Falta muy poco para que se cumplan los 30 años del debut de una de las series de superhéroes más importantes de la historia. Repasémosla juntos.

Astro City (parte 1)

02/09/2024

| Por Fede Velasco

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Falta muy poco para que se cumplan los 30 años de publicación de una de las series de superhéroes más importantes de la historia, que por desgracia suele pasar por debajo del radar del lector promedio. Pero nunca es demasiado tarde para abrir la puerta y decidir adentrarse en sus calles.

A CONTRAMANO DEL MUNDO

En una época donde todo eran dientes apretados, y musculaturas deformes, Kurt Busiek decidió patear el tablero, y en la misma casa que había dado origen al estereotipo del superhéroe en los 90s (Image Comics, por si hay algún dormido) decide regresar a las bases, con una particular vuelta de tuerca.

Astro City cobra impulso gracias al éxito que un año antes había obtenido Marvels, donde el pasado del universo de la Casa de las Ideas era visto a través de los ojos de un fotógrafo. Aquí Busiek y Alex Ross proponían cambiar el clásico punto de vista y poner el foco en cómo vivía un hombre normal en un universo plagado de superhéroes. La dupla Busiek-Ross decidió llevar la consigna un paso más allá, pero esta vez en un universo propio, para tener la libertad de hacer y deshacer a su antojo, sin depender de mandatos editoriales y, todavía más importante, mantener los derechos sobre lo creado. De esta manera en Agosto 1995 debutaba “In Dreams” el primer episodio de la miniserie que daría origen a todo lo que vendría después.

Pero no quiero dejar afuera a otra pieza fundamental en lo que es Astro City: el dibujante Brent Anderson, quien le imprime un aspecto muy particular a las historias, de modo que si no estuvieran bajo su trazo sería todo muy distinto. La serie se ha mantenido casi sin cambios a lo largo de su historia, con guiones de Busiek, dibujos de Anderson y portadas de Alex Ross, quien muchas veces también colabora en el diseño de los personajes. Quizás si Ross se hubiera hecho cargo de la parte grafica en su totalidad la serie hubiera alcanzado una repercusión mucho más grande de la que tiene, pero también considero que muy probablemente hubiera sido mucho más difícil sostenerla en el tiempo y dotarla de algún tipo de regularidad en su salida.

Antes de meterme de lleno con el contenido de la serie, es importante tratar de entender qué es lo que la hace tan especial, más allá del momento en el que fue publicada.  Y acá lean con atención, porque muchas veces se confunde el concepto y como bien explica el mismo Busiek en el prólogo del primer recopilatorio de la serie, Astro City no trata sobre qué pasaría si los superhéroes existieran en el mundo real, sino más bien todo lo contrario.

Busiek lo explica muy lindo en esa intro, pero acá se van a tener que conformar con mis palabras en lugar de las suyas. El concepto es más o menos el siguiente. Explorar el realismo es otro “genero” (por llamarlo de alguna manera) en el que se lucen obras como Watchmen,  que justamente muestran cómo el mundo se ve modificado por la aparición de los superhéroes, lo que lleva a un futuro muy diferente al nuestro, y donde la interacción de estos personajes con la historia produce cambios drásticos, que alejan a ese universo de nuestra realidad. La búsqueda de Astro City va por otro lado. Su universo es el nuestro, pero acá la gente convive a diario con superseres y magia, sin que esto haya modificado el normal curso de la historia. Algo mucho más en sintonía con los universos que pueden tener Marvel o DC, donde a pesar de tener un All-Star Squadron, la victoria en la Segunda Guerra vino de la mano de los soldados y no de que Superman o incluso el Capitán América le aplastaran la cabeza a Adolf Hitler. De la misma manera, a ninguno de estos “supers” se les ocurrió sembrar el desierto del Sahara y eliminar el hambre del mundo, o cualquiera de esas cuestiones que puedan ocurrírseles ahora mismo, porque esa no es la idea, si bien nos estamos acercando.

Astro City, juega más con el foco de la cuestión y logra -como bien remarca Mark Waid en otro de los prólogos de algún recopilatorio- convertir a los superhéroes en un medio para contar historias de cualquier género. Porque eso es lo interesante de la serie: el foco nunca está puesto en la acción y la aventura, sino en lo accesorio. Bien pueden ser las consecuencias de estas acciones, o cómo se ven modificadas las vidas de la gente que vive en un lugar plagado de personas con superpoderes. Las posibilidades son infinitas, y Kurt Busiek las va desarrollar de una manera muy interesante a lo largo de las distintas series y especiales que aparecieron durante estos años.

BIENVENIDOS A ASTRO CITY

La primera miniserie, arranca de manera tímida, pero contundente. En el hoy ya clásico “In Dreams” nos enteramos de que lo que anhela Samaritan, el pseudo-Superman de este universo, es hacerse un tiempo para poder volar por placer, pero las constantes amenazas que tiene que solucionar no se lo permiten. Una vuelta de tuerca que nos muestra otra cara del héroe más icónico. Igual acá la historia sigue estando centrada en un personaje con superpoderes y la serie sin duda gana cuando más se aleja de los mismos, cosa que por suerte hace muy rápido. Para el segundo número, nos metemos de lleno en la vida de un periodista que recuerda sus primeros pasos en el rubro recién llegado a la ciudad, y los siguientes no se alejaran demasiado. Un criminal que descubre la identidad de un héroe, pero siente que es demasiado peligroso hacerlo público; las vicisitudes de vivir en un lugar donde la magia, los vampiros y otros seres sobrenaturales son moneda corriente; y hasta se toma el tiempo de mostrarnos como es una cita entre Samaritan y Winged Victory, mientras sus compañeros se ocupan de todos las crisis mundiales para darles un rato a solas.

De esta primera tanda mi favorita, y en la que me pienso detener es la del nº 5. Llevada adelante casi como un relato navideño, esta historia invernal se centra en un anciano, que en realidad es un alíen infiltrado en la Tierra para reunir información para una potencial invasión (que llegara eventualmente en un futuro numero). La forma en la que está contada, lo miserable de la vida del “tipo” e incluso la manera en que se desata el desenlace con la señal enviada al espacio, es maravilloso y sobre todo original. Porque la idea del hombre común y cómo ve a los superhéroes Busiek ya la había planteado en Marvels, y si bien acá es llevada al extremo, no es hasta este punto -según yo lo veo- que notamos el verdadero potencial de la serie. Historias con alienígenas infiltrados en la Tierra para aportar información para una futura invasión hay montones, pero nunca nadie nos había dicho cómo es el día a día de esta persona, cómo se oculta a simple vista, cómo padece estar entre personas a las cuales detesta y sobre todo, qué esfuerzo hace por mantener una apariencia inofensiva frente a los demás. Todo esto lo vemos en este número, además de alguna otra sorpresa.

(el lunes, la segunda parte)

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