Empezamos un completo repaso por los 90 años de historia de uno de los íconos fundamentales de la historieta argentina.

90 años de Patoruzú (parte 1)

07/02/2018

| Por Diego Accorsi

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Mucho se habló de este personaje, mucho se lo pondera y se lo analiza. Esta vez, y para conmemorar los 90 años de su primera aparición, nos toca descuartizarlo y diseccionarlo hasta descubrir las verdaderas motivaciones detrás de su autor, para dejar al descubierto la otra historia de getBlob

El tiro por la culata

dante_quinternoUn señorito de la clase alta porteña que dibujaba muy bien, cosas muy divertidas para gente como uno, que se codeaba con la high society y con los extranjeros que venían a ver la ciudad más europea de América, tenía la idea fija con un personaje que creía lo haría famoso: el típico porteño piola, parte mofarse de los advenedizos trepadores de la clase media, parte deschavar los secretos de sus compañeros de juerga (timba, burros, pero no minas porque ya es zarparse). Así, con ayuda de sus amigos cajetillas en altos puestos, como Muzio Sáenz Peña, amoroso, un Dante Quinterno muy jovencito comenzó a publicar su personaje en la tira “Aventuras de Don Gil Contento” en el matutino Crítica, el diario de Natalio Botana que contribuyó al golpe de Estado contra ese populachero de Hipólito Yrigoyen.

curuguaPero Gilito no era popular en ninguna de las dos acepciones; ni era para el pueblo, ni era famoso, precisamente por lo antedicho. Este personaje no tenía llegada y estaba condenado al fracaso. De la galera de sucesos para que el porteño tenga de quién mofarse, Quinterno le hace llegar una carta desde Chubut que cambiaría su destino: el tío Rudecindo le confiaba el cuidado de un indio tehuelche ingenuo y noble con un nombre estrambótico: Curugua-Curiguagüigua. Como quien pide que le cuiden al perro, Don Gil va a recibir a un indio. Lo que no se imaginan (ni él, ni el propio Quinterno) es que ese personaje terminará devorándose la serie y la vida completa del autor.

Así, el miércoles 17 de octubre de 1928 se publicó en Crítica un anuncio bajo el título: “Don Gil Contento adoptará al indio Curugua-Curiguagüigua” con algunos dibujos del personaje en cuestión. Dos días después, el viernes 19, entró en escena el indio que cambiaría la historia de la historieta argentina. Pero Muzio Sáenz Peña, el director del diario El Mundo le avisó: “Con ese nombre no va a ningún lado. Debe ser un nombre criollo, pegadizo, como la pasta de orozú”. Por eso, en el primer cuadro, apenas el indio baja del tren, Gilito le cambia el nombre y lo llama Patoruzú, adaptando el nombre de esa oscura golosina que se vendía en las farmacias.

sl04fo05Pero, sin muchas explicaciones, al día siguiente, el sábado 20, Don Gil Contento, Patoruzú y su avestruz Carmela, protagonizaron una página completa y desaparecieron para siempre del diario. Había sido debut y despedida.

Quinterno no se dio por vencido y volvió a la carga con su idea del porteño piola, esta vez, en La Razón. En su tira ‘Don Julián de Montepío’ del sábado 27 de septiembre de 1930, Dante intenta nuevamente el truco del indio heredado.

A3B4BBB82La trama no variaba mucho de la de su primera aparición: ahora el avestruz es Lorenzo, un macho, y como esta vez la aventura puede continuar, Julián se saca de encima el animal en un restorán. Julián tiene menos carisma aún que Don Gil Contento, pero el chiste fácil de “el indio no entiende la tecnología- Julián se le ríe” se fue convirtiendo en “Julián se ríe del indio incivilizado pero le pasan cosas malas a él” y ahí sí, la gente empezó a reírse de las tiras de Quinterno. En menos de un año, el diario cambia el nombre de la tira y el protagonista pasa a ser el indio; para agosto de 1931 la tira pasó a llamarse oficialmente “Patoruzú” y la tirada del diario crece rápidamente, a la par de la popularidad del cacique.

Imagino a Quinterno detestando el triunfo de ese analfabeto aborigen provinciano sobre el porteño piola, pero tratando a la vez de canalizar ese éxito, de multiplicar sus ingresos y de sacarse de encima las exigencias y las trabas del diario. La Razón descubre que la tira del indio es un golazo y trata de sacarle el mayor jugo posible, pero Quinterno quiere más y el choque es inevitable.

El indio traidor

Patoruzú-05-300x216Entra nuevamente en escena su amigo Sáenz Peña, y sin dudarlo, el 11 de diciembre de 1935, Patoruzú desembarca en el diario El Mundo, con un contrato nunca imaginado en la prensa argentina. Quinterno había creado el primer sindicato de historietas del país; él retenía los derechos de todo lo que publicaba. Por primera vez, el autor seguía siendo el dueño del material y el diario le pagaba por una única publicación. Además, en materia creativa tuvo una libertad absoluta y la tira gana por todos lados. Ahora en lugar del humor, el centro está puesto en la aventura light, ya no podemos seguir riéndonos del indio ni del porteño, ahora hay que tomar partido, hay que actuar. Hay que ganarle a los malos. Ahora Patoruzú es súper-fuerte, incorruptible, invencible, generoso y casto. Ah, y multimillonario.

patoruzu+1935Sin el bagaje de La Razón, Quinterno comienza la historia de cero, y esta vez tiene pensadas las cosas desde la óptica del cacique… que ahora piensa como él y sus amigos poderosos. Patoruzú es ultranacionalista conservador, oponiéndose a todos los extranjeros-inmigrantes que infectaron las grandes ciudades. Lo argentino se ha trasladado al campo. Los ‘negros del interior’ alentados por chusma como Yrigoyen han invadido Buenos Aires y ahora la oligarquía elige como modelo de argentinidad el campo (no al peón, sino al estanciero, claro). Y Patoruzú es el millonario dueño de media Patagonia… (¿cómo se le escapó a Roca cuando masacró a todos los aborígenes de Bahía Blanca para abajo?).

Por supuesto, tiene que tener su partenaire porteño para contraponer lo puro e impoluto de la tradición contra lo oscuro y sórdido de la ciudad, y en un episodio sin mucha lógica, ingresa como padrino del cacique, Isidoro Cañones, el recipiente perfecto de todas las debilidades humanas, contrapartida de las fortalezas del indio (que de indio tiene sólo la pinta y el “huija”).

instructivo_apis_webYa en su tercera aventura, Quinterno se encarga de aclarar que todo lo bueno de Patoruzú no lo tiene por ser indio, no sea cosa que alguno se dé cuenta y reclame algo a los dueños de las tierras que les usurparon. La fuerza sobrehumana y todo el linaje del cacique provienen de Egipto, del faraón Patoruzek, agregando así, todo un trasfondo aventurero exótico, bien lejos de la mugre de las tolderías incivilizadas.

(muy pronto, la segunda parte)

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