Estamos en 1994 y el nº 111 nos presenta a un nuevo dibujante de lesa humanidad: Matt Thompson, que no alcanza los niveles de horror de Jaaska o Napolitano, pero es otro mediocre más que suma a la decadencia de la serie, que parece naufragar sin rumbo.
Como dije antes, estaba el grupo de ecoterroristas en un satélite y para detenerlo van por un lado los Titans liderados por Arsenal y por el otro Kory, que perdió la memoria tras pasar por el ritual, hace algunos números atrás. Y estos próximos números van a tener una característica en común, donde la historia principal va a ser no mucho más que una excusa para meter algo de acción y el foco va estar en las tramas secundarias, que van a ir tejiendo algo así como un final. De esta manera, mientras los Titans desbaratan los planes de Teraizer a bordo del satélite, al demostrar que en realidad solo estaban por la guita y de ecoterrorista no tenían nada, en el Amazonas lo tenemos a Dick, que ayuda a la tribu con la que se encontraba Kory a sobrevivir al incendio forestal.

El 112, es uno de esos números que antes Marv Wolfman hacía tan bien, basado en la interacción entre personajes, pero que en esta etapa de la serie ya no le importan a nadie. El dibujo está a cargo de Rick Mays, que sin ser bueno, trae un respiro entre tanto dibujante horrible... y otro número sin Jaaska es algo que siempre se agradece. Lo que pasa se puede resumir en que, por falta de espacio en la nave, solo regresa a la tierra Arsenal con los prisioneros, mientras el resto del equipo se queda en el satélite, y tiene que lidiar con Kory que niega conocerlos. La situación escala, hay piñas, y todo termina cuando Red Star le da un beso a la princesa de Tamaran para hacerle recuperar sus recuerdos, ya que si en el nº 2 funciono besar a Dick para aprender inglés, ¿por qué no iba a funcionar ahora? No veo fallas en su lógica, sobre todo si implica darle un beso a Kory. La cuestión es que en efecto funciona y recupera todos sus recuerdos.

Mientras, en la Tierra, Roy negocia con Sarge Steel, el sponsoreo del gobierno al equipo. La idea es retener el máximo control a la hora de elegir las misiones y quedarse con el satélite como base de operaciones. Nota aparte para una escena completamente innecesaria en un bar, donde están Roy, Wally y Garth, y son encarados por dos pelirrojas dibujadas putísimas por Mays, que los sacan a bailar. Posta, no se entiende!! Porque no aporta nada de nada y parece una excusa para mostrar culos y tetas bien marcados. Lo que me lleva a hablar un poco del dibujo.

Como dije, Mays no es malo, y si bien se nota que todavía le falta un golpe de horno se deja ver, salvo por el detalle que hace a todos los personajes muy musculosos y parece que posaran todo el tiempo. Otro detalle es que se olvida por completo que Pantha usa una máscara y la dibuja a cara limpia, algo que hasta el momento no había sucedido nunca, y acá parece de lo más natural (se va repetir lo mismo cuando la vuelva a dibujar en el 114). Al final del episodio nos acordamos del plot de Raven, y vemos cómo exploto la concejal Alderman, porque supuestamente era muy débil para contener a una semilla de Trigon, y Raven se da cuenta que tiene que usar a los Titans para reproducirse.
En el 113 vuelve Jaaska, para alegría de nadie, pero por suerte va a ser su último número en la serie. Un capítulo dedicado por completo a Dick, en el que se nota que el dibujante andaba con poco tiempo ya que resolvió la mayoría del episodio con dobles páginas de pocos cuadros, plagadas de cartuchos de texto de Wolfman. Básicamente, es la despedida de Dick de la serie, ya que si bien va a aparecer bastante en el próximo número, ya vuelve decidido a dejar el equipo en manos de Roy y alejarse por un tiempo. El episodio va a ser un repaso por el tiempo que paso en el Amazonas, su relación con Batman y los Titans a lo largo de los años, y los motivos que lo llevaron a tomar la decisión de no solo alejarse del equipo, sino también de terminar su relación con Kory. En cierta medida, es una forma que encuentra Wolfman de despedirse del personaje, ya que por un buen tiempo va a cortar su vínculo con los Titans y pasar a protagonizar sus aventuras en solitario, con un especial y una miniserie en el 95, para obtener su propia serie un año después. Si tenemos en cuenta que por más de 10 años el guionista le dio vida al personaje, se entiende que necesitara todo un episodio para despedirse, aunque el mismo no esté a la altura de lo relevante que fue Dick en la serie. Pero es entendible que, al estar tan vinculado con Batman, tampoco pudieran tomarse decisiones más radicales.

