Hoy volvemos a visitar la ciudad del pecado, la secuela de la gran peli del 2005, otra vez a cargo de Frank Miller en los guiones y co-dirigiendo con Robert Rodríguez. Pero… ¿por qué si la primera parte fue buena y tuvo muchísima repercusión, esta pasó sin pena ni gloria, -apenas una semana en las carteleras argentinas- y nadie habló bien de ella? Quizás, como le pasó con los comics, la fórmula se agotó y la repetición hace que los mismos trucos ya no impacten, hace que la gente empiece a preguntarse si tanta violencia tiene sentido, si la estética va por sobre la historia, o qué catzo hace Marv vivo si murió en la primera.
Bueno, Sin City 2 no le llega a los talones a la 1, quizás por todo eso, pero además porque las historias que adapta son de comics no tan buenos como los de la primera. Vamos, no nos engañemos. No todas las historias de Sin City son igual de buenas. The Hard Good-bye, la primera, no solamente es buena sino que fue impactante y sorprendente a principios de los ‘90. El protagonista, su trágico final, tiene componentes para convertirla en una gran aventura dark, de crimen, terror, fanatismo, golpes de todo tipo.
A Dame to Kill For, la segunda, es un policial violento sin mucho vuelo ni grandes personajes. The Big Fat Kill es una boludez, con las putas matando a todos, sin mucho sentido; That Yellow Bastard es muy buena, Hartigan y Nancy hacen muy logrados papeles, tiene una profundidad tremenda. Family Values es una porquería, con la chinita masacrando a todos porque sí, aburrida y predecible. Hell and Back no puede cumplir lo que promete y se queda en muertes y colores, repitiendo los trucos pero sin cartas. Si la primer película de Sin City adapta las dos mejores historias, ¿qué le quedó para esta?
Sin City 2 arranca con Another Saturday Night, una historia cortita de Marv, aparecida en la Sin City ½ de 1997, y mete A Dame to Kill For (la historia que le da el título de la película), con Dwight y Ava, más Marv y las chicas del Old Town. Se mezcla con esta historia una aventura menor de un apostador que se enfrenta al senador Roark en una mesa de póker y termina muy mal (La larga mala noche, escrita para la película), y una historia que podría llamarse That Yellow Bastard 2, ya que es secuela directa de la trama de Bruce Willis y Jessica Alba, nunca antes hecha en formato de historieta (con Marv como innecesario co-protagonista). Las historias que son adaptadas nuevamente lo hacen muy bien, pero ya no sorprende y para colmo, como dijimos antes, las novelas de entrada no son muy buenas.
¿Qué tiene de rescatable este nuevo fracaso de Miller? El elenco, sin dudas. De la otra película rescatan a Bruce Willis como Hartigan, Mickey Rourke como Marv (un poco más gordo), Jessica Alba como la deseada Nancy y Rosario Dawson como Gail, para agregar a Josh Brolin como Dwight, la sensual Eva Green como la mujer por la cual más de uno mataría (espectacular, vale ver la peli nada más que por sus escenas), Joseph Gordon-Lewitt como el jugador, y Christopher Lloyd como un médico bizarro, con Ray Liotta, Stacy Keach y otros que dan en la tecla en cuanto a caracterización y fisique-du-rol. Hay cambio de actor en el chofer negro, pero en general, la adaptación es extremadamente respetuosa en cuanto a personajes. Y en cuanto a todo, pero si adaptás historias flojas, la película será floja. Quizás, el truquito del blanco y negro que tanto sorprendió al gran público en la primer película, los decepcionó en The Spirit y acá ni siquiera les movió un pelo. Hay que ser muy fan de los comics de Sin City para ir al cine a ver esta secuela donde Miller hace también de productor ejecutivo; es decir, puso tarasca (y hace un papelito insignificante de apenas un segundo).
Para cerrar, permítanme recomendarles Percy Jackson y el Ladrón del Rayo, la novela de Rick Riordan (Percy Jackson & the Olympians 1. The Lightning Thief) que si bien tiene muchos elementos ‘harrypottianos’, está linda para leer y entretenerse. La película que la adapta bastante fielmente, también me gustó (Chris Columbus, 2010). Denle una oportunidad.
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