No me voy a cansar de repetir que esta etapa de los Titans es totalmente olvidable, pero por lejos lo peor es que parece escrita por otra persona. Para este momento (1992), Marv Wolfman lleva 12 años al timón de la serie, y cualquiera podría decir sin equivocarse que es la persona que mejor entiende a estos personajes, pero no se nota. Lo que más choca de toda esta etapa es que, más allá de los infinitos cambios a los que somete a los personajes, ninguno se comporta como él mismo: Dick está completamente sacado, Roy es un esbirro del gobierno, Kory se comporta rarísimo, Leonid es un tarado absoluto, y así podría seguir hasta enumerar a todos los miembros del equipo. Da la impresión que a Wolfman le pegaron mal los ´90 y que -en un esfuerzo innecesario de adaptar el título a los tiempos que corrían de dientes apretados y personajes ambiguos- tiró por la borda años de construcción de personajes, para transformarlos en una bosta amorfa digna del peor título de Image. Entiendo que es el rumbo que tanto los coordinadores como la editorial querían para la serie, pero se nota que el guionista no está cómodo con esto y, que en su afán de no soltar, escribe en un registro que no es el suyo. Lamentablemente, le sale como el orto y hunde al título en su época más nefasta.
En el nº97, arranca un arco de cuatro partes que va a cerrar en el nº 100, donde finalmente vamos a tener la boda de Dick y Kory, pero ya está todo tan alejado de lo que era el plan original que va a ser desastroso. The Darkening arranca cuando Changeling le afana el casco a Mento, para entregarse a la Brotherhood of Evil, en un intento desesperado por recuperar las memorias de Cyborg y que vuelva a ser como siempre. Algo bastante estúpido y que tiene como broche de oro, la reaparición de Rita Farr, sin que se entienda muy bien por qué. Tampoco se explica cómo es que the Brain y Monsieur Mallah sobrevivieron a su última aparición en Doom Patrol. Por su parte, Dick y Kory se separan tras una estúpida pelea, producto de cuando Dick creyó que Mirage era Starfire, y como si fuera poco, el gobierno presiona a los Titans para que Nightwing renuncie como su líder en post de limpiar su imagen pública.
Además de todo esto, aparece una nueva villana, que nos enteramos fue la que eliminó a Phantasm en el nº 93, y que en este se las ingenia para dejar fuera de combate a la concejal Alderman, y tirarle el fardo a los Titans. La saga está llena de huecos argumentales y cosas que pasan sin mucho sentido. Se nota que Wolfman está a la deriva, y que ya no queda mucho que hacer más que resignarse. En el segundo capítulo, más allá del regreso de Rita, lo único más o menos relevante es que Pantha destraba un recuerdo de cuando la sometieron al experimento y descubre que Dayton Industries estaba detrás de los mismos, y decide investigar si Steve estaba al tanto y es responsable de lo que le pasó, o si los Wildebeest solo usaron sus tecnología. Dick se comporta como un imbécil, debido a la frustración que le genera su ruptura con Kory, y tratan de descubrir por qué Gar se afanó el casco y donde carajo está, porque no aparece.
El nº 99, tiene la tapa más engañosa de la historia, ya que nada de lo que muestra se acerca remotamente a lo que pasa adentro, salvo porque efectivamente es la primera aparición de Roy como Arsenal. Más allá de eso, este es un episodio en el que pasan varias cosas que van a ser importantes: el número cierra con la propuesta de matrimonio de Nightwing a Kory, a modo de reconciliación, después de que Dick se comporte como un pelotudo todo el capítulo, al punto que Starfire llega a dispararle un rayo en un momento que discuten, porque Dick quiere fajar a un flaco con el que está tomando algo. Por el otro lado, a Changeling la Brotherhood le enchufa el casco de Mento, para hacer unas pruebas, y eso de alguna manera le desbloquea sus poderes: ahora se empiece a transformar de manera intermitente en un montón de criaturas espantosas dignas de la mitología lovecraftiana. La cosa se descontrola al punto que los villanos se pelean entre si, lo que termina con Warp yendo a pedirle ayuda a los Titans, ya que se da cuenta que los “resucitados” no son quienes dicen ser. Buena parte del número es la pelea en el barco, donde los héroes enfrentan a los villanos y consiguen rescatar a Gar (o más o menos).
