Asumiko Nakamura nos enreda en un thriller psicológico con tintes eróticos ambientado en el mundo de los escritores y las editoriales.

Utsubora

10/05/2023

| Por Sebastián Aguilera

1 comentarios

Llega un punto en el que los difusores del comic tenemos la necesidad de descubrir algo nuevo. Algo que sea capaz de dejarnos con la piel de gallina y lucir esa obra en los estantes. Compartir con el mundo esa joya que apareció. Hoy le toca a  “Utsubora, la historia de un escritor” de la mangaka Asumiko Nakamura.

Edición
Utsubora se publicó entre el 2010 y 2012 en las páginas de la antología bimestral de Ohta Publishing, Manga Erotics F. Allí también vieron la luz joyas del manga como El Club del Suicidio (Jisatsu Sākuruy) y Hikari Club (Litchi Hikari Club) de Usamaru Furuya, y también La chica a la orilla del mar (Umibe no Onnanoko) de Inio Asano.
La editorial española Milky Way publicó en el 2015 “Utsubora, la historia de un escritor” en dos tomos. También hay una edición en inglés, de la mano de Vertical Inc, publicada en el 2013, que recopila la obra completa.

La autora
Asumiko Nakamura, principalmente conocida por sus obras yaoi, ha ido más allá del género para desarrollar una narrativa que ahonda en temáticas profundas como la búsqueda de la expresión, la identidad y por supuesto, el rol de la sexualidad. Su obra más famosa, Antiguos alumnos (Dōkyūsei) tuvo su adaptación al animé en el 2016. 

La historia de un novelista
Utsubora supuso la maduración como autora de Asumiko Nakamura.  Con este manga demostró poder encarar obras más adultas y maduras.
El manga comienza con un suicidio. Una joven salta desde un edificio y cae de cara en la calle. Es imposible reconocerla. El único indicio de quién fue o pudo ser está en su celular, en el registro de llamadas. Es así, como al inicio de la investigación –y del manga-, dos agentes se contactan con el conocido escritor Shun Mizorogi para que pueda ayudarlos a ahondar en el reconocimiento del cadáver.  En la morgue hay alguien más: Sakura, una joven idéntica a Aki, una ex amante del escritor y también la víctima del suicidio.

Un comienzo tan intenso exige que se mantenga la calidad. Es un desafío enorme que confiere trabajo, dedicación y talento. Nakamura, quien ya era una mangaka consagrada, demostró estar a la altura en este drama con toques de thriller.

El escritor y los detectives
El grueso del manga ronda en torno a una novela por entregas, Utsubora, de un autor veterano, Shun Mizorogi. Al fin vuelve a disfrutar el favor de la crítica y de los fans, pero sufre de bloqueo creativo. Encima, queda ligado a una investigación policial.
A pesar de que los detectives solamente quieren ahondar en quién fue la víctima y, de ser posible, qué la llevó a tomar esa decisión, Mizorogi toma una postura cerrada e intenta evadirlos. Esto podría ser un juego del gato y el ratón, pero la función de los detectives es meramente la de elementos narrativos que van a ir desentrañando la verdad sobre Aki y también sobre Sakura. Es decir, una forma distinta y más dinámica de profundizar en el personaje. La investigación queda relegada para ahondar en el mundo editorial japonés. Hay algo que deja incluso a una muerte en segundo plano: La posibilidad de plagio.

En este torbellino surgen preguntas como quién es más importante: el autor o la obra. Hasta dónde llega el peso de un autor fantasma o la falta de ética editorial. En una sociedad donde el honor importa tanto, esta obra señala muchas falencias éticas y morales, que para colmo están aceitadas a nivel industrial. No hay lugar para el honor, sí para las ganancias.

En cuanto a los personajes, la mangaka hace un excelente trabajo y es aquí donde está el fuerte de la obra. Para evitar spoilers menciono solamente un caso, el del protagonista, un personaje estoico y sumamente introspectivo. A lo largo del manga vemos cómo esa pared que impide ahondar en su yo verdadero se agrieta y posteriormente se desmorona, principalmente por su ego artístico y también por el juego sexual, que es otro de los pilares de este manga. 

