Maldito Mainstream

Con dos Premios Eisner bajo el brazo, la nueva serie de Transformers te está esperando con una calidad asombrosa.

Transformers

02/08/2024

| Por Matías Depettris

2 comentarios

Me resulta super extraño que aún cuando llevo casi diez años consecutivos al frente de esta sección todavía puedan sorprenderme ciertas cuestiones relacionadas con el mercado y sus reconocimientos, en concordancia muchas veces con las elecciones que hago mes a mes del material para recomendar en etse espacio. Sin embargo, en este caso, por apenas un par de días, este espacio pasó de ser un lugar profético a colgarme de las tetas de los Eisner, como diría Moria. Si yo la semana pasada le hubiera anticipado a Andrés que iba a elegir la serie regular de Image escrita y dibujada casi en su totalidad por el enorme Daniel Warren Johnson, aún cuando la sección estuviera online una semana después de que fuera anunciado este título como ganador del prestigioso premio Eisner en la San Diego Comic Con de este año en la categoría de mejor serie regular, de todos modos tendría el aval de nuestro paciente editor, quien seguramente se jactaría de mi puntería en algún podcast futuro. Como eso no sucedió, solo les queda, queridos lectores, confiar en mi palabra, la cual de todos modos se puede constatar con posteos que fui haciendo en mi instagram personal los últimos meses donde vengo elogiando este comic con cada nuevo número.

Resulta que Robert Kirkman es un genio, y a nadie asombro con este enunciado. Tan genio es, que logró convencer a la mega-corporación juguetera Hasbro para que le cedieran los derechos de dos de sus franquicias más rentables para ser explotadas en papel a través de la editorial Image: los variopintos soldados y mercenarios de G.I. Joe y los gigantescos robots transformables más famosos de la historia de la humanidad, los Transformers. ¿Y cómo los convenció? Ofreciéndoles algo que jamás se hizo y nunca se pensó con estas IPs: hacerlas convivir en un universo común.

Ironía aparte, la gracia de esta «nueva» integración estará signada por una línea narrativa común que compartirán y que llevará por nombre Universo Energón. Lo cual requiere un trabajo duro y pulido en el apartado editorial para hacer convivir varias series regulares y mini-series de manera coherente. Sin embargo, todo esto me importa poco y nada, lo que realmente me interesa de este proyecto tiene nombre y apellido: Daniel Warren Johnson, la bestia creativa detrás de genialidades como la épica metalera Murder Falcon, Extremity, Wonder Woman: Dead Earth, Do a Powerbomb! o la fantástica miniserie de Beta Ray Bill que vimos hace tres años en esta misma sección. Una vez que leí que se iba a hacer cargo de una serie regular de Transformers que iba a contarnos el comienzo de esta franquicia desde cero con los diseños originales del cartoon de los ’80, lo primero que pensé fue «qué genial estar vivo para poder disfrutar de semejante proyecto brutal que seguramente va a entregarme no menos de 20 páginas al mes de pura felicidad».

Y no me equivoqué: van 10 números de esta serie regular y ya ligó dos Eisner, y eso que solo cuenta con los electrizantes y potentes dibujos del maestro oriundo de Massachusetts en su primer arco argumental, el cual obviamente abarca los primeros seis números. Y tuvo que competir con bestias como, por ejemplo, la Wonder Woman de Tom King o el Nightwing de Tom Taylor y Bruno Redondo (ambas series también reseñadas en este espacio), y así y todo salió ganando.

Sin embargo, a premisa desde la cual el autor decide comenzar su relato es harto conocida, y no se separa demasiado de lo que recordamos de la historia original de los dibujos animados. Estamos en un mundo de gigantescos constructos que tienen la excitante habilidad de poder camuflarse en vehículos u armas: los Autobots, liderados por el carismático Optimus Prime, quienes escapan de su planeta natal, Cybertron, en busca de otro lugar donde poder reagruparse para coordinar una contraofensiva y poder reconquistar su tierra, la cual por el momento está dominada por los clásicos villanos, los Decepticons. La gigantesca nave que transportaba a este pequeño grupo de potenciales héroes revolucionarios, el Arca, es interceptada por una nave insignia Decepticon en la cual viajaban algunos de los guerreros más temibles de esta agrupación, y al abordar el arca pusieron en peligro la vida de todos. La nave Autobot se termina estrolando en un planeta desconocido y todos los robots que la tripulaban, héroes y Villanos, quedan desconectados, incapacitados o en algunos casos completamente destruidos culpa del accidente. Cientos de años después, un robot ingresa a lo que casi podemos considerar es un cementerio de chatarra intergaláctica (el interior del Arca), y activa una suerte de mente maestra electrónica llamada Teletran 1 que tiene los recursos para activar uno a uno a cada uno de los robots desparramados por el interior del Arca. Es así como poco a poco van despertando Autobots y Decepticons, ante la mirada atónita de un par de humanos que son testigos casi mudos de como toda ésta chatarra que encontraron en el interior de una muy extraña cueva comienza a reorganizarse para tomar formas humanoides de decenas de metros de altura y, más pronto de lo que cualquier hubiera esperado, comienzan a cagarse a tiros entre ellos porque -por supuesto- ninguno olvidó el conflicto que los separa.