Así llegamos al tan mentado nº 100, cuyo inicio es continuación directa de lo que pasó en el anterior. Los Titans regresan de su enfrentamiento con la Brotherhood of Evil, y se encuentran con Dick y Kory que les cuentan que van a casarse. En el medio, Gar y Dayton discuten sobre si es o no la verdadera Rita la que está con los villanos y de yapa tenemos a Aqualad de regreso. El resto del número va a girar en torno a la boda, y cómo la misma es interrumpida por la villana misteriosa de los números anteriores, que no es otra que Raven nuevamente malvada, pero que aparece acompañada de Deathwing y the Jury (unos personajes del Team Titans, que no se entiende qué pito tocan acá). Piñas van, piñas vienen, Dick se enfrenta a su versión del futuro, el resto se agarra a piñas con los otros villanos, mientras que Starfire y Raven se enfrentan, hasta que la villana absorbe parte del alma de Kory o algo así, lo que la hace quedar en un estado completamente alterado, que sirve para que puedan escapar los villanos. Al final tenemos un epílogo en el que Sarge Steel le pide a Roy que tome las riendas como líder del equipo si quiere que sigan operando.
En algún punto, antes de la boda, pero después de las primeras páginas, se debería ubicar el Annual 9, parte de Bloodlines, que es una excusa para presentar el origen de Anima, uno de los pocos personajes surgidos de esta saga que va a llegar a tener su propio título. El especial está escrito por los que después serían los guionistas de su serie: Paul Witcover y Elizabeth Hand, mientras que el dibujo quedaría en manos de un mediocre Malcolm Davis. No hay mucho para comentar sobre el mismo, salvo que salió al mismo tiempo que el nº 100, y por lo eventos del mismo, menciones al compromiso de Dick y Kory y la aparición de Roy como Arsenal, tenemos que suponer que pasa en algún momento previo a la boda, ya que los eventos de la misma dejan a Kory fuera de combate.
Con el nº 101 (en realidad fue a mitad del anterior) la serie sufre su una estocada mortal: el reemplazo de Tom Grummet, que venía con un muy buen nivel, por el nefasto y mediocre Bill Jaaska, que va terminar de hundir una serie que ya venía de capa caída. Con un estilo completamente deforme, la serie va a tratar de apoyarse en eso, para volverse más oscura, pero en lo personal considero que no funciona. Así, los siguientes números se van centrar en varios tópicos, que voy a repasar muy por encima, para no hacerla demasiado larga. Roy se hace cargo del liderazgo del equipo, después de una dura discusión con Dick, que decide alejarse del equipo para cuidar a Kory que está completamente incontrolable después de su encuentro con Raven. Por su lado, Changeling se da cuenta de que ya no puede convertirse en animales comunes sin sufrir muchísimo dolor, y que tiene una suerte de compulsión a transformarse en monstruos horribles tras lo sucedido con el casco de Mento. Sarah, con la ayuda de Prester Jon, se mete en la mente de Cyborg y trata de destrabar sus recuerdos en un afán de recuperar al viejo y querido Vic. Aparte de estas cosas, Pantha continúa investigando la relación entre Dayton y su pasado, al tiempo que aparece una criatura llamada Sinn que se dice ser miembro de los Titans mientras mata gente y que se revela que labura en concordancia con Raven, lo que terminarde dañar la imagen del grupo. Al final del 103, nos enteramos que el tema de Cyborg está relacionado con los falsos miembros de la Brotherhood, que se revelan como una raza alienígena que abducirá a los Titans, al tratar de llevarse a Vic para salvar su planeta. Y sí, todavía queda margen para que esto empeore.
(Muy pronto, una nueva entrega)