John Byrne es un rebelde. En los ´80, en todo lo que se involucraba, lo mejoraba en presente y futuro. Su paso por West Coast Avengers, fue y sigue siendo importante en la historia de Marvel. Recordemos que los Vengadores de la Costa Oeste tenían una formación interesante pero sin explotar in profundis, con un equipo artístico débil como el de Steve Englehart y Al Milgrom. Hasta que se hizo cargo Byrne, y sacó lo mejor de cada integrante, con su supremo manejo en guiones y dibujos. Byrne es un insurrecto.
The West Coast Avengers salió en Septiembre de 1984, luego de que el inigualable Roger “Dios” Stern los lanzara en una mini-serie de 4 números… que luego se convirtió en serie regular. El equipo debutante tenía a Hawkeye, Wonder Man, Iron Man, Tigra y Mockingbird.
Roger Stern arrancó dignamente y hacía lo que podía con dibujantes del inframundo como Bob Hall, Brett Breeding y Al Milgrom. Todo eso cambió cuando Howard Mackie se convirtió en el editor de la serie y decidió repatriar a John Byrne desde DC (abandonó Superman) para tener rienda suelta y soliviantar a los Vengadores de la Costa Oeste en Marvel. Byrne revolucionó un título que ya estaba en coma. Muchos miopes del medio te dicen que lo que hizo es pura formula, puro golpe de efecto. Claro, y por eso Byrne será recordado como un artista que mejora los títulos, mientras que Juan Carlos Nadie sigue atendiendo en una ferretería. Byrne es un revolucionario subvalorado.
Tengamos en cuenta que Byrne pasó por X-Men y lo mejoró en el desarrollo de personajes, en esa simbiosis perfecta con Chris Claremont. Byrne pasó por Fantastic Four y después de Stan Lee, no hubo un artista que haya definido tan bien el destino, tono y cadencia de la Primera Familia de Marvel. Inventó Alpha Flight y nadie, na-die, la pudo manejar mejor que él. Con los Vengadores de la Costa Oeste pasa lo mismo, nadie los condujo tan bien como Byrne. Nadie. Y eso es un hecho. Byrne es progreso.
Así es como John Byrne se hace cargo en el número 42, tanto de los guiones como del arte, y a partir del n°47 la serie pasa a llamarse Avengers West Coast, como sutil relanzamiento del título. De su abordaje en esta serie, además de la acción y el cambio de título, Byrne tenía esa habilidad de plantar dramas de pareja en sus personajes, lo que le inyectaba una cuota de realidad y dramatismo mucho más narcótica que el villano/saga de turno. Para el n°43 no sólo Hawkeye se reúne con Mockingbird, sino que Henry Pym y la Avispa quedan asentados como parte de la unidad. Pym vuelve a ser inteligente, seguro, relevante, el Pym original que muchos queremos ver… caer 😉
Tanto en ese número, como en el siguiente, algunas parejas se unen mientras que la de la Vision se desvanece, al ser abducido por un grupo gubernamental. Para el n° 45 se da otro giro que a mí particularmente me gusta mucho: la inclusión de U.S.Agent en el equipo, John Walker, el Cap de la B, haciendo de buche derechoso del gobierno (amo a Walker, Marvel necesita su propio Judge Dredd). En el n°46 Hawkeye se cansa de no ser relevante como líder y se va del equipo (para luego ayudar a entrenar a los Vengadores de los Grandes Lagos, otra gran creación, que funcionaba para la acción o la sátira, y nunca tuvo el tiempo necesario para que un equipo creativo lo saque campeón).
No es un dato menor que a la altura de la publicación del n°47, Byrne también pasa a escribir los guiones del principal título de los Avengers. El giro en el cual todos los Avengers son miembros y deben estar a la espera de quien mejor esté, para la misión que sea (como si fuese la Selección Nacional, movida que Byrne crea en el n°305 de Avengers), es una decisión que se usó innumerables veces desde entonces.
Todos estos números se pueden englobar en la saga nombrada Vision Quest, donde Byrne muestra una claridad y consistencia artística muy sólida. La regresión animal de Tigra era más que interesante, como la seriedad con la que Byrne encaraba a sus personajes. Byrne es un Maestro de los sub-plots.
La saga de Vision Quest comprende desde el n°42 hasta el 50 y es una de las mejores cosas que condujo Byrne en su historia. El secuestro de la Visión – a raíz de cuando Vision quiso controlar el mundo en Avengers n°251 – lo devuelve funcional a los Vengadores pero demasiado cambiado. Byrne le arranca el alma a Vision y hace un paso super lógico que nadie realizó por falta de compromiso o agallas. Este hecho dispara la tensión de vínculo, desarrollo de personajes y triangulo amoroso de Vision/Scarlet Witch/Wonder Man. Culebrón fino, paquero y a puro sci-fi. De la mano de esta saga viene el regreso del único e incomparable Human Torch Original, John Hammond! Pilar fundacional de Marvel quien debutó en Marvel Comics n°1 de 1939! ¡Gracias Byrne! (El Tío John siempre te mete a los Invaders en sus títulos de Marvel 🙂
Después de Vision Quest, Byrne no sólo cambió el status quo de Vision y la Antorcha Humana Original, sino que vuelve a cambiar la historia y a sublevar a un personaje, como se ve en “Darker than Scarlet”. Fue Byrne quien comenzó a enviar a Wanda Maximoff al lado oscuro. Fue John Dios quien la envió en ese espiral descendente que la empoderó para siempre en Marvel.
Byrne debería ser alabado por las feministas y los fans en serio (no los posers de turno), ya que e es un experto en empoderar a las mujeres más trascendentes de Marvel. Jean Grey y Tormenta cobraron relevancia y carnadura a partir del paso de Byrne por X-Men. Qué decir de Sue Storm: Byrne le aumentó los poderes, le cambió el nombre a Invisible Woman, la hizo una mujer, con problemas de mujer, con dramas de mujer y si parece un ser vivo hoy día es gracias al empuje que le dio el artista integral nacido en Inglaterra. Ni hablar de She-Hulk: Byrne no la inventó pero la definió a una escala donde es más una creación suya (debido a cómo manejó el personaje en Fantastic Four y en su propio título) que de otro creador.
Y así ahora llegamos a la Bruja Escarlata, a quien Byrne también le dio mucho más poder y problemas de mujer, junto a conflictos morales desprendidos de su familia. Byrne le hizo dar un lógico salto al vacío que ningún otro autor tuvo el coraje o la inventiva de gestar para Scarlet Witch. Brian Michael Bendis es un grande pero surfeó la ola que Byrne supo gestar hace veinte años atrás.
Actos de Venganza es una saga divertida y tomada con seriedad, más allá de su ligera coyuntura. Esta saga es la que ve la salida de Byrne del título, porque si no se va abruptamente de un título, peleado con todos, no sería Byrne. Un rebelde. Un insurrecto. Un revolucionario. Un desarrollista. Un acreedor cultural al que todos le debemos demasiado.