A fines de 1991, Carlos Trillo y Carlos Meglia crearán a su personaje más icónico: Cybersix, que originalmente se iba a llamar Dark Girl, se empezó a publicar en las revistas de Eura en 1992. La idea del editor era armar un producto del que se pudiera hacer una historieta autoconclusiva semanal de 12 páginas con una buena calidad. "En ese tiempo, Eura todavía tenía precios aceptables para los colaboradores", recordaba Trillo. Pero además, Cybersix suscitó rápidamente el interés de la editorial francesa Vents d´Ouest, que la empezó a editar en libros de gran cantidad de páginas. El éxito se puso del lado de esta nueva creación y para fines del ´92 Eura lanza cuatro libros que recopilan los episodios de 12 páginas, en un formato muy parecido al que había popularizado la editorial Sergio Bonelli, con títulos como Dylan Dog, Martin Mystére o Tex. Las ventas fueron excelentes y Eura le encargó a los Carlos la producción de nuevas novelas gráficas de 96 páginas... con periodicidad mensual. Lo cual, sumado a las 48 páginas de las entregas semanales, daban casi 150 páginas de Cybersix por mes, durante varios años.
Ya para 1993, cuando la serie se empieza a imponer en los semanarios italianos, Trillo empieza a hacer trampa y a dejar muchas puntas irresueltas entre un episodio (supuestamente autoconclusivo) y otro, puntas que cerrarán luego de cuatro o cinco entregas de 12 páginas que componen pequeñas sagas. O sea que pasar a escribir historias de 96 páginas fue un desafío que el veterano guionista estaba más que preparado para afrontar. El tema era llegar en fecha con los dibujos.
Es entonces cuando Meglia amplía brutalmente su plantilla de asistentes y si bien no trabajan todos juntos al mismo tiempo, Cybersix se nutre de un verdadero ejército del dibujantes del que forman parte Enrique Santana, Félix Saborido, Horacio Domingues, Roque Vitacca, Oscar Capristo, Patricia Killian (por entonces esposa de Meglia), Emiliano Parmiggiani, Gustavo Mazali, los hermanos Oscar y Horacio Saavedra, Armando Da Col, Sergio Gadea, Fabián Slongo, Ricardo Vispo y Aníbal Rodríguez Uzal, todos supervisados por Meglia, que plantaba las páginas y diseñaba a los personajes y los principales decorados. En los guiones, Trillo contó con la colaboración de Viviana Centol y Fernando Calvi. "En la Eura -recordaba Trillo- en un momento, por confusión en la numeración, empezaron a aparecer cambiados los nombres de quienes efectivamente habían colaborado en cada número y eso era muy difícil de corregir, porque recibíamos las revistas muchos meses después. Con Meglia nos gustaba pensar que la verdadera cronología fue la que hicimos para Vents d´Ouest, en la que la historia se ve mucho más coherente".
En la edición francesa, Trillo y Meglia pudieron también eludir ciertos cambios que introducía la Eura en los textos, para censurar algunas palabras y modificar algunas situaciones referidas a la sexualidad, o alusiones religiosas. "Me acuerdo que en uno de los capítulos aparecía como personaje Umberto Eco -declaró alguna vez Trillo-. Yo justo estaba en Italia cuando lo estaban por mandar a la imprenta y me dicen que le iban a cambiar el nombre al personaje, que no se iba a llamar Umberto Eco. Ahí pedí una reunión urgente con los jefes y los convencí de que lo dejaran como estaba".
Uno de los trucos a los que recurrían los Carlos fue reutilizar material que ya tenían hecho, e incorporarlo a las novelas gráficas de 96 páginas. Primero prueban con una en la que reaparece Big Bang, y logran injertar 12 páginas de las que Meglia ya había dibujado años antes. Más tarde logran calzar todo El Libro de Gabriel dentro de un episodio más largo de Cybersix. La misma técnica se aplica a otra serie corta de Trillo, dibujada por Horacio Domingues: Grogro, que solo había aparecido en Puertitas, se integra completa al décimo librito de 96 páginas de Cybersix en una hábil maniobra de packaging. Incluso en 1995, en el tomo titulado “Odio, Paura, Dolore”, meten con forceps tres historias cortas de terror, que Trillo había realizado junto a Ricardo Vispo.
La entrada de Eura en el mercado de los libritos mensuales de 96 páginas que había inventado Bonelli no resultó demasiado exitosa, y al tiempo Cybersix empezó a publicarse en forma bimestral. El último tomo (Vol.44) sale en Italia en Febrero de 1999. Años antes, en 1996, Trillo y Meglia habían discontinuado la producción semanal de episodios de 12 páginas, para concentrarse en otro proyecto del que ya vamos a hablar enseguida, y Eura había empezado a republicar en las antologías semanales las historias de 96 páginas, cortadas en fetas.
Hasta acá, todo más o menos bien, hasta que en 1998 estalla la crisis cuando la editorial italiana decide unilateralmente bajar los precios por página que les pagaba a los autores. "Se hizo imposible seguir trabajando", dijo Trillo. Y cuando la Eura amagó con poner la serie en manos de otros colaboradores que aceptaran cobrar menos, los Carlos respondieron con una presentación judicial en la que demostraban claramente que Cybersix era una creación de ellos, no de la editorial. El litigio duró algunos años, pero terminó con un fallo judicial que favoreció a Trillo y Meglia. En esos meses álgidos de batalla entre autores y editorial, se perdió un tomo de 96 páginas (el Vol.45) que llegó a anunciarse, pero nunca se publicó. Tiempo después, la editorial Coniglio relanzó Cybersix en Italia, en una colección de libros que respeta a rajatabla la edición francesa (la que más le gustaba a los autores), pero solo aparecieron ocho tomos.
Cybersix apareció completa en Italia, casi completa en Francia, apenas esbozada en España y muy fragmentada en Argentina. Pasó por Puertitas, por Comiqueando, tuvo varios especiales en formato comic book publicados por el propio Trillo (con los que perdió plata) y cuatro