Esta galardonada novela gráfica no tiene inicio ni final. No hay un conflicto que nace y que se resuelve, sino una experiencia y una vivencia.

This One Summer

20/07/2017

| Por Maximiliano Britos

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18465566._UY1275_SS1275_Hace cosa de año y medio llegó a mis manos una novela gráfica bien alejada del mainstream, titulada “This one Summer”. Al momento, confieso, no conocía a la tal Mariko Tamaki, autora canadiense que escribe la obra. Menos que menos a la artista, Jillian Tamaki, que es prima de Mariko.

This One Summer salió en el 2014, editada por First Second. Linda portada, no sabía bien con qué me iba a encontrar, pero la compré porque tuvo buenas críticas. Y bueno, las críticas eran acertadas. ¡Qué linda obra! Es lo más similar a un manga Slice of Life (recuentos de la vida, género en el que en la actualidad brilla más que nadie el genial Inio Asano) que vamos a encontrar en materia occidental.

La cosa es bastante simple: Rose es una pre-adolescente que todos los veranos (o desde que tiene memoria, según ella) viaja con su familia a la clásica casita de la playa, en Awago. Rose tiene una amiga a quien ve siempre por aquellos lares: Windy, que es aproximadamente un año y medio menor que ella.
tosLos que me leen por este sitio saben que no soy de cagar tramas, me limito a tirar puntas para que más o menos sepan de qué va, pero sin desvelar detalles. Y en esta obra, cuyo ritmo es tan descomprimido y tranquilo, es fundamental respetar esto. Peleas familiares, intereses amorosos y la transición de la niñez a la adolescencia son temas centrales que se tocan en esta obra, pero sin ahondar en un conflicto que los desencadene, sino en mostrarlos como los puede abordar cualquiera de nosotros, en cualquier familia normal.

¿Hacemos un pequeño parate para lo técnico? Perfecto.

El guión de Mariko es genial. No hay ninguna joya oculta, no hay ningún giro de tuerca ni referencia que te vuele la cabeza. Ahí radica la genialidad de un relato de casi 300 páginas que te podés comer de un saque en una horita (si leés rápido y no te perdés mirando los dibujos como hago yo). Supongo que los NO amantes del género, pueden encontrarse con una historia que peca de “monótona” por no tener vueltas asombrosas ni giros extraños. A mí, particularmente, este tipo de obras me dejan un gustito a satisfacción mayor por –justamente- jugársela con algo distinto. Y es que contarle las vacaciones de verano a alguien, es simplemente contarle sus vivencias y quilombos del momento, no una historia con nudo, desenlace y final feliz (o trágico).

tamakiLos diálogos son super coherentes, cada personaje tiene su personalidad y forma de expresarse, bien adecuada a las edades y formas/estilo de vida. Los diàlogos de las chicas son por demás creíbles y tienen ese peso y a la vez, vacío que puede caracterizar a la edad. Esa frescura de hablar ligero de algo de lo que capaz no tenés mucha idea, se hace sentir. En definitiva, Mariko es una maestra del diálogo, pero una bestia en cuanto a ambientación textual. Pero qué decir de la prima Jillian. Por favor, qué bestia esta mujer. Desde el vamos, todo el comic está en tonos de azul, con una línea modulada brutal y a la vez, con rastros de carbonilla (ponele) que se mezclan para hacer una composición cuasi única, con personajes simples y expresivos, fondos laburadísimos y planos del re carajo. Escenas tranquilas que te transmiten paz, y momentos acelerados o de tensión, en un estilo que también transmite ese desorden, con una desprolijidad super prolija.

urlLa comunicación entre escritor y dibujante suele ser más notoria en ciertas obras que en otras. Acá, definitivamente, se nota no sólo el amor y compromiso de ambas autoras, sino que fueron a la par página a página para sacar lo mejor.

Uno de los mayores fuertes, si no el mayor según mi apreciación personal, es esa sensación de cercanía que nos deja Mariko. Hay una humanidad muy grande en su obra, muchísimas cosas con las que nos podemos sentir identificados, y sin embargo están tomados con una ligereza y con tan poca pretensión, que simplemente podemos llegar a caer en el juego de no apreciar la grandeza en las cosas mínimas.

Rose es joven, es chica. Y esa pequeña diferencia de edad que tiene con su amiga, parece hacerse notar con muchas sutilezas, actitudes o diálogos. Empezar a usar palabras nuevas, embolarse, comer asaditos (bueno, barbacoa), mirar pelis de terror, ir todos los días a gastar plata en caramelos… perder el tiempo. Ver a mamá y papá peleándose sin entender bien por qué. Ver cómo papá intenta poner buena cara y mamá está del orto y te da bronca que te cague las vacaciones. Ver a tu amiga interactuar con su familia. Interesarte en pibes más grandes y lo que hacen, chusmeando sus puteríos personales para sentirte parte de algo más grande que tu vida de infante… muchísimos factores que están en la transición de toda persona, pero que no son invitaciones a reflexionar más de la cuenta ni a carcomerse la cabeza con un drama, porque al fin y al cabo, es un recuento de vida.

summerThis one Summer es una historia sin inicio y sin final. No hay un conflicto que nace y que se resuelve, sino una experiencia y una vivencia, en un fragmento de algo llamado vida, abordado desde la realidad de una chica y su entendimiento limitado de las cuestiones que ha de afrontar.

En definitiva, mi lectura recomendada del mes, sin lugar a dudas.

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