva más fiel que se podría hacer de los X-Men, Lost
llegó en algún momento a plantarle bandera en este terreno.

Parecen Lego pero son Kubrick, igual quiero uno.

Jack y Cyclops se parecen en su nobleza de carácter y en el papel de líder elegido por el grupo gracias a su iniciativa y generosidad, pero también hay
coincidencia en una tendencia a hacer todo por la vía correcta, algo que como se pudo ver, no siempre lo ha llevado al éxito. Además, ambos han pasado
de los brazos de la chica linda del programa/ historieta a los de una rubia con mirada gélida y un tanto ambigua en lo que a lealtades se refiere como
Juliet Burke y Emma Frost.

Como su contrapartida natural Sawyer se parece a Wolverine en más de un aspecto comenzando por su carácter hosco y su tendencia a no mostrar su faceta
heroica a menos que sea estrictamente necesario. De más está decir que ambos guardan un pasado enigmático, lleno de enemigos y varios aliases utilizados
para cumplir con sus “trabajos”. Ambos comparten también su primer nombre en común (James) y una insólita afición por la lectura (ver Wolverine vol 3
#1 edición USA para más detalles).

Kate no tiene los poderes mentales de Jean Grey pero coincide con ésta en ser el objeto de deseo de los dos protagonistas masculinos. Jack se enamora
de ella desde el primer momento, pero decide dejarla de lado cuando descubre su oculto romance con el “salvaje” de Sawyer.

Locke, en tanto, es una versión más moderada del Profesor Charles Xavier. De hecho, este personaje llega en silla de ruedas a la isla, al igual que el
malogrado mentalista pero logra dejar la misma gracias a los poderes curativos del lugar. Este aspecto también habría reforzado el pensamiento, de
todo aquel que haya observado la serie de esta manera, de que Locke se encontraría en una especie de plano astral donde podría controlar sus piernas,
al igual que el Profesor Xavier. Pero también cabe aclarar que Xavier volvió a caminar en el comic en algunas oportunidades.

Locke también guarda resabios de este personaje en su manera de manipular a sus seguidores, un detalle sobre el que se hizo hincapié en los últimos
años del título, prometiéndoles algo que ni él mismo sabe qué es; y también en las numerosas veces que ambos han caído y escapado de las manos de la
Parca para bien o para mal y sin tener en cuenta los trucos de la trama. Y hablando de la Parca, ambos personajes han sufrido el mismo destino con
apenas un año de diferencia.

También otros personajes mantienen ciertas similitudes con otros X-Men aunque en menor medida como Hurley con Blob, Sayid con Forge y Ben con Magneto,
un villano ambiguo por demás; pero es también bueno dejar a criterio del lector otros paralelismos de este estilo.

Último tango en la Isla

En el episodio número 11 de la cuarta temporada (Cabin Fever), ocurre uno de los hechos trascendentales en lo que a elementos de historietas se refiere.

Este capítulo, que recuenta los primeros años de Locke, muestra como el pequeño John recibe la visita de Richard Alpert mientras juega al Backgammon en
la casa de sus padres adoptivos.

Con la excusa de ponerlo a prueba para ver si es digno de concurrir a una escuela para niños “muy pero muy especiales” que él dirige, Alpert coloca frente
a Locke un guante de béisbol, un libro, un frasco con arena, una brújula, un cuchillo y el número 40 de Mystery Tales, una revista de antología publicada
por la editorial Atlas (antes llamada Timely y luego Marvel) en abril de 1956.

Portada del nº 40 de «Mystery Tales»

Locke no elige correctamente sus objetos y Richard se lleva todos ellos pero, aquel que haya prestado atención (y tenga un ejemplar de esa revista a mano) podrá
observar que en la tapa se presenta a un hombre que observa azorado desde la ventanilla del avión en el que viaja una ciudad oculta entre las nubes.

¿Un mensaje para los fanáticos? Seguro que si ya que además, el contenido de la revista representa una gran analogía de aquello que ha ocurrido en la serie a lo
largo de las temporadas 4, 5 y parte de la sexta.

