Esta atípica y cuasi-olvidada creación de Mazztelli y Alcatena se las ingenia para reaparecer de vez en cuando. Enterate cómo y dónde.

Caoscomic

15/01/2025

| Por Pablo Dragicevic

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Investigando el “secret origin” del Dr. Paradox, el personaje al que Quique Alcatena de vida semanalmente en el sitio Croma Cómics, me fui a releer Caoscomic y me embarqué en un viaje laberíntico del cual casi no salgo, porque los personajes no paraban de saltar de una historieta a la otra, entre intermitencias editoriales y juegos metafísicos. Para no enredarte como me ocurrió a mí, te invito a tomar un atajo hacia el pasado.

Empiezo por el final, ¿terminaré en el principio?

Para dicho viaje solo hay que unir las puntas de una línea que va desde el quinto tomo de Dr. Paradox (Crisis en el rascacielos viviente, publicado por Comiks Debris en 2023) hasta el nº 7 de la revista El Tajo (Ediciones Récord, Noviembre de 1991). Nos da una mano el propio Quique, quien rememora consultado para esta nota: «Cuando Alejandro Scutti, hijo de Alfredo, nos invita a hacer algo para El Tajo, se nos ocurre hacer una de superhéroes, temática que jamás hubiera cuajado en Skorpio. (…) Paso a crear y diseñar un montón de superhéroes y villanos, y luego nos sentamos con Eduardo a desarrollar los episodios, que por supuesto iban a tener mucho de metatexto». ¡Y vaya que lo tienen! Caoscomic no sólo juega con el clásico tropo de romper la cuarta pared y cuestionar los límites entre ficción y realidad. También entrelaza esto con una indagación profunda acerca de la responsabilidad implícita que conlleva la creación artística. En cada episodio, vemos a dos misteriosos autores tratando de mantener a los villanos de su historieta dentro de los confines de la página (¿los propios Eduardo y Quique?), mientras se preguntan de dónde les llega la inspiración, por qué a veces no lo hace y por qué hay días en que “sólo surge oscuridad de la mente”.


Tu cara me suena

Las primeras viñetas de Caoscomic nos muestran a un grupo de superhéroes (Tic-Tac, Caperuza Furtiva, Hombre Arlequín, El Silueta y Vértigo) enfrentados al enorme Rascacielos, enviado al combate por la Hermandad de la Sombra Funesta (Mala Delicia, Hecatombe, 7 Máscaras y varios más). Sí, adivinaste: son el mismo argumento y los mismos personajes que aparecen en la Paradox Vol.5. Bueno, no exactamente, porque esta vez Quique (en su versión solista, sin los guiones de Mazzitelli) le da una ingeniosa vuelta de tuerca e inmediatamente lleva la historia para otro lado. Y vuelven a aparecer varios personajes más de aquella primera versión, como El Escolar Inquietante, el Hiperfunesto y Hocus Pocus (en cuya capa ya iba oculto Paradox, aun antes de existir como tal). Nos esclarece Quique: «Paradox no había sido inventado aún. Lo cranée, igual que Dugong y Manatí, para un proyecto que nunca vio la luz del día, y que íbamos a realizar con Eduardo, Gustavo Schimpp, Leo Manco, Ariel Rodríguez Migueres, Lucas Varela y Fer Calvi. Al principio, lo concebí como un villano (?!). Y durmió el sueño de los justos hasta el 2010, cuando Calvi me propone hacer un webcomic de superhéroes, que se concretó en Tótem Cómics».
Pero, ¿qué más pasó en el medio? ¡De todo!

Entre El Tajo y el Hacha

El cuarto y último episodio de Caoscomic coincidió con el cierre de El Tajo (nº10, Febrero del ´92). «Ya nos habían avisado que El Tajo iba a cerrar, así que sabíamos de antemano que el cuarto capítulo iba a ser el último. No quedó nada en el tintero», cuenta hoy Quique. Ningún episodio completo, en todo caso, pero en el tintero algo bullía. En ese final literalmente abierto, héroes y villanos se ven interrumpidos en su batalla final: quedan suspendidos en caída eterna dentro del limbo de unas inacabadas viñetas. Limbo que conecta el no-final de Caoscomic con el de Esquizópolis, otra extravagante creación que Mazzitelli y Alcatena publicaron en las páginas de la revista Hacha, entre los números 1 y 4 (Mayo a Diciembre del ´96). Y atención, porque acá los senderos confluyen, como una combinación de líneas de un subte fantástico.

