¡Que Vuelvan los '90!

John Ostrander y Tom Mandrake hicieron magia con el único miembro clásico de la JLA que hasta el momento no había sido protagonista de su propia serie.

Martian Manhunter

12/04/2019

| Por Alejandro Caracciolo

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614BW3HL06LSobre el final de la década del 90, J’onn J’onzz, uno de los miembros más clásicos de la Justice League of America y el único que hasta el momento no había sido protagonista de su propia serie, se la gana merecidamente tras décadas de estar relegado a un rol totalmente secundario.

La serie de J’onn fue escrita principalmente por John Ostrander (salvo por un fill-in de John Arcudi), y mayormente dibujada por Tom Mandrake, compañero de fórmula que acompañó anteriormente a Ostrander en The Spectre (de la que ya hablamos en otra oportunidad).

Nuevamente Ostrander y Mandrake toman las riendas de un personaje tradicionalmente pintado como “demasiado poderoso” (esa repetidísima falacia de que no se pueden hacer historias interesantes con personajes que son demasiado poderosos, siempre presente), y lo abordan de manera inteligente e interesante. La propuesta consiste en tomar todo lo que se sabe sobre J’onn y explorar cada aspecto número a número, a la vez que se respeta y desarrolla la personalidad, los puntos de vista, y la filosofía de vida de J’onn, tan integrales al personaje, como su aspecto visual, sus poderes y su historia.

 

4e4b06f8093ea1c6fc3dbb4a2c4daecaDe hecho, J’onn mismo es la clara demostración de que un personaje “demasiado poderoso” puede ser muy interesante. J’onn combina un nivel de poder a la par de Superman, con una espiritualidad que ningún otro miembro de la JLA posee, y que es el elemento que más pesa sobre su forma de desenvolverse en cada situación. Mientras que a Superman le bastan sus fuertes convicciones y su férrea adhesión a los valores morales que le impartieron sus padres para decidir hacer lo que está bien, en el caso de J’onn existe además un elemento casi místico, al que se aferra su amor por la vida y el respeto a todos los seres vivientes que lo rodean. Por eso J’onn es tan introspectivo, y no salta a la acción de manera tan drástica como otros héroes.

No quiere decir que el comic no tenga acción, o que J’onn sea tan introspectivo que no se ponga los pantalones cuando haya que hacerlo. Por el contrario, hay acción, y constantemente hay situaciones en las que nuestro héroe debe hacer uso de sus poderes. Sería un desperdicio si faltara el elemento de la acción especialmente cuando la parte artística corre principalmente a cargo del genial Tom Mandrake, dibujante super creativo, capaz de hacer las páginas más impactantes y de sacarle el máximo provecho a las posibilidades visuales que ofrece cada personaje, como ya vimos antes en The Spectre, donde también se luce fantásticamente.

360x480bbJohn Ostrander es un escritor con mucha experiencia, capaz de agarrar cualquier personaje, encontrar y entender cómo hacerlo funcionar sin cambiar lo fundamental del mismo, y eso es lo que hace con J’onn. Pero además, se permite innovar sobre el personaje que le toca escribir en esta oportunidad. Le agrega su propio giro al origen de J’onn, a la debilidad al fuego, a la antigua cultura marciana, e incluso incorpora ciertos elementos mencionados anteriormente en JLA durante la etapa de Grant Morrison: hay alguna mención del Hyperclan, retoma lo ocurrido con Jemm Son of Saturn durante la saga de la Injustice League y expande sobre la historia de los habitantes de Saturno y su relación con los marcianos. También se da el gusto de hacer historias muy divertidas protagonizadas por otros alter egos que tiene J’onn en distintas partes del mundo, con muy buenos resultados.

Quizás uno de los mejores números (o al menos, uno de mis favoritos) sea el nº11, que es una especie de epílogo de DC One Million, en el que tres seres de distintos planetas relatan sus las circunstancias de sus respectivos encuentros con J’onn, y lo que aprendieron de aquellos encuentros. Lo hermoso de todo, es que al final J’onn tenía algo más para enseñarles, aún después de milenios. Es un muy lindo número, totalmente unitario, y que sirve para hacer una pausa en el desarrollo de los varios subplots recurrentes de la serie.

mm2-9aTambién cabe destacar el nº32, en el que Tom Mandrake además de dibujar y entintar, también se da el gusto de escribir la historia: un episodio unitario, que funciona además como una suerte de cierre, al ser la última participación de Mandrake en el título. La historia con la que Mandrake deja el título es a la vez sencilla, pero llena de magia: en sus cortas 22 páginas conocemos a una especie de bestia marciana que se creía extinta y olvidada, a la vez que vemos a un J’onn introspectivo haciendo gala de todas sus habilidades como detective.

Otros dibujantes que pasaron por la serie, ya sea como fill-ins, o posteriores a la partida de Mandrake, fueron Phil Winslade, Bryan Hitch, Tim Truman, y Eduardo Barreto, entre otros artistas de buen nivel para arriba, por lo que visualmente, nunca decepciona. Aunque en mi opinión, si bien todos hicieron un buen trabajo, sin dudas el mejor artista de la serie fue Tom Mandrake.

La serie de Martian Manhunter llegó a durar un total de 37 números (del 0 al 36), y debutó con fecha de tapa de Octubre del ’98 (aunque posiblemente haya salido dos meses antes), y el siguiente dos meses después. Después de eso, siguió publicándose mensualmente sin problemas. El último número salió a mediados de 2001, ya bastante pasado el final de los ´90, pero no deja de ser una serie muy linda que DC comenzó a publicar en los últimos años de aquella década.

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