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NOTAS

Teen Titans (parte 42)

Llegamos al punto en el que la serie pierde definitivamente el rumbo, y de ahora en más todo será cuesta abajo.
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Miércoles 25 de diciembre, 2024

¿Cuándo perdieron los anuales su razón de ser? Me acuerdo al principio de la colección, donde se usaban estos números para marcar hitos importantes en la serie como el origen de Vigilante o el final de The Judas Contract, pero en algún punto se perdió el rumbo y se transformaron en una sucesión de historias más largas con cero relevancia y repercusiones en la serie, más como un compromiso del guionista para cumplir con un requisito editorial, que una oportunidad especial para contar algo.

Así es como este quinto anual, nada en la misma intrascendencia de los últimos, donde un guion medio pelo de Marv Wolfman es acompañado por un deslucido dibujo (por no decir feo) de Chris Wozniak. Y vuelven a insistir con los Children of the Sun, un poco la línea del anual anterior, pero manteniendo el mismo sin sentido. Encima esta va a ser su última aparición (por suerte), con lo cual el destino de la organización, sus verdaderos motivos y un largo etcétera, van a pasar al más absoluto de los olvidos, lo que hace todo esto mucho más irrelevante de lo que ya es de por sí.

Pero bueno, tratemos de resumirlo en pocas palabras y de contener el vómito. En esta oportunidad, el plan de los Children es matar muchísima gente. Quieren hacer volar un montón de plantas nucleares en lugares estratégicos para reducir considerablemente la población y así conseguir “algo” que no se termina de entender muy bien qué es. También finalmente nos enteramos que esta versión de los Children of the Sun (recordemos que la anterior eran los hijos de Thia pre-Crisis) fue fundada por Raymond Dark, un científico obsesionado con la tecnología nuclear que tuvo una fuerte confrontación con Silas Stone. Dark hace responsable por sus fracasos el padre de Cyborg, ya que siempre se le opuso, debido a que tenia una especie de delirio mesiánico. Pero también su primera confrontación dejó a Stone sin laburo, cuando lo acusó de colaborar con los comunistas, una mácula que -según parece- el padre de Cyborg se llevó a la tumba.

Por estos motivos, el demente líder prioriza destruir a los Titans por sobre las plantas nucleares y ahí es donde todo se va al choto y su plan termina fracasando estrepitosamente. Dark termina asesinado por su propia gente, y se deja entrever que los Children estaban por encima de sus designios y responden a alguien más. Pero como dije es todo muy confuso, los Titans están muy fuera de personaje (raro para Wolfman, que los conoce como la palma de su mano) y se contentan con sacrificar a un montón de inocentes en pos de salvarle la vida a muchos más.

¿Cómo? Si, como lo leen. Porque en el medio de todo esto, Dark secuestra a varias personas en Central Park y el subte de New York, para darles poderes, lavarles el cerebro (similar a lo que ya habíamos visto con la amiga de Chris King en el nº 45) y llevarlos a las distintas plantas nucleares para que se sacrifiquen al hacerlas explotar. Pero lejos de tratar de salvarlos, los Titans se convencen de que estas personas con el cerebro lavado ya están muertas y las dejan implosionar, alejándolos los mas posibles de las plantas para evitar la reacción en cadena que era parte del plan, algo muy fuera de tono con los personajes. Lo mismo que el final, donde los sobrevivientes del culto tratan de escapar en una especie de submarino. Cyborg los persigue y hunde al mismo para terminar con la amenaza, amparado en todo lo que sufrió su padre por culpa de Dark. El final tiene apenas una página de epilogo con Vic en el cementerio, y toda la última secuencia es tan abrupta, que todo termina muy confuso. Una cagada que no vale la pena leer en ningún repaso de la serie.

