Iberia Incógnita

Alberto Breccia es uno de los protagonistas de una inquietante metaficción lovecraftiana creada por Antonio Segura y Brocal Remohí a principios de los ´90.

El otro Necronomicón

10/10/2023

| Por Lucas Ferrero

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La premisa de El otro Necronomicón es qué pasaría si Alberto Breccia encuentra un manuscrito que escribió Lovecraft y se lo otorga a los autores Antonio Segura y Jaime Brocal Remohí para que lo adapten a la historieta.

El grimorio maldito

El otro Necronomicón es una historieta conceptual que funciona como una antología. Esta fue serializada en la edición española de la revista Creepy a principios de los ’90 y luego en un álbum. Todas las historias cortas están relacionadas, ya que pertenecen al universo de terror del escritor norteamericano Howard Phillips Lovecraft.

El prólogo de la historieta muestra al Viejo Breccia como protagonista. Un narrador que rompe la cuarta pared de la ficción y también le habla a los autores de la historieta. Breccia les encarga adapten las historias del libro que les da. Un grimorio que perteneció a Lovecraft y que esconde muchos secretos, adaptado por Segura y Remohí en siete capítulos. Cada relato está relacionado con la obra de Lovecraft o a la de Breccia. La búsqueda es fusionar mundos y mostrar historias raras de metaficción.

Las historias cortas en homenaje a Lovecraft son cuatro: La voz de la bestia sin nombre, Bloody Blues, El Shoggoths y La Feromona. Son relatos breves con una dosis de terror muy explícita y que son funcionales a la antología. En algunos hay notas al pie que le sugieren al lector no leer en voz alta ciertas sílabas. Las otras tres son: Los hombres de negro, Jugando con Fuego y Un mal principio, un mal final. Estas son gemas escondidas que no están reconocidas ni en los libros sobre Lovecraft y tampoco en ensayos de metaficción.

 

Al maestro con cariño

“Los profesionales estamos en deuda con Alberto Breccia. En esta historia hay un claro homenaje al maestro”, esta es una nota al pie que aparece al comienzo de la historia Los hombres de negro. Un relato que recupera a los villanos (Ojos de Plomo) de la mítica historieta Mort Cinder, de Héctor Oesterheld y el Viejo Breccia. Este relato tiene la sutileza de tener de protagonista a los dos autores y al editor de la revista, que es Josep Toutain. Toutain llama a los autores ya que está preocupado por cuál será la siguiente aventura que le entreguen para que publique y Segura le cuenta que adaptarán una del manuscrito que le dio Breccia y que lo dejó impresionado. El cuento narra la historia de una chica que está loca en un manicomio y le cuenta a un doctor su historia. Es el relato que está dentro del relato, que cuenta otro relato. Segura incorpora a los enemigos de Ezra Winston y los hace villanos de terror. Son dos personas con sombreros y trajes oscuros que solo piden que se les devuelva un libro maléfico escrito en latín antiguo. Al final se interrumpe la narración y Toutain le comenta por teléfono a Segura que no está convencido con la incorporación de estos personajes que aparecían en Mort Cinder. La última viñeta es tan desoladora que aparecen los hombres de negro afuera de la oficina de Toutain. La secuela de este suceso se llama Jugando con Fuego y son las consecuencias de enfrentarse en la vida real a los hombres de negro. Segura y Remohí logran una aventura con clones terroríficos de ellos mismos y que tiene un final desolador sobre el marketing de la historieta.

El sueño eterno

El relato «Un mal principio, un mal final» es el cierre del otro Necronomicón y tiene de protagonista al propio Breccia. Es una historia corta en la que Alberto se ve seducido por una mujer que lo lleva a un bar llamado El Pozo del Ciego. La aventura transcurre en ese lugar y se transforma en una pesadilla demoníaca recurrente de la cual Breccia no puede escapar. Un relato autoconsciente que acepta que Breccia es uno de los mejores dibujantes de la historia del comic y el mejor adaptador de Lovecraft. Por eso al final hay una nota al pie que dice “Al maestro que nos enseñó cómo contar lo que muchas veces resulta imposible de contar”. Una frase que define el arte de Breccia y también cómo el maestro pudo poner en dibujo los cuentos de Lovecraft.

Arquitectos del terror

Segura es un guionista que logró encontrarle los clichés a los cuentos de Lovecraft y por eso eligió mezclar relatos dentro de relatos para generar otro tipo de aventuras. La voz en off es correcta y característica de la época (los ’80). Tiene esas descripciones intimistas para que entiendas a la perfección que siente y dice el personaje. En varias historias cortas lo importante no es el final o la revelación sino los conceptos de metaficción y cómo Lovecraft, Breccia y ellos mismos son todos marionetas para contar algo diferente.

El dibujo de Brocal Remohí deja un testimonio de lo que se puede trasladar de la obra de Lovecraft a historieta. Remohí logra fusionar su estilo con ciertos homenajes a Breccia para generar terror en el relato. Remohí dibuja excelentes interlocutores y está preocupado por cómo se cuenta la historia.

Dioses de la metaficción

En el mundo de adaptaciones de Lovecraft a historieta es muy fácil reconocer que Richard Corben y Alberto Breccia son de los mejores autores de todos los tiempos, no solo por su dibujo sino por el momento en el que las hicieron. Además está Enrique Breccia, que dibujó una novela gráfica para Vertigo y que generó una revolución secreta entre fans de Lovecraft por el dibujo, los colores y la cantidad de estilos que propone. Sin embargo, estos artistas tapan a otros que desde hace mucho tiempo hicieron material igual de provocador y genial. Esos nombres son Rafael González Negrete, Max, Antonio Segura y Jaime Brocal Remohí.

Negrete hizo para la antología Creepy una historia corta llamada «El que acecha eternamente», donde mezcla los estilos de Moebius y Tardi en una aventura en la que Lovecraft conoce a Cthulhu y es rescatado por una mujer que maneja a un ave similar a la de Arzach. Max inventó un team-up entre Disney y Lovecraft para la revista El Víbora, donde cuenta cómo fue el encuentro entre los dos autores y sus consecuencias. Ambos relatos nunca aparecen en listas de recomendaciones o en libros de estudio sobre Lovecraft. Son trabajos que proponen una interpretación del dibujo más profundo, donde conviven influencias y conceptos de metaficción más complejos de lo que uno cree.

Todos los caminos conducen a Lovecraft

Probablemente Lovecraft sea el autor literario más adaptado a la historieta. En todos los países hay una historia corta o larga sobre el maestro. Lamentablemente tantas adaptaciones (muchas muy genéricas) hicieron que por el momento todo parezca una especie de antro de comida rápida del comic. Sin embargo, en España se han producido rarezas que no van a lo obvio y que merecen un mayor reconocimiento dentro de las comunidades lovecraftianas y en la academia. Esperemos que algún día esta obra sea reeditada y traiga una nueva revolución de cómo hacer historietas con Lovecraft.

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