Invitados: Assia Petricelli + Sergio Riccardi, Erich Fromm, Zygmunt Bauman, Alain Badiou y otros amigos.
En nuestra última lectura, notamos que pensar al amor es siempre complejo: ¿lo sentimos? ¿Lo tenemos? ¿Lo creamos? ¿o simplemente lo imaginamos?
¿Se trata de algo que refleja una construcción interior de cada persona?
¿O quizás se trata de algo que al atravesarme también me transforma?
¿Leíste la última historia de Assia Petriccelli y Sergio Riccardi?…… ¿Assia lo-qué? ¿Sergio qué-cosa? Si alguna obra iba a ser elegida para reflexionar sobre el costado positivo del amor, ¿cómo no seleccionar alguna surgida de la pasión de los tanos? Maldición, va a ser una historieta hermosa.
Cosa curiosa: Generalmente, si alguien nos habla de amor se nos viene a la cabeza un otro, a veces con condimento sexual, una mascota, hijos/as, tus viejos, un club de futbol (también con condimento sexual según quién supere a quién en el historial) y algunas otras cuestiones que dependen de cada uno, pero la menor de las veces nos pensaremos a nosotros mismos, excepto que sean un presidente latino berreta que pasa demasiado tiempo vendiendo libros con datos apócrifos por el mundo.
Terminamos (o empezamos) así un loop eterno, la búsqueda afuera lo que se supone que está adentro, la persecución de un ideal impregnado de mandatos, en lugar de disfrutar el encuentro con el otro. Queremos tener y poseer en vez de conocer y dejarse llevar. ¿Y si volvemos al principio de todo? A ese momento antes de que se (co)rompa todo, a nuestros años formativos… “Para siempre” (Per sempre, en su idioma original) nos invita a recuperar esa parte nuestra que puede haber quedado muy atrás, así como también invita a los que están recién llegando a la vida a que den ese salto de fe que requiere dejarse conocer. Se trata de una obra sorprendentemente ambiciosa, que abarca muchísimas formas de pensar al amor… ¿Podrán los autores llegar a buen puerto con esa tarea titánica? Spoiler: Sí, y qué hermoso viaje que logran… ¡La puta que vale la pena leer comics!
“Cualquier cosa que me separe de mi destino, lo siento completamente inútil.”
Fragmento de “Para siempre”
El comic de Petriccelli y Riccardi es la definición de viaje emocional, no solo para Viola (la adolescente protagonista junto a su troupe de queribles compañeras de aventura), sino que también lo es para nosotros como lectores, ejem, maduros y supuestamente adultos. Recuerdo que Erich Fromm decía que «el amor inmaduro dice: te amo porque te necesito, mientras que el amor maduro dice: te necesito porque te amo». Viola aprende ésta y otras cuantas lecciones más a los golpazos, casi víctima de su propia intensidad, inseguridades y contradicciones (no hace falta ser adolescente para estar en esa). Cae como paracaidista en un campo de batalla donde descubre que el amor real no se trata de consumir al otro, sino de crecer con él, de amarse para amar y viceversa… Ahí radica la paradoja que tantas cagadas nos ha hecho mandarnos en nombre de algo que no tenemos ni idea de como nos surge.
Me resulta muy tentador decir que la responsable de la sensibilidad brutal que se refleja en la historia sea de la guionista Assia Petricelli, entendiendo sensibilidad no como una telenovela turca que haga lagrimear a viejas que pasean por las joyerías de Recoleta, sino como la percepción perfecta de cualquier microgesto, cambio repentino del sentir o el lograr ponerse en la piel y la mente de alguien completamente diferente a nosotros. Pero sería increíblemente injusto con Sergio Riccardi, porque entre los colores cálidos y sus líneas no simples sino más bien sintéticas y evocadoras, inundan cada página de nostalgia y euforia, esa que solo se siente en los primeros amores. Esta historia escrita y dibujada por gente cuya realidad queda tan lejos de nosotros, pero que pareciera que nos conociera desde chiquitos, es una herramienta enorme para quienes buscamos ese elemento de universalidad en la humanidad.
“…amar a alguien significa que le perteneces. Me encantaría que alguien me dijera que le pertenezco, porque no se puede ser feliz por uno mismo, solamente cuando alguien te completa.”
Fragmento de “Para siempre”
Yo sé que es jodido contrariar a un tipo como Zygmunt Bauman, ese viejo Polaco que hablaba del amor líquido como algo de la modernidad, de relaciones frágiles y falta de compromiso duradero a causa de un mundo marcado por la incertidumbre y la velocidad, generando conexiones humanas superficiales y fácilmente desechables que priorizan la satisfacción inmediata… Pero hoy estoy con ganas de mearle en la jeta a nuestra lectura anterior (“Hell Eternal”) y los artistas nos hacen la segunda (¡como siempre amigo/a!) al proponer microrrelatos, tramas secundarias o pequeñas conversaciones que tratan temas históricamente dejados de lado como el amor por uno mismo y su cuerpo, el amor homosexual, el amor entre personas de la tercera edad, las relaciones/personas tóxicas o incluso la identidad de género. Y todas estas cosas que parecen un montón para una sola obra, están colocadas estratégicamente sí, pero también de forma armónica donde muchas de ellas se pueden pasar de largo por lo naturalizadas que están dentro del relato. Por ejemplo, la evolución de Viola podría ser entendida como una metáfora de lo que Sartre describió como «la libertad que se encuentra en el otro», en lo que ella necesitaba aprender de la experiencia despertada por una otredad para conocerse mejor a sí misma.
El viaje es de principio a… ¿fin? (si es que hay un final, incluso después de la muerte) ya que el uso de recursos narrativos muy estilizados y cuasi abusados en obras como My Favorite Thing Is Monsters, esa del cuadernito de anotaciones con dibujos supuestamente garabateados, notas en los márgenes, etc., es una elección narrativa puesta en momentos clave, que aquí brilla todo el tiempo y funciona como el termómetro interno de Viola y su relación consigo misma y con el mundo que la rodea. Sobre todo porque este recurso se va modificando y resignificando a medida que los artistas deciden utilizarlo. Este tipo de elecciones narrativas suelen alejarme enormemente de los comics, porque básicamente no los siento como “historietas per se”, pero acá queda demostrado que cuando son bien utilizados, esos deliciosos detalles no expositivos hacen que Para Siempre sea una lectura tan confortable como emocionante.
“Gabriele es muy celoso, medio sofocante, pero eso significa que le importo. Cuando querés a alguien lo querés todo para vos, es lo normal.”
Fragmento de “Para siempre”
Alain Badiou dice que “el amor no es un ideal romántico, sino una construcción”, y creo que Para Siempre es una obra que va más allá del romance, el coming of age, o los primeros polvos que te echás… Es un reflejo sumamente honesto y con muchos matices de las variadas formas que el amor puede tomar, desde lo tóxico hasta lo trascendental. Si seguimos a Badiou, podemos pensar que el amor, en cualquiera de sus formas, no es un destino, una posesión o incluso una respuesta, sino que se trata del viaje, del descubrimiento, de una pregunta constante. Para Siempre nos recuerda que el amor no es perfecto, ni fácil, irónicamente tampoco es eterno, pero mientras dure, vale cada golpe, cada lágrima y cada risa… Gracias Assia y Sergio por regalarnos una historieta que en lugar de dejarte pensando, te deja sintiendo cosas preciosas.
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