Así llegamos al nº 114, que marca el final de esta etapa. Zero Hour es la excusa perfecta para dar un giro rotundo en la serie, y el nuevo coordinador Pat Garrahy, agarra la serie con esa idea en la cabeza. Se acabó la Wolfmancracia, y el veterano guionista se desayuna de la noche a la mañana, con que a partir de ahora le impondrán una formación para el grupo, le retocarán diálogos, y un largo etc., que le van a romper sobremanera las pelotas, porque siempre había tenida muchísima libertad creativa y esa época se había terminado.

Lo peor que tiene este episodio (que no es para nada malo) es que se nota el volantazo. Varios plots que se vienen desarrollando hace tiempo van a quedar en la nada, como la resolución del origen de Pantha o incluso la relación entre Nightwing y Kory, que termina cuando Starfire decide no ver más a Dick, para poder seguir con su camino. Igual, el número esta piola. Arranca con la disolución del grupo y nos muestra todo lo que pasa en las últimas 24 horas: qué lleva a los distintos personajes a tomar la decisión de irse o de quedarse. Se retoma el plot de Raven (que va ser relevante en los próximos números) cuando siembra una de las semillas de Trigon en Changeling, que es el único, mas allá de Arsenal, que va a quedarse en el equipo. Vemos la reunión que Roy tiene con Bill Clinton, para aceptar la financiación gubernamental, y un poco de Dick y Kory, como para darles un cierre. Al final Red Star decide que no quiere laburar para ningún gobierno y volverse a su país, acompañado de Pantha y Baby, en quizás la relación más tirada de la pelos y sacada de la galera, si bien se venía insinuando desde hace algunos números que podían terminar juntos. El episodio termina con la aparición de Phantasm, que recluta a Gar y Roy para una última misión, que vamos a ver en el nº6 de Damage.

Ese número va ser la última aparición de la formación como venía hasta ese momento, y se nota que es algo que el guionista Tom Joyner ya tenía pensado antes de saber que iba a pasar con los Titanes. De todas maneras es un lindo guiño, ya que en el número siguiente Damage se va a unir al equipo. Pero, básicamente, Arsenal, Changeling, Pantha, Red Star, Baby Wildbeest y Phantasm, vuelven a reunirse para tratar de detener a Damage, a quien acusan de haber causado una explosión en Atlanta. La verdad es que es todo muy confuso, y por los diálogos de los personajes se intuye que el gobierno mando a los Titans a detenerlo (cosa que suena lógica con lo que venía pasando en los últimos números de la serie), pero se contradice con la escena en que Phantasm reclutan a Roy y Gar al final del 114. De todas, formas, mas allá de un tole-tole con un villano, y la confusión de si Damage es o no una amenaza, no pasa mucho más, y se nota que al final se retocaron algunos diálogos, para mencionar que es su ultima vez juntos y listo, buenas noches! Se viene el número 0 y ya nada va a ser lo mismo.

Una cosita más digna de mención es que en algún momento, entre medio de la publicación de estos números, salió el décimo anual de la serie. Escrito por Wolfman y Louise Simonson, con dibujos de Scott Lee, es parte del evento de anuales Elseworld de DC, así que la historia tiene cero relevancia e incidencia con lo que viene pasando en el título principal. Acá vemos una versión de los Titans en un mundo de espada y brujería donde Raven es una hechicera malvada que captura a los Titans, mientras que Phantasm es un hechicero del bien que los ayuda en su misión de destruirla. En algún punto la historia es la misma que se estaba dando en la serie pero en otro setting. Quizá se podrían haber jugado un poco más con la trama y tendríamos algo que valiera la pena recordar, pero en términos generales es bastante olvidable.