Esquizópolis también se superpone con el mundo creado por Eduardo y Quique para Metallum Terra, otra saga serializada en Skorpio (recopilada por Black Cat Studio y Meridiana Comics). Y en el último episodio de Esquizópolis, su protagonista, Jack el Idiota, se enfrenta nada menos que con Marioneta Diabólica, villano de gran importancia en Caoscomic, porque sabe que sus hilos son manejados por autores externos a su realidad. Antes de caer vencido, intenta revelarle a Jack la conexión con el elenco “vecino”, pero la incógnita queda sin resolver. Y la doble página final muestra a Jack como testigo de aquella batalla final en el limbo, como quien espía por una ventana cuántica. ¿Termina acá el asunto? ¡Claro que no!

Entre el Hacha y el Tótem

Como nos contó Quique, es entonces que crea al Dr. Paradox, para ese proyecto post-Hacha que «no pasó de unas reuniones en bares». Y entre aquellos primeros bocetos del nuevo personaje y el debut oficial en Tótem, algunos años depués, aparece en los kioscos la (hasta ahora) única reedición integral de Caoscomic. Es Diciembre del 2000, y con la excusa de una nueva edición del evento Fantabaires, los editores del fanzine Kapop, Roberto Barreiro y Lucas Varela, deciden lanzar una colección de pequeñas revistas llamada Wow!, de la que Caoscomic será el primer y único título. Ampliada con una página introductoria a cargo del Escolar Inquietante, la historieta también incluyó unas planchas de figuritas fotocopiables con el perfil de cada héroe y villano, intercaladas entre episodios y dibujadas por el propio Varela junto a Gustavo Sala.

 

¿El final es en donde partí? La era Tótem/Croma

Llegamos así a 2012, cuando Alcatena y Calvi lanzan la plataforma Tótem Cómics, a la que se suman Paula Andrade, Lea Caballero, Luciano Vecchio, Patricio Oliver y Fiorella Santana. «Es en ese momento en el que se me ocurre traer a Paradox del limbo, volverlo héroe y arrancar con sus aventuras», detalla Quique. Consultado acerca de por qué decidió emprender la “nueva” saga sin Mazzitelli (con quien nunca dejó de colaborar), nos explica: «A Eduardo también le gustaba el género, por haber leído las mismas Novaro que yo en la niñez, si bien no era un fanático extremo del mismo como yo (…) Disfruto mucho colaborar con un guionista, pero de vez en cuando me gusta escribirme mis propias historias. Tal fue el caso de Paradox, y el de Dugong y Manatí. Amo profundamente las historietas de la Silver Age, y fue ese tono el que me salió naturalmente a la hora de desarrollar Paradox, aunque por supuesto con algunas vueltas de tuerca. Y eventualmente se me ocurrió la historia que se desarrolla en el Rascacielos Viviente, y volver a usar los viejos personajes que había creado para Caoscomic. Se merecían una segunda vuelta, creo». Llegamos así al episodio mencionado al comienzo, el que dio origen a esta nota.
Pero la historia no termina acá, por supuesto. Quique no para de crear nuevos personajes increíbles y continúa entregando nuevas páginas de Dr. Paradox, ahora desde la plataforma Croma Cómics, nuevo domicilio de aventuras donde también participan Patricio Oliver, Pedro Mancini, Ignacio Minaverry, Jules Mamone, Pablo Vigo y Manuel Loza. Allí también descolla Dolores Alcatena, talentosa hija del maestro.

En fin, los personajes de Quique siguen cruzándose de una historieta a la otra. Queda claro que tienen vida y voluntad propias. En todo caso, el propósito de esta nota fue llevarte hasta ese Big Bang, aquella historieta cortita cuya onda expansiva sigue proyectándose al infinito y que nos voló la peluca a varios.

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