Seguimos recorriendo la primera serie regular de Astro City y llegamos hasta el inicio del actual milenio.

Astro City (parte 3)

16/09/2024

| Por Fede Velasco

2 comentarios

Por suerte tras la saga del Confessor volvemos a los unitarios, y al nº 10 le tengo un cariño muy especial porque en su momento fue lo primero que leí de la serie y me hizo entenderla de inmediato. Un villano comete el asalto perfecto, se escapa con millones sin ser descubierto y puede disfrutarlos sin ningún problema, salvo por el pequeño temita de que nadie sabe que fue él. ¿De qué sirve ser el autor del crimen perfecto si no podemos presumirlo? Un episodio realmente hermoso, de esos que nos hacen notar que Busiek conoce a la perfección el género, y está ahí atento a responder esas preguntas que todos nos hicimos alguna vez.

Los numeritos de Jack in the Box no son de los que más me gustan, están demasiado centrados en el aspecto superheroico de su vida y en cómo tiene que tomar una decisión drástica. El héroe es visitado por hijos suyos de diferentes futuros alternativos, que- sin importar en qué se transformen- coinciden en que Jack murió en un misión y eso los convirtió en lo que son. Obviamente, después de estos encuentros, su mujer le dice que está embarazada, lo que hace que Jack se replantee su carrera. No está mal, pero es algo que alguna vez vimos que le pase a algún personaje de Marvel o DC. Capaz que por un tema de temporalidad, haya pasado después de la publicación de estos números, y está clarísimo que el desenlace de la historia solo se sostiene porque transcurre en un universo propio y no como parte de una franquicia multimillonaria.

FUERTE AL MEDIO

En este punto y porque la serie venía sufriendo alguno leves retrasos por problemas de salud de Busiek que ya mencioné antes, intercalan en la colección el número ½ que había publicado la revista Wizard. En cualquier nota que lean, o a cualquiera que le pregunten, va a coincidir en que este no es solo el mejor número de toda la serie, sino que además es una de las mejores historias de superhéroes de toda la historia… y son solo 15 paginas. El número lo completan con un cuento de Busiek ambientado en Astro City e ilustrado de manera magistral por Alex Ross. No le quiero cagar la experiencia a nadie que no lo haya leído, pero podemos decir que la historia se centra en qué pasa cuando se reescribe la continuidad, después de un evento cósmico de la escala de Crisis on Infinite Earths. Sobra decir que el numerito en cuestión gano muchísimos premios, y tuvo una secuela en el final de la última serie, pero ya vamos a llegar a eso. Cuando hablamos de historieta perfecta, sin dudas esta historia es una de las primeras que se cruza por mi mente y podría escribir muchísimo al respecto. Pero por respeto al lector, voy a dejar que todos vayan, la busquen y saquen sus propias conclusiones, porque cualquier cosa que yo pueda escribir acá no le va a hacer justicia.

El último de esta tanda de unitarios es la historia del Loony Leo, un personaje de dibujos animados que cobra vida y tiene que adaptarse al mundo real. La historia en cierto punto traza el paralelo con una vieja estrella de cine a la que se le pasó el cuarto de hora y queda relegada a hacer presentaciones en su propio restaurante, algo muy parecido a lo que vemos en las últimas películas de la saga Rocky, con el propio protagonista. Obviamente el repaso por la vida del personaje es una excelente excusa para contar muchas cosas que pasan a su alrededor, mostrarnos un poco más del pasado de Astro City y meter algunos temas secundarios como qué pasa cuando tu cara es la de un personaje que es propiedad de una empresa. ¿Vos pasas a serlo también? ¿Podes usar tu cara sin pagar regalías? Y un largo etcétera de preguntas que son más o menos respondidas en este episodio.

Así llegamos a la saga de Steel Jack, y al que probablemente sea el punto más bajo de la serie, donde nuevamente un arco largo (el más largo hasta el momento, con siete capítulos) palidece ante la contundencia de los unitarios. Acá la acción se centra en el antes mencionado Steel-Jacketed Man, un supervillano que consigue la libertad condicional después de 20 años en cana, lo difícil que le resulta reincorporarse a la vida social y mantenerse lejos del delito a pesar de haberse reformado y no tener interés en reincidir. La idea está buena, se mete con el tema de la rehabilitación carcelaria y critica -de forma velada- a un sistema penitenciario defectuoso. Pero la saga está muy estirada y cuando se aparta de estos temas, para meterse más en una serie de homicidios que Steel Jack tiene que investigar porque nadie se ocupa por tratarse de barrios marginales, y demás, empieza a hacer un poquito de agua. El otro punto fuerte de la saga es mostrar el lado B de los supervillanos: sus familias, sus vidas y qué pasa con ellas cuando los villanos están presos o muertos y n pueden mantenerlas. Insisto: las ideas son buenas, y la crítica social que trata de hacer sobre el mundo que le da la espalda a las familias de los criminales esta piola, pero no tiene la contundencia de otras historias. El propio Busiek se hace cargo de esto, y dice que en muy buena medida se debe a su enfermedad y a pasar, literalmente, meses volteado por los medicamentos al punto de casi no poder levantarse de la cama, ya no digamos sentarse a escribir. Se nota que todo esto influyó bastante en la calidad de esta saga, que empezó a salir en Abril del ´98 y finalizó recién a principios del 2000, casi dos años atado al mismo relato que es bastante irregular. Pero podemos perdonarlo, porque a la serie le quedan dos numeritos más y no están nada mal.

Ya con una regularidad reestablecida como bimestral, el nº 21 es un gran homenaje a la industria del comic, donde nos cuentan cómo funciona el mundo editorial en una realidad donde existen los superhéroes y los comics son casi productos biográficos y merchandising de marcas llevadas adelante por los propios héroes. Justamente la gracia del episodio es que gira en torno a un editor que no tiene problema en modificar los hechos y adornar de más las historias para poder vender más comics, dejando un poco de lado el rigor periodístico que deberían tener los mismos. Es un numero ligerito, bastante en joda, con muchas referencias al medio, con cameos de importantes autores del mismo, y que juega mucho con esto que mencione recién: cómo el comic de superhéroes muta de ser un mero entretenimiento para pibes, a ser algo más cercano al género biográfico o periodístico. Obviamente también habla sobre los riesgos que conlleva la profesión, al exponer de tal o cual manera a seres que en algunos casos son todopoderosos.

(el lunes, la cuarta parte)

Compartir:

Etiquetas: , , ,

Dejanos tus comentarios:

2 comentarios