Desde Adentro

Yo tardo entre dos y cinco años en crear una novela gráfica de principio a fin, no tomo atajos, cada libro es una labor de amor.

Raina Telgemeier

29/07/2017

| Por Staff de Comiqueando

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12118351_Alt01Empecé a dibujar antes de que tenga memoria. Mi mamá tiene guardados dibujos con crayones que hice cuando tenía un año. Eran garabatos, pero creo que siempre me gustó dibujar y nunca paré. En la escuela primaria me consideraban “la dibujante del curso” y aún hoy, cuando me encuentro con los compañeros de aquella época, se acuerdan con mucho detalle de las cosas que yo les dibujaba.

A los nueve años empecé a leer historietas y enseguida hice los primeros intentos de dibujar mis propias historietas. En la escuela secundaria traté de hacer una tira cómica, pero fracasé estrepitosamente porque no era buena contando chistes y armando la progresión hacia un remate en una estructura de cuatro viñetas. Más tarde, cuando me enganché con los comics alternativos, tipo el Optic Nerve de Adrian Tomine, o el Bone de Jeff Smith, pensé “okey, el formato de historieta me sienta un poco mejor”. Y empecé a hacer fanzines, allá por 1997. El primero fue Take-out, siete números de 12 páginas cada uno. Entre todos debo haber impreso 6000 ejemplares. De alguna manera, ese fanzine llegó a manos de los editores de Scholastic, me llamaron para conversar acerca de colaborar con ellos y en 2004 firmé contrato para mi primer trabajo profesional, que fue la adaptación a novela gráfica de The Baby-sitters Club. Y al mismo tiempo empecé a publicar en la web Smile, mi primera obra personal, bastante autobiográfica, por cierto.

sisters_page_1Al principio pensé que la historieta iba a ser como un entrenamiento para después pasar a la animación, que ahí estaba la posta. Empecé a hacer flipbooks… pero eran flipbooks muy cortitos, flipbooks de siete páginas… ¡Y me tomaban muchísimo trabajo! Me llevaba muchísimo tiempo dibujar un librito que se leía en menos de un segundo. Ahí me di cuenta de que la animación no es algo que pudiera hacer yo sola: se necesita un equipo, un estudio, gente que haga las voces, que grabe la música… Mientras que la historieta era algo que se puede hacer de uno, de punta a punta. Te sentás a trabajar y sale un producto terminado, sin involucrar a nadie más. Y eso me sedujo por completo.

Empecé con una obra autobiográfica porque me daba miedo escribir ficción. Aún hoy me asusta un poco, por eso sigo usando mis recuerdos como fuente de ideas, para que la historia no se sienta tan alejada de mi vida real. Yo cantaba en el coro de mi escuela, y eso me llevó a participar como cantante de varias obras musicales, aunque siempre tratando de escaparle a los focos. De ahí tomé un montón de ideas para Drama, que fue mi primera obra de ficción. Decidí escribir algo que abrevara en esos recuerdos, pero que se alejara de mis propias experiencias, como para poder llevar la historia un poco más lejos.

j6206_drama_ENDS.inddPara mí, mis obras son muy personales, pero es super reconfortante que tanta gente tan distinta entre sí se acerque a contarme que conectan con lo que yo cuento, que se sienten identificados. Yo tardo entre dos y cinco años en crear una novela gráfica de principio a fin, no tomo atajos, cada libro es una labor de amor. Cuando un lector termina una de mis novelas gráficas, ¡mi meta es que tengan ganas de volver a leerlas! Y que después, tal vez busquen otras novelas gráficas y descubran la misma alegría que siento yo al leer historietas o relatos secuenciales.

A mí me copa leer una y otra vez mis libros favoritos. Mi primer gran favorito fue Mrs. Frisby and the Rats of NIMH, a partir de que una maestra de la escuela primaria me lo leyó en voz alta. Cada tanto lo vulevo a releer. También leí hasta desintegrar mis ejemplares de The Baby-sitters Club y mis libros de Ramona. Pero los que más amo son mis recopilatorios de tiras cómicas. Mis tomos de Calvin and Hobbes y For Better or For Worse tienen manchas, arrugas y dobleces de las veces que me los metí en la mochila y los leí en el cole, en la hora del almuerzo. Y cuando descubrí Barefoot Gen (a los 10 años), me puse como misión que todos mis conocidos leyeran ese libro, desde mi maestra de quinto grado hasta mis amigos de quinto año del secundario. Se me rompió la portada, la encuadernación se soltó…. El hermano de una amiga me lo emparchó con cinta… Me compré uno nuevo, pero sigo enamorada de mi ejemplar totalmente destrozado. A mi modo de ver, los libros más destruídos son los que uno más amó.

Screen+Shot+2016-09-17+at+7.21.28+AMDe chica leía mucho manga y mucho humor gráfico, y ambas cosas se instalaron como parte de mi sensibilidad artística, aunque jamás me consideraría una autora de manga. Hoy en día, la mayoría de los dibujantes que conozco están muy influenciados por el manga y el animé, pero creo que es porque son materiales de muy fácil acceso para ver o leer. No sé… el mundo no para de evolucionar y la historieta también evoluciona. Cada vez que una serie animada triunfa y genera un fandom, el estilo de esa serie se empieza a ver en el estilo de un montón de dibujantes… Yo ahora veo montones de historietas inspiradas por cosas tipo Adventure Time, My Little Pony: Friendship Is Magic, y Avatar: The Last Airbender!

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