Por desgracia, en la serie regular la cosa no viene mucho mejor. Después del oasis que había sido el crossover con Batman, se vienen tres números horribles con el arco de Scourge, y si me quejé de lo intrascendente del anual, esto es muchísimo peor. Me encantaría decir que Wolfman está atravesando su peor momento, pero la cosa en el futuro solo va a ponerse cada vez peor, así que no queda más que hacer de tripas corazón y navegar en este océano de mierda con la mayor dignidad posible. Estos números parecen una excusa para manijear a Deathstroke más que otra cosa, y si pensamos que al año siguiente va a conseguir su propia colección, se nota que el guionista estaba buscando darle mayor protagonismo en la serie al personaje.

La onda viene más o menos así: contratan a Slade para traer de África unas drogas que supuestamente sirven para curar un montón de enfermedades como el cáncer, pero en realidad es un suero que transforma a la gente en una especie de vampiros, pero que no se ven como tales. Parecen más unos animales mutantes, a pesar de que lo que hacen es básicamente beber la sangre de sus víctimas y después darles el suero este para transformarlos. De esta forma (y no se entiende muy bien por qué), hay dos clases de criaturas: los que lideran, que son inteligentes e incluso pueden volver a asumir su forma humana, y otros que quedan como monstruos sin cerebros que solo responden a los mandatos de los primeros.

No los quiero aburrir con las idas y vueltas que tiene el arco, porque son bastante irrelevantes, pero alcanza con decir que los bichos estos consiguen mandar al hospital a Donna, Joey y Raven, pero es solo a esta última a quien consiguen administrarle el suero. Los Titans se van a encargar de confrontar con Scourge, el líder de estos mutantes, que es en realidad un tipo que encontró enterrada una nave espacial, con varios de estos aliens muertos adentro, y no tuvo mejor idea que inyectarse la sangre de uno de ellos, lo que provoco su transformación. Desde entonces, se dedicó a sintetizar un suero sacado de esa misma sangre con el cual transformar a toda la humanidad y llevarla a un nuevo grado de evolución. Pero no, porque lo agarra Kory recontra hinchada las pelotas de cómo los vienen cagando a bifes y le da para que tenga hasta reducirlo a cenizas, ya que si morían de otra manera regeneraban y volvían a la vida. Al final los bichos que quedan vivos se rinden o algo asi, porque después que explota su líder, la escena cambia de forma abrupta al epilogo con los Titans que están en el e hospital y unos cuadros finales donde vemos a Dick recibiendo la visita de Tim Drake.

El nº 65 gira en torno a la visita de Tim, pero en parelelo también va a cerrar la saga de Scourge, contando qué carajo le pasa a Raven, la que bajo los efectos del suero loco sale a buscar a los otros mutantes, para descubrir que fueron todos destruidos y no queda ninguno vivo. Esto lleva a un enfrentamiento final con los Titans, al que se suman también Dick y Tim (ahora les cuento cómo). Finalmente STAR Labs logra crear un antídoto con la sangre de Troia, y parece que Raven se va a recuperar sin problemas.

Pero la gracia de este episodio está en la relación entre Dick y Tim, y como Wolfman intenta hacer una transición mucho más orgánica de lo que fue la de Jason para no cometer los mismos errores. La idea es encontrar un Robin que logre la aceptación popular y para eso suma mucho el visto bueno del Robin original que supieron amar. Así que esa historia es un poco eso: Tim llega a pedirle a Dick que le enseñe lo único que Batman no puede darle: cómo ser un buen compañero. Y de esta forma, los dos recorren New York, hacen distintas cosas, afianzan su relación y Tim entiende qué es lo que Batman espera de él. Es un lindo epilogo a “A Lonely Place…” y un buen prólogo a la miniserie de Robin que va a lanzar Chuck Dixon unos meses después. Ya si con esto los fans de Grayson no aceptan a Tim, no hay poronga que les venga bien. Pero por suerte todos sabemos que el plan de Wolfman funcionó y en algun punto Tim se transformó en el Robin definitivo, al menos hasta la llegada de Damian.