Recuerdo que, cuando arrancó la movida del New 52, lo que más me preocupó fue leer todos los títulos para saber a cuáles tenía que apostar. Hubo varias sorpresas y decepciones. ¿Y Green Arrow? Mi opinión fue simple: Un desastre.
La idea del New 52 era actualizar los personajes, presentar un nuevo elenco, darle nuevas aventuras… y Green Arrow, de la mano de J.T. Krul y luego Ann Nocenti, falló en absolutamente todo. Nos presentaron un personaje que poco nos recuerda al Ollie bigotudo con barbita que todos conocimos. Un elenco de personajes soporte que lo ayudan, al que jamás se preocuparon de presentarnos… están ahí porque sí: Jax y Naomi, los ayudantes del héroe, uno fabrica las armas y similes, la otra es su Oracle particular. Aventuras cuadradas y básicas, piñas en China, minitas «lindas» que se le regalan al protagonista, villanos clase Z con plots estúpidos, situaciones insostenibles y arte secuencial que peca de desastroso. Los números de Nocenti con Tolibao al arte son una muestra de lo que nunca hay que hacer en un comic. ¿Releer una página porque no le encontrás sentido a lo que pasa? a la orden del día. En una viñeta estás viendo piñas y a la otra, de la nada, a un personaje volando en avión hablando de la pelea. Desastroso. El origen, número 0 de la colección, también es cualquier cosa. Trató de conciliar un poco el origen del personaje con la serie de TV Arrow (que en comparación hizo un laburo mucho mejor).
Y sin embargo, en el n°17 de la serie, nos presentan un nuevo equipo creativo, que sigue hasta el momento al frente de la serie regular: Jeff Lemire al guión, a quien pueden conocer en el New 52 por Animal-Man, Frankestein Agent of S.H.A.D.E. y Justice League Dark… y Andrea Sorrentino, italiano que venía de romperla en I, Vampire. Mis expectativas en el título, tras darle una oportunidad por el cambio de equipo creativo, se dispararon. Terrible. Solo con leer el primer número de Lemire, automáticamente obtuvo mi atención y ganas de seguir la serie mes a mes.
Hasta ahora, Oliver Queen era un fanfarrón cabeza dura que tiraba un par de flechas, salvaba el día y se enganchaba con una mina, mientras tenía kilombos en la empresa familiar (a cargo de Emmerson) por no estar nunca. Lemire supo aprovechar ideas que sembró la serie de TV Arrow y hacer un buen paralelismo, explotar mejor el origen y trasfondo plano del personaje, darle onda.
El primer arco de Lemire es «The Kill Machine». Consta de 5 partes y, usando a Komodo y la isla en la que Ollie estuvo varado por un año, va a ahondar en toda una cosmología nueva y en misterios familiares. La cosa se pone buena. ¿Quién es Emmerson realmente? ¿Qué ocultaba el padre de Ollie? ¿Quién es Komodo? ¿Qué importancia tuvo la isla en la vida de Ollie y en la de su padre? ¿Cierto accidente pudo ser forjado? Lemire siembra preguntas, responde otras y nos da un ritmo narrativo excelente. Justamente es lo que nos prometía el New 52, darnos una actualización de personajes y engancharnos con una mitología nueva, con conflictos, orígenes, personajes y situaciones nuevas, dejando de lado lo que ya conocíamos de hace años (en algunos casos, claro está). Lo mejor, y valga la pena aclararlo, es que Lemire básicamente tomó 2 o 3 cositas mínimas del título previo a su llegada. Por lo que, y gracias a Kirby, podemos arrancar la serie con él, sin tener que leer todo lo anterior. Excelente forma de entrar a un título decadente y golpear con todo, para ofrecerle al lector una chance de arrancar de nuevo.
Como si fuera poco, afloja con el personaje cuadrado noventoso sin sentido, se preocupa de darle más profundidad al protagonista. Presenta nuevos personajes y se deshace de otros. Komodo es, básicamente, el primer villano que vemos en las páginas de Green Arrow, que puede llegar a interesarnos. Un tipo que supera por mucho a nuestro héroe en materia de arquería. Excesivamente. Viene con un trasfondo misterioso; a primera vista, si mirás la serie Arrow, podés pensar en Malcolm Merlyn. Y, sabiendo que tiene algo que ver con el pasado de Ollie, más onda todavía al tema. ¿Y Magus? Personaje misterioso, tiene respuestas, no tiene ojos y parece querer ayudar a Oliver. Henry Fyff es la otra adición al grupo de los héroes: Un ex empleado de Queen, que fue despedido y ahora es su única esperanza.
Después del primer arco, hace su debut Shado, un personaje sacado de la serie de los ´80 que escribía Mike Grell, que tiene una relación directa, también, con la familia de Oliver. Lemire no afloja presentando personajes, actualizando a algunos (como el Count Vertigo), y metiéndole más mitología al asunto del arco y flecha… Clanes, artefactos antiguos, luchas de poder y un legado a ser heredado de una vez por todas. Las aventuras en solitario, breves y autoconclusivas, dejaron de ser un problema en el título, y nos embarcamos en un proyecto ambicioso y a largo plazo, con mucha, pero mucha tela para cortar. ¿Más adiciones de la serie de TV? Debuta John Diggle, que después de mucho tiempo, volvió a las andadas. Lo que sabemos en un principio, es que trabajó con Ollie y fue guardaespaldas de la madre. Qué estuvo haciendo todo este tiempo, no sabemos.
¿Y qué más decir de Sorrentino? Es impresionante. Cuando lo vi en I, Vampire, ya me pareció un monstruo. Su estilo funciona perfecto para el título, porque evita los clichés del estilo superheroico y propone tonos más oscuros y líneas más dinámicas.
Si sos fan del viejo Green Arrow, capaz no te interese mucho este nuevo enfoque del personaje, pero la calidad del comic es innegable. Es básicamente lo que pasó con otros personajes/títulos que reseñé (Flash, Wonder Woman). Si te gustaba el personaje y no tenías mucha idea, arrancar directamente con Lemire te va a resultar un golazo. Su etapa en esta serie sin duda alguna va a estar entre las mejores direcciones que tuvo Green Arrow en su historia.
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