La primera historia describe como un oscuro bibliotecario encuentra un anillo con el que puede viajar a una ciudad oculta del Tibet donde se da cuenta que él
es feliz a pesar de sí mismo. Todo un paralelismo con la felicidad que encuentra Locke en la isla gracias a que descubre su objetivo en la vida luego de sentirse
disminuido durante años.

La segunda historia trata sobre unas voces que alertan al sargento Jim Harmon de los peligros que puede sufrir en su viaje de vuelta a casa, algo como lo que
ocurre con las voces que resuenan, de tanto en tanto, en los lugares más recónditos de la isla con mensajes diversos de los personajes que ya no tienen cabida
dentro de la historia.

El tercer guión de esta revista antológica trata sobre un científico que echa a su prometida y se dedica a cambiar el curso de la historia con su máquina del tiempo
transformando a Julio César en un filósofo y evitando que Colón descubra América, algo similar a lo que quisieron llevar a cabo Jack Shepard y algunos sobrevivientes
infiltrados en las filas de Dharma en 1977 y que llevó a más de uno a pensar que los side forwards de la sexta etapa eran un universo paralelo creado a partir del
estallido de una bomba de hidrógeno.

Tras una historia sobre un hombre volador de Venus al que sus congéneres rescatan de la Tierra –toda analogía con respecto a Locke y los otros no es pura coincidencia-
y otra sobre una estatua dedicada a un tal John, llega “March has 32 days”, un relato en el que el protagonista se ve obligado a vivir el mismo día una y otra vez.

Como se puede ver, esta historieta tiene más de una pista acerca de la serie y todas y cada una de sus historias pueden asociarse tranquilamente con lo que les ocurre
a Locke y a los sobrevivientes en esta misteriosa isla.

Todos miran asombrados. Hay más personas perdidas en la isla. Llegaron en el S.S. Minnow.


Lost the comic book

Y a todo esto ¿hay comics sobre Lost? Pues no, a pesar de que existen novelas sobre los personajes que habitan la isla, y a diferencia de muchas otras series televisivas,
no hay planes inmediatos para un comic book de Lost.

Muchas son las causas por las cuales esto es así. El co creador de la serie, Damon Lindelof explica que, de haberlos, los comics de Lost tardarían algún tiempo en salir a la venta.

Y no es que no lo hayan pensado antes. Desde el comienzo de la serie hay planes y ofertas para realizar historietas pero según Lindelof “es sólo una cuestión de buscar
la forma de realizarlo. No queremos que el comic funcione por fuera de la mitología creada para el programa pero tampoco queremos que el mismo le de a los lectores más
datos de los que tienen los televidentes promedio”.

La mejor vuelta de tuerca que le pudo dar Lindelof a este problema es contar historias sobre la isla sin utilizar a los personajes del programa o al menos contar historias
secundarias que no repercutan en los acontecimientos del mismo, al estilo de lo que hizo Tolkien con El Silmarillion.

Sin embargo, la presión de los fanáticos y las constantes teorías que se tejieron sobre ella durante los seis años que estuvo en el aire, han hecho recapacitar a Lindelof
sobre esta tarea. “Me encantaría estar involucrado en la confección de comics sobre Lost –comenta el guionista y productor-, pero sería muy difícil. Me cuesta tanto
generar ideas frescas para el programa que las que se me ocurriesen para el comic las pondrían en la serie automáticamente.”

Pero ahora, dos meses después de la finalización del show televisivo y la cuasi imposibilidad de concretar una posible película, Lindelof ya puede pensar tranquilo alguna
que otra idea para ampliar esta mitología pseudo científica que ha ayudado a crear en pleno siglo XXI; y es de esperar que en algún futuro cercano logre plasmarlas, por fin,
en misteriosas viñetas.

De momento, la única posibilidad de ver algo similar es a través de los fanáticos que no pueden vivir sin su ración semanal de Lost y que se dedican a compartir con sus
semejantes imaginativas historias en la web.

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