De la mano de Matt Fraction y David Aja, hace aproximadamente año y medio, nació un nuevo título en Marvel: Hawkeye. Si bien es un Avenger hecho y derecho, con sus fans y su fama notoria (elevada bastante gracias a la peli del Sr. Whedon), es difícil que Clint Barton se banque una serie regular. Pero tenemos a Fraction con Aja. Sólo me faltaría Brubaker en los créditos y mi idea de ver algo remotamente similar (en cuanto a calidad) a The Inmortal Iron Fist hubiese sido absoluta. Pero después de leer el primer número y no decepcionarme en lo absoluto, me di cuenta que estaba frente al nacimiento de uno de los mejores títulos de los últimos años.
Leés el primer número, antes de la primer viñeta te encontrás con una introducción simple: Hawkeye. Avenger. El mejor en cuanto a puntería respecta. ESTO es lo que hace cuando no anda siendo Avenger por ahí.
No hace falta más nada, la idea es ver a Clint siendo justamente, Clint. Verlo vivir, cagarse a piñas, romperse y terminar en el hospital… Una premisa entretenida en un principio, donde vamos a ver un enfoque callejero del personaje.
Las portadas de Hawkeye son un espectáculo. Si hay algo que hace Aja, es ser un genio de la dinámica y el detalle. Viñeta a viñeta, con un estilo simple, detallado y con un laburo del carajo, nos maravilla. Un ritmo narrativo bien manejado por Fraction, que con el arte, queda excelente.
Y sin embargo, Aja tiene sus retrasos y no puede seguir un ritmo mensual. Hay otros dibujantes que van rotando en el título: Javier Pulido y Steve Lieber con Jesse Hamm hacen un laburo excelente, y el color de Matt Hollingsworth unifica el título, no hay saltos creativos que choquen. En definitiva, muy bien cuidado. Más adelante tenemos a Francesco Francavilla en el arte, otro tipo que la está rompiendo acá y en Guardians of the Galaxy. Impecable.
Pero volvamos. Clint Barton. Kate Bishop (la Hawkeye de Young Avengers). ¿Suficiente? Sí, lo es, pero te agrego a un perro al que le gusta la pizza. Hawkeye, tipo soltero viviendo de forma precaria, duerme, está roto, recibe visitas de mujeres, tiene un perro, se junta con los vecinos de su edificio… Clint Barton, señores. Un deleite la humanización del personaje.
¿De qué va la trama? Clint, de bardo en bardo con la mafia, le toma cariño a un perro, labura en conjunto con Kate… vive aventuras en solitario o con una sidekick (que más de una vez termina por llevarse el spotlight). No hay mucho más que decir, la idea es simple, pero funciona perfecto.
Fraction es un genio de los diálogos brillantemente humanos, mundanos, comunes. Logra generar en el lector que se crea lo que está pasando, con situaciones genuinas y espontáneas. Hay episodios autoconclusivos donde lo que ocurre es una inundación por un temporal. Nada de villanos ni el héroe que salva el día. Agua, únicamente. Y Fraction se las arregla para contarnos una historia excelente sin siquiera ver una flecha. En definitiva, el guionista logra nuevamente traernos un título donde el protagonista es explorado a fondo y aprendemos a ganarle simpatía (o mayor simpatía, depende el caso).
En lo personal, Hawkeye en los Avengers siempre me pareció el jetón del grupo y nada más; era el que se peleaba con Quicksilver para ver quién era más denso o bardero. Y acá se mantiene la forma de ser de Clint, pero me resulta mucho más agradable ver cómo se bardea y agarra a las piñas con mafiosos rusos que verlo hacerse el loquito contra un Ultron o Kang. Se explora un lado más humano, más mundano, donde parte de la rutina es (además de las piñas) tener problemas para conectar tu DVD a la tele para ponerte al día con una serie que miran Wolverine y Spider-Man.
¿Y Kate? Qué decir de Kate, excepto que siempre está ahí para salvar el día, en un contraste muy simpático con Clint, donde el choque de edades y egos es explorada de una forma simpática.
En fin, hold on a sex… a sec. Este un comic donde en un número el protagonista es un perro que trata de entender diálogos humanos, haciendo la suya. TERRIBLE. ¿Listo? Entonces, denle una oportunidad a Hawkeye, que no los va a decepcionar.
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