Lo que quizás a algunos puede decepcionar del planteo inicial es lo poco que se separa de su concepción original, sin embargo tengo mucho para acotar al respecto. Lo principal es la importancia que le pone el autor al desarrollo de cada personaje, y el énfasis que le mete a los diálogos y al diseño de los mismos. Por debajo de esto, la acción sorprende ya desde el primer número porque -muy en sintonía con los relatos de la última década- el nivel de mortalidad que tiene la serie no solo es altísimo sino que además no te permite anticipar la elección de las víctimas.

Optimus Prime es el líder nato que todos esperábamos, pero también es un personaje complejo y tridimensional, que en el pasado cometió errores y le costó la pérdida de muchos aliados y amigos, y no quiere volver a repetirlos. Y a medida que la serie avanza comprende que va a necesitar explotar los recursos de este nuevo planeta (el nuestro, por supuesto) si pretende tener una mínima posibilidad de ganar una guerra que todos consideran ya perdió. Para eso primero va a tener que comprender que acá él y el resto de los Autobots son, en el mejor de los casos, unos visitantes, y en el peor, unos intrusos. Estará en él aprender a relacionarse con criaturas biológicas muy frágiles y mucho más pequeñas que los suyos, pero las cuales cuentan con una sabiduría enorme y una capacidad de razonamiento que difiere de la suya, y planteos existencialistas que podrían poner en jaque su visión del universo. La negación de Optimus de matar a todos los Decepticons bajo cualquier circunstancia será una línea que marcará un conflicto enorme, tanto con sus camaradas metálicos como con sus nuevos aliados humanos, máxime teniendo en cuenta que es una orden que todo Autobot tiene que acatar.

Y en la vereda de enfrente tenemos a los Decepticons, la facción militar de los Transformers que -tras un golpe de estado- se hizo con el gobierno de Cybertron y planean diezmar al resto de los Autobots para recuperar la completa autonomía de un planeta que se está quedando sin sus recursos más importantes y necesita acciones rápidas. Estas vendrán, por el momento, de la mano primero de Starscream, luego de Soundwave y más recientemente del frío y calculador Shockwave, quien se las ingenió para aparecer casi sin aviso por la tierra gracias a la ingeniería de un portal interdimensional.

Si en algo no decepciona esta serie es, por supuesto, en el dibujo. Aquel que conoce los trabajos previos de Daniel Warren Johnson sabe de su capacidad para transmitir escenas explosivas, repletas de dinamismo, potencia y una narrativa feroz y muy vertiginosa. Pero es muy complicado transmitir lo mismo cuando tus personajes son armatostes tecnológicos repletos de partes (aún en sus versiones más sencillas que casi emulan los juguetes de Hasbro) que no solo se mueven de maneras ligeramente distintas a las de un ser humano sino que aparte se transforman en vehículos super reconocibles. El autor encuentra estos desafíos en cada página, y no solo los supera con elegancia, en muchos casos encuentra la manera más dramática e impactante de contarte esa escena, con planificaciones sorprendentes. Hay algunas splash-pages que son dignas del mejor poster que te puedas imaginar, sobre todo en el combate entre Optimus y Devastator, y cuando la acción se pone realmente frenética es cuando más nos tenemos que preparar para que suceda cualquier cosa.

Desde el nº7 hasta el actual lo reemplaza, en el apartado del dibujo, Jorge Corona. Sí, no es joda, se llama igual que el famoso comediante argentino, pero es venezolano y trabajó un montón en DC Comics. Por supuesto que el cambio se siente, y mucho, sobre todo en los momentos de mayor excitación, pero a medida que la serie avanza puedo darme cuenta que Corona le va tomando la mano a los trazos desenfrenados de su antecesor y de a poco la nueva saga toma mejor color. Aún no alcanza para tener la potencia y la solidez de aquellos magníficos primeros seis números, pero se lo disfruta cada vez más.

En resumen: si te clavaste el cartoon de Transformers cuando eras niño y lo amaste, y te quedaste con ese recuerdo nostálgico, el cual te impidió poder disfrutar de (por ejemplo) las películas dirigidas por Michael Bay, entonces esta serie te está esperando.

Compartir:

Etiquetas: , ,

Dejanos tus comentarios:

2 comentarios