Atención, señores pasajeros, estamos entrando a Basin City, conocida también como Ciudad Pecado. Les rogamos cierren las ventanillas, escondan sus objetos de valor, preparen unos billetes para las coimas y ajústense los chalecos antibalas. A su izquierda pueden ver unas prostitutas vendiendo armas… allá a la derecha podemos observar un par de oficiales de policía sodomizando a una monja traficante de drogas y ese bache al frente, es el resultado de la detonación de una mina soviética a pedido de un senador para eliminar a su mujer. Sí, sorpréndanse, agárrense fuerte, están por recibir una patada a sus sentidos, están entrando a Sin City, están por conocer los secretos de una…
CIUDAD DE POBRES PECADORES
Hay una ciudad en la cual la moral es sólo una leyenda urbana. La esperanza es sólo una anécdota olvidada; una ciudad condenada desde sus cimientos por la corrupción. Ahí se entremezclan los sobrevivientes de grandes fracasos, los expulsados de todos lados, las sobras de la civilización y los encumbrados en un poder decadente, detrás de alguna mafia coprófaga. Aprovechadores sin piedad y aprovechados sin opciones cruzan sus destinos inexorablemente, y en medio, esos personajes que se niegan a ser blancos o negros en un mundo sin grises. Personajes que resuenan como un eco triste de los grandes protagonistas de los policiales de la década del ’30 y los ’40. Hermosas mujeres, hombres de armas a tomar, asesinatos y descomposición ética bañan las calles del mapa de Sin City, enclavada en la conciencia de una Norteamérica que no la desea pero no puede evitarla. Tipos de mierda o héroes por necedad, ricos o pobres, te corrompés o morís. Todo es blanco o negro en Sin City.
Corría el año 1991 y la editorial Dark Horse saca a la calle un especial celebrando los cinco años de su antología (Dark Horse Presents: Fifth Anniversary Special) y le da luz verde al genial Frank Miller para el primer vistazo a la Ciudad del Pecado. En apenas unas pocas páginas, el artista muestra que para este proyecto se ha calzado dos nuevos trajes, quizá los mejores que tiene, para mostrar a un nuevo guionista y a un nuevo dibujante. Atrás quedaban los superhéroes y las influencias de Lone Wolf and Cub; es tiempo de encarar la profesión desde un ángulo nunca antes visto. Es hora de alcanzar un estilo visual y narrativo que enfatice la cadencia del relato en la disposición de las viñetas dentro de la página con absolutos contraluces y trazos violentos. Blanco y negro. Con técnicas ‘breccianas’, sacude el mercado del comic mundial al presentar no sólo una nueva forma de contar historias, sino una reformulación de todo ese universo genérico heredero de la novela negra y del Film Noir. Su ciudad es tremenda y nadie quiere irse. Algo en esas paginitas de una antología condenada al olvido, grita desde las viñetas de Miller que ahí hay mucho más.
No es sólo una buena idea; es un nuevo concepto que puede explorar sin corroerse miles de historias de una ciudad decadente como nunca antes se había hecho. Miller reinstaura el policial por sobre los superhéroes, vuelve a valorizar el blanco y negro por sobre un mainstream multicolor y efectista y a la vez planta su bandera de renovador al presentar un estilo único y espectacular, lejos de sus éxitos anteriores. Sin City es Miller haciendo lo que quiere, sin barreras, sin control, sin piedad. Con talento.
LOS SIETE PECADOS CAPITALES
Desde aquellas prometedoras paginitas en Dark Horse Presents (el Special y luego los números 51 al 57) al día de hoy, Frank Miller ha desplegado su violenta y oscura ciudad de pecado a lo largo de siete novelas gráficas. Todas ellas muestran historias en la corrupta Basin City, sojuzgada por el alcohol, las putas, las balas y sus verdaderos dueños. No todas son excelentes, no todas son innovadoras joyas del noveno arte, pero todas pueden ser disfrutadas como un viaje a un lugar inolvidable, de la mano de un guía inteligente y peligroso. Veamos los siete libros que –hasta ahora- dan forma a esta ciudad brutal.
La primera historia se titula simplemente Sin City. Tal vez, Miller necesitaba llegar directamente al público, sin más de por medio. Más adelante, para diferenciar esta historia de las otras ‘Sin Cities’, se le agregó el título distintivo de The Hard Good-Bye (clara referencia a El Largo Adiós, tal vez la más conocida de las novelas policiales de Raymond Chandler y su detective Phillip Marlowe), aunque se la sigue llamando Sin City A Secas o Sin City Uno.
En esta primera aventura, conocemos a Marv, un perdedor nato que de pronto se cruza con la puta más hermosa de la ciudad que quiere estar con él. Ella buscaba seguridad, pero a la mañana, amanece muerta en la cama de Marv que se ve envuelto en un doble problema: por un lado, es acusado de la muerte de la hermosa Goldie, por el otro, desea con toda su alma vengarse del hijoputa que le mató a la única mujer que le demostró cariño. En su intento por desenredar la trama, Marv se topa con toda una ciudad en su contra; la iglesia, la policía, los supuestos representantes del pueblo, todos conspiran para dejar muerta a esa puta de lujo y que Marv cargue con la culpa. Para colmo de males, se suma Wendy, la hermana de Goldie, que desea matar a Marv para vengarse. Demasiado para que todo termine bien en un universo tan podrido como el de Sin City. (1992)
(el lunes, la segunda parte)
2 comentarios