Señor del tiempo
El español Borja González se consagró con una trilogía de álbumes conocida como «El ciclo de las tres noches», compuesta por The Black Holes, Grito nocturno y El pájaro y la serpiente. Las tres historietas se pueden interpretar como una especie de spin-off secreto de la película La Casa Cercana al Cementerio, de Lucio Fulci. Al igual que Fulci, González plantea que la realidad está rota. Fulci juega con la mirada y González usa el efecto mariposa, las reencarnaciones y los diálogos que sugieren que el pasado, el presente y el futuro están quebrados. El artista español plantea estos conceptos en todo momento y es lo que enriquece a la historieta.
La historia cuenta las aventuras de Laura, Gloria y Cristina para formar una banda punk, a su vez relacionadas a otros personajes femeninos de otro tiempo que son Teresa, Gardenia, Margarita y Rosa. El punk está presente no solo en los posters y los diálogos sino también en la actitud de los personajes de ambas líneas temporales. La adolescencia de ayer y hoy genera una atmósfera de ciencia ficción digna de Doctor Who, donde los problemas y la preocupación por el futuro son comunes a cada generación.
¿Quién vigila a las reencarnaciones?
Los comics de reencarnaciones son siempre una máquina de vomitar conceptos. Los mejores ejemplos son Grimjack de John Ostrander y Tim Truman, y Requiem Vampire Knight de Pat Mills y Olivier Ledroit. Ambas historietas -hechas en distintas décadas y para distintos mercados- marcaron un camino de cómo contar buenas aventuras con un personaje con problema de memoria e identidad. A diferencia de Ostrander y Mills, González armó una aventura con más personajes principales y redobla la apuesta con una una crisis que no es solo de identidad o de tiempo, sino de conceptos.
El artista español relaciona el efecto mariposa, los agujeros negros, las distintas líneas temporales y las realidades fracturadas en la vida diaria para que todo sugiera más problemas, dudas e inclusive más misterios. Un gran ejemplo es la cuarta viñeta de la segunda página del comic que plantea que es un agujero negro, un búho o una parte del bosque. González juega con las composiciones de las viñetas y acá sugiere múltiples interpretaciones para la historieta: ¿Acaso ese dibujo es una zona en la que la atracción de la gravedad es tan fuerte que nada puede escapar? La idea puede significar que el agujero negro cuenta la historia, que es una metáfora para romper la cuarta pared con el lector y que este no debe dejar de leer la historieta, que se usan ideas y símbolos a partir del animal que aparece dibujado o que no es tan importante, pero a la vez genera misterio y confusión.
El espacio
No es casualidad que varios personajes de esta historieta se llamen como flores y eso genera múltiples conceptos sobre el tiempo en el que viven. En una primera lectura, González parece como el gran director de cine David Lynch, que usa referencias, películas e ideas para generar surrealismo y la posibilidad de otros mundos dentro de sus propios personajes. En una relectura, queda menos claro, ya que González parece conocer muy bien los mundos de Michael Moorcock y Douglas Adams y cómo fusionarlos.
González escupe conceptos de narración en toda la historieta, le encantan las páginas silenciosas, las transiciones a otro tiempo y por supuesto los códigos de cómo mostrar una película o la representación de un cuento a partir de títeres. El artista español no solo mejora la experiencia de la lectura sino que enriquece el lenguaje de la historieta al mostrar semejante abanico de posibilidades. La narración es su Dios. Su compromiso conceptual es que la repetición de un objeto (como puede ser el poster de La Invasión de los Ladrones de Cuerpos) pueda sugerir algo como lo que vivimos en ese film, pero de otra manera.
Museo secreto
El arte de González parece una licuadora donde Yoshitaka Amano, P. Craig Russell y Mike Mignola conviven en una casa secreta. González no dibuja las caras de los personajes, como si fueran un misterio pynchoneano pero a la vez es su marca registrada para sus historietas. Un narrador que piensa la puesta en página y que vuelca en muchas de estas conceptos que no siempre están relacionados a lo que se cuenta. El artista español parece fusionar un videojuego de dos dimensiones con gráficos elegantes, pero con la narrativa de una película de terror de los ‘70 de cine de Europa del Este. Una narrativa distante, sugerente, casi sin primeros planos.
Navegante del caos
Es imposible descifrar todo los misterios que contiene esta historieta. Desde la figura de la paloma o la mariposa hasta referencias a bandas punks, Stephen Hawking, comics, posters y más secretos. Lo más importante de todo no es entender las referencias sino disfrutar la experiencia de ver la cantidad de mundos posibles sugeridos. González es un marinero de muchas tierras que sueña con tantas ideas, personajes y conceptos que vale la pena acercarse a su obra.
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