Ahora que se recopila El Viajero de Gris, aprovechamos para revisitar las obras en conjunto de estos dos próceres de la historieta argentina.

Carlos Trillo + Alberto Breccia

15/05/2023

| Por Andrés Accorsi

4 comentarios

La colaboración entre Carlos Trillo y Alberto Breccia se concentra en pocos años y da como resultado una cantidad de obras no muy numerosa, pero sí muy relevante para entender por un lado el viraje en la carrera del guionista, y por el otro el cambio de paradigma que se produce en la historieta argentina «seria» en la bisagra entre las décadas del ´70 y el ´80.

La primera historieta que Trillo escribe para uno de sus ídolos de la adolescencia es también la primera aparición de Un Tal Daneri, una serie que debuta en el nº3 de la revista Mengano, a fines de 1974. Y es muy importante, porque marca (junto con la creación de El Loco Chávez) es momento en el que Trillo empieza a pensarse a sí mismo como un guionista de historietas profesional. Hasta ese punto, era un creativo publicitario que de vez en cuando escribía historietas. A partir de Daneri y el Loco, será un guionista de historietas que además trabajaba en publicidad. Trillo era jefe de redacción en Mengano, una revista de humor en el estilo de Satiricón que aparece en el ´74 tras la muerte de Juan Domingo Perón y desaparece en 1976, clausurada por la dictadura militar que encabezaba Jorge Videla. En total, Trillo y Breccia realizaron ocho episodios de Un Tal Daneri, pero Mengano llegó a publicar uno sólo, porque el resultaba imposible pagar el precio por página que pedía «el Viejo». Este, por su parte, consiguió un editor europeo (la Milano Libri, hogar de la famosa antología Linus) interesado en la historieta, y así se sostuvo la producción durante siete episodios más, que en Argentina aparecieron en distintas revistas (la efímera Sancho) o libros (el famoso Breccia Negro, de Ediciones Record). Como cada episodio era autoconclusivo, la serie podía terminar en cualquier parte, y así fue.

Trillo recuerda que «no era una serie pensada para tener un final. Eran pequeños episodios con remate. Fue un trabajo muy meditado y respondió a las necesidades de Alberto Breccia». Y si bien «el Viejo» recibió los guiones con entusiasmo, a la hora de ilustrarlos priorizó muchísimo lo que él tenía ganas de dibujar por sobre el relato secuencial que proponía Trillo. Así es como Un Tal Daneri resulta ser una historieta de climas fuertes, ominosos, agobiantes… y tramas que tenían que ver con el honor, la lealtad, el amor y la violencia (porque Daneri era un pesado con «una suerte de moral»), pero que no llegaban ni a desarrollar ni a definir ni al personaje ni a su entorno. Nunca se explicó si Daneri era un detective, un sicario, un policía retirado, o un matón de la Triple A, que surgía también en esa época. Trillo también dijo alguna vez que «en algún momento Alberto se puso a hacer otras cosas para vivir y Daneri pasó al cajón de los recuerdos». Pero hay que desconfiar de la memoria de Carlos, por lo menos cuando hablaba de mediados de los ´70. En una entrevista, por ejemplo, dijo: «El mismo día escribí las primeras tiras de muestra de El Loco Chávez para el diario y el primer guion de Un Tal Daneri». Mientras que en otra aseguró: «Me acuerdo que el mismo día en que Breccia me trajo el primer Daneri, Altuna vino con las primeras pruebas de El Loco».

El siguiente encuentro entre Trillo y Breccia se llamó Nadie y fue una historieta muy accesible, muy aventurera, «de batalla», como le decía el Viejo a las historietas que realizaba en los ´70 sin más pretensiones que las de ganar guita vendiéndolas a tres o cuatro editoriales de distintos países. Publicada en Argentina entre 1976 y 1978 en 14 números de la revista Tit-Bits (Ed. Record), Nadie es un dignísimo producto comercial, una típica aventura de la Guerra Fría, que lamentablemente queda inconclusa y deja varias cosas que no se llegan a resolver. Me gustaron mucho los primeros argumentos, los que son casos vinculados al espionaje internacional en los que Nadie simplemente interviene. Después, la serie muta y se centra en las cosas que le pasan a Nadie, con lo cual Trillo tiene que darle relieve y personalidad al mundo interior de un personaje que -me parece- fue pensado para funcionar mejor como tábula rasa, como deus ex machina sobre el cual, cuanto menos sepamos, mejor. Los diálogos arrancan flojitos, sin esa chispa típica de los diálogos de Trillo, y mejoran con el correr de los episodios. Lo más raro -lógicamente- es ver a Breccia poblar su universo extraño y ominoso con todo aquello que en las historietas más experimentales no hacía: muchísimas escenas de piñas, tiros, persecuciones y explosiones, fondos, paisajes y vehículos perfectamente tomados de referencias fotográficas, onomatopeyas clásicas, etc.

En 1978, Trillo y Breccia empiezan a adaptar cuentos de autores célebres. En blanco y negro, llevan a la historieta La Pata del Mono (de William W. Jacobs), Donde Suben y Bajan las Mareas (de Lord Dunsany) y la mejor de las tres, lejos, La Gallina Degollada (de Horacio Quiroga). Esta última no puede faltar en ningún ranking de las mejores historietas de todos los tiempos basadas en obras literarias. También realizada en 1978 y con un Viejo Breccia jugado como pocas veces a técnicas plásticas experimentales, hay que mencionar la historia corta (12 páginas a todo color) titulada «El Hombre de Azul», que apareció en 1979 en el nº58 de Skorpio, me imagino que para estupor de los lectores de la clásica antología, que no estarían acostumbrados a planteos visuales tan extremos.

¿Hay más historietas de Trillo y Breccia? Sí, claro, pero las dejamos para el próximo lunes.

4 respuestas a «Carlos Trillo + Alberto Breccia»

  1. Andrés Accorsi

    Es que la nota es sobre las obras, no sobre las ediciones. Y si no me equivoco, en la segunda parte se menciona uno de los libros de historias cortas de Breccia que publicó Doedytores.

  2. macumazahn

    Me llama la atención que no se mencionen las ediciones de Doedytores, que publicó una edición en formato álbum europeo de Un Tal Dáneri y que publicó recientemente Nadie con un intento de cierre escrito por Trillo. Es intrigante el uso de Fu Manchú, que ni Marvel ni Alan Moore lo pueden utilizar y acá aparece con esa carita de gato y cuyas novelas (sabemos todos) Breccia había disfrutado en las ediciones de Tor.

  3. pepepe

    Q gracioso te llamas como la rana que tiene de novia a la chanchita rockera. Como una rana coje a una cerda?

  4. rene

    El hombre de azul es magnífica,y la cantidad de páginas también.Toda esa experimentacion es un ejercicio plástico muy personal.

Deja una respuesta

Compartir:

Etiquetas: , ,

Dejanos tus comentarios:

4 comentarios