Desde Adentro

Este es medio duro, no es un hobby. Por eso hay que dedicarse seriamente a dibujar lo mejor posible y a trabajar con constancia.

Enrique Breccia

30/06/2017

| Por Staff de Comiqueando

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Breccia-Oesterheld+-+Che+-+027Mi dibujo es, en cierto sentido, expresionista y con humor, con grandes dosis de humor ácido e irónico. Intento que siempre aparezca la vena humorística en mis dibujos.

A diferencia de lo que suele pensarse, yo no aprendí a dibujar con mi padre. La primera vez que lo ví dibujar, yo tenía 22 años. El tenía un estudio fuera de casa y nunca lo vi dibujar. Además nunca tuve una opinión, ni a favor ni en contra, del estilo de mi padre. Debe ser por eso que tenemos estilos tan distintos, tanto mis dos hermanas como yo, respecto a él.

Yo vengo de la pintura, del grabado en madera, así que no tengo referentes historietísticos. Me dediqué a la historieta simplemente por una cuestión económica, porque estaba recién casado y a punto de tener mi primer hijo. Fue en el ´68, cuando hice La Vida del Che en historieta, junto a mi padre, y donde se nota muchísimo la influencia del grabado en madera… blanco y negro puro y todo eso. La idea original era que ambas partes se publicaran por separado, pero luego hubo una decisión editorial de intercalarlas. Fue Oesterheld quien eligió a los dibujantes para cada episodio; y a mi viejo y a mí nos pareció bien.

america-alvarMás de 20 años después, me tocó reencontrarme con el Che, en una historia corta que hicimos con Robin Wood. Robin le dio un enfoque novedoso a su excelente guión. Lo dibujé con un estilo netamente historietístico porque, de haberle dado un enfoque plástico, Eura no lo hubiera aceptado; y yo vivo de mi trabajo.

El Eternauta, donde me tocó asistirlo a mi viejo, lo concebimos como una historieta experimental, en la parte técnica. Creo que en ese sentido fue una buena experiencia, pero visto ahora creo que le restó clima. Un clima que Solano López, con elementos mucho más clásicos hizo de una manera magistral. Creo que nuestra versión de El Eternauta es muy inferior a la de Solano López, en ese sentido. Es una obra que mantiene su vigencia pero yo prefiero la de Solano.

breccia-painted-p34La época de los ´70 y ´80 en Ediciones Record la recuerdo con cariño porque dibujé grandes obras como Alvar Mayor, El Peregrino de las Estrellas o Avrack. No tanto por las circunstancias políticas, porque coincidió con una época muy difícil en Argentina, la de la dictadura, y el editor argentino se aprovechó de la circunstancia para quedarse con los originales que andan por el mundo, vendiéndose. Y yo soy absolutamente ajeno a todo eso. Desgraciadamente no es un caso único. No sé si hay muchos dibujantes que no tengan ni un solo original de aquella época. Yo no tengo ni una sola de las más de 8.000 páginas que dibuje por entonces, de Alvar Mayor, las historias cortas con Trillo y Saccomano… Además hay un litigio sobre los derechos. Me los quieren quitar. Celebro que cada tanto se vuelvan a editar estos trabajos, pero me gustaría ser el dueño de los derechos. Es un litigio que dura ya muchos años.

Al margen de mi labor en la historieta yo siempre tuve por separado mi trabajo en la pintura. La historieta y la ilustración tienen un público bien determinado con el que uno tiene la obligación de comunicarse. La pintura es definitivamente otra cosa, que pertenece a una dimensión más privada. Y la ilustración me seduce porque guarda un mar­gen más amplio de libertad creativa. Al carecer de la secuencia narrativa de la historieta, la ilustración debe contar todo en una sola imagen.

Tex-Gigante-Enrique-Breccia-Tito-Faraci-555x785De todos modos, lo más importante es aprender a dibujar, a dibujar bien. Este es medio duro, no es un hobby. Por eso hay que dedicarse seriamente a dibujar lo mejor posible y a trabajar con constancia. La musa inspiradora no existe, es un concepto romántico. Lo único que existe es trabajar duro. Yo me impongo un ritmo prusiano. Me levanto todos los días a las nueve de la mañana y le doy al dibujo nueve horas seguidas. Soy muy metódico.

Me adapté muy rápido a la vida en Roma. Las analogías entre Italia y Argentina son tantas que me siento como en casa. Los italianos son como hermanos nuestros. Y sí, Nueva York tiene una energía especial que estimula la creatividad, pero nunca me sentí tan cómodo allá como ahora en Roma.

Una vez más, confieso no ser un lector de historietas. Nunca tuve el tiempo. Pero admiro a muchos maestros, como Sergio Toppi, el inevitable Hugo Pratt… y de los que trabajan actualmente, para mí el mejor es Cacho Mandrafina.

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