La sexualidad como forma de expresión

Hay veces en las que un medio se satura. Nos guste o no, en el manga mainstream hay un exceso de fan service y erotismo gratuito que pueden llegar a ser molestos –bueno, depende de cada quien-. Sin embargo, hay artistas que lograron evolucionar entre obra y obra para trabajar en temáticas más profundas. Muchas veces nacen de conflictos o pulsiones humanas, como el deseo o el erotismo.
El arte japonés tiene una contradicción entre el hedonismo y una búsqueda poética de la belleza. Un claro ejemplo es el “shunga”, arte erótico japonés, que tiene grandes exponentes como Kitagawa Utamaro. Por otro lado, en la literatura, el erotismo fue clave en la obra del ganador del nobel literario, Yasunari Kawabata, quien era conocido por usar las pasiones carnales como un eje narrativo que le permita ahondar en la psique y naturaleza humana de sus personajes. También vale la pena mencionar La Llave, de Junichiro Tanizaki como obra elegante del género, pero ya es ahondar demasiado en otras formas de expresión que no son el Noveno Arte.

En el terreno del manga y el animé, el espectro se amplía para satisfacer a un mercado mucho mayor, en el que los matices de la sexualidad van desde chistes inocentes, hasta las más enfermas perversiones, pasando tanto por obras de elegancia artística hasta hentai gratuito.
Ni Akira Toriyama, ni Shōtarō Ishinomori, o el mismísimo Ozamu Tezuka están exentos de este tipo de contenido en sus páginas. Sin embargo, hay exponentes, sobre todo en el gekiga, que entendieron que, en una sociedad tan cerrada y conservadora, como la japonesa, la sexualidad era un tema que merecía ser ahondado a la hora de perfilar el contexto en el que estaban inmersos. Obras como El club del divorcio de Kauzo Kamimura, o Mujeres de Yoshihiro Tatsumi, son un ejemplo de esto. En los mangas modernos hay autores clave como Inio Asano y Suehiro Maruo.

En Utsubora, Nakamura usa la sexualidad como un elemento clave para aumentar tensiones dramáticas tanto en la parte policial, como en el drama del escritor. La autora maneja del erotismo de forma tácita como un deseo sexual que va creciendo en los personajes. Satisfecho o no, sirve como una forma de poder sobre la otra persona y también como un juego psicológico. También es una herramienta para ahondar en sus miedos y frustraciones. En lo que realmente quieren.
Por otro lado, ese triángulo de relaciones que se da entre Mizorogi, el recuerdo de Aki y Sakura también juega desde lo psicológico. Ahonda en la identidad, en un quién es quién realmente desesperante y también en el ego que sobresale por sobre la empatía. Para Mizorogi solamente importa su obra, su prestigio y no le importa utilizar a Sakura como un medio para terminar su novela.

El dibujo es simplista, de trazo limpio y limitado. Aun así, Asumiko Nakamura se las arregla para hacer lo que hay que hacer en una buena historieta: Narrar con elegancia y darle fuerza a cada viñeta para que el todo, que es la página, sea lo más efectiva y dinámica posible. En las escenas eróticas juega con escorzos y cambios de plano, con los que logra elegancia con un toque poético en esas secuencias. Lo malo: como en todo manga del estilo, en algunos planos hay demasiados fluidos y viscosidades.

Adaptación televisiva
A finales del 2022, se anunció que la cadena japonesa WOWOW sería la encargada de transmitir la adaptación del manga. El primero de ocho capítulos se estrenó el 24 de Marzo, y por lo que se puede apreciar en el trailer, se mantiene fiel al manga, especialmente en lo que se refiere a las tensiones psicológicas y sexuales entre los personajes.
El encargado de dirigir esta adaptación es Hiroto Hara, conocido por la coral Tokyo City Girl y la serie de televisión Risky. En cuanto al reparto, Atsuko Maeda encara a la misteriosa Aki/Sakura y el veterano actor Yukiya Kitamura se pone en la piel del escritor Mizorogi Shun.

Una apuesta madura
Utsubura es un trabajo inteligente, complejo y adulto en donde Asumiko Nakamura logra destacar como mangaka. No llega a ser una obra maestra, pero si demuestra hasta dónde puede llegar el medio al mezclar drama con thriller erótico.

Una respuesta a «Utsubora»

  1. chuliverm

    Me pareció muy buenos dibujos, sinoles y expresivos, por lo menos los que pusieron en la kota. No conozco esto peronpinta muy bueno

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