Imaginen que estamos en 1982 y unos franceses distópicos publican una historieta (Le Transperceneige), que es tan oscura y depresiva que se convierte en una obra oculta y de culto al mismo tiempo. Jacques Lob y Jean-Marc Rochette cuentan la historia en una nueva era glacial post-apocalíptica donde lo único que queda de la Humanidad se salvó a bordo de un mega-tren de mil vagones que recorre el mundo sin parar. Mientras que los ricos planearon su supervivencia, los pobres se amucharon al “dofón”, manteniendo –y acentuando- la división de clases sociales a lo largo del tren “rompenieve”. En esta historia clásica francesa la aventura arranca cuando el protagonista se escapa de los últimos vagones y es conducido a ver al líder del tren. En el camino conoce y se relaciona con una activista llamada Adaline y juntos avanzan hacia la máquina descubriendo el funcionamiento de una sociedad injusta, impiadosa y al borde de la extinción.
Para llegar a la adaptación que nos compete, saltamos hasta fines del 2005, cuando Bong Joon-ho encuentra la novela gráfica de los franceses en una comiquería cerca de la Universidad de Hongik en Corea del Sur y se devora la saga completa de dorapa frente al estante donde la encontró. Fascinado con la idea de gente sobreviviendo en un tren y la estratificación social por secciones, Bong le mostró los comics a sus amigos Park Chan-wook (director como él, famoso por la excepcional Old Boy) y Lee Tae-hun (productor) que se re-cebaron. Aunque Bong rezaba el comic, pronto se dio cuenta que «[…] debí generar una historia completamente diferente y nuevos personajes para crear un nuevo y dinámico Snowpiercer que estuviera lleno de emoción cinematográfica”. Y ahí la cagaron.
En 2006 la compañía productora de Park consiguió los derechos de la historieta original y en septiembre de 2010 terminaron el primer borrador… es decir, tuvieron tres años para toquetear y modificar todo, para olvidarse de lo que les gustó del comic. Pero el guión todavía se parecía al original y estaba bueno, por ende, en enero de 2012 contrataron a Kelly Masterson para reescribir la trama y en octubre de 2013 Bong confesó: “…tenía que capturar esa historia tan larga en una película de dos horas, entonces, en lugar de sacar escenas del comic reescribí toda la historia para que entrara en ese tiempo”. OMG!
Ahí sí, ya era momento de sumarle estrellas al film y contrataron a Chris “Captain America” Evans en el rol protagónico; Tilda Swinton, Ed Harris, John Hurt y Jamie Bell se anotaron, pero la primera puso como condición que le tocara hacer cosas divertidas entonces Bong le dejó meter mano es sus escenas para darle “color”.
Tras cuatro años de desarrollo y tres de producción, Bong arrancó a filmar en Praga entrado el 2012, con el presupuesto más alto en la historia de la filmografía coreana: 42 millones de dólares. Snowpiercer se estrenó en Seúl el 29 de julio de 2013, pasó por varios festivales y se estrenó en USA el 27 de Junio de 2014. Su recaudación mundial superó los 86.7 millones de dólares y a pesar de estar hablada el 80% en inglés, se ubicó como la décima película más vista de Corea. Increíblemente, la crítica fue en su mayoría benigna, gratamente sorprendida, evidentemente porque no habían leído la historieta original.
No se pueden narran las historias que se desarrollan en los comics y en el cine como una sola, más allá de su premisa básica. Todo el resto son diferencias. Incluso el tono, la onda: mientras que la versión original es fría, seria, estudiada, una movida política limpia y quirúrgica, la peli es un malón desbocado al ataque, una pelea eterna a lo largo del tren con sangre, explosiones y descontrol. ¡Ni siquiera el protagonista es el mismo! Chris Evans hace de Curtis, el líder de una revolución para llegar al frente del tren, mientras que los autores franceses contaron la historia de Proloff, un tipo normal que se escapó de la cola y casi que recorre el tren para ver qué onda. El final de la peli –se los cuento, total, no creo que a ninguno lo sorprenda (de hecho, dudo que alguien se siente a verla y llegue al final entero)- se parece más al final del libro 2 (Snowpiercer 2: Los Exploradores, secuela de 1999 escrita por Benjamin Legrand ya que Lob murió en 1990), que cuenta la historia de un grupo de expedicionarios 17 años después, con otro Snowpiercer. Salir del tren y caminar, enfrentarse a ese oso polar, repoblar la Humanidad o morir, todo queda abierto en el film. El final de la versión original es tremendo y amargo. Como comparar el comic con la película. Basta. Y basta de agarrar historietas que te gustan para hacer una película que venda.
Para irnos con una sonrisa, si quieren una buena adaptación de un comic oscuro, que estaba condenado a la ignominia y fue salvado por Hollywood, les recomiendo 30 Days of Night (David Slade, 2007), basada en el comic homónimo de Steve Niles, y Ben Templesmith, publicado por IDW en 2002. Vale la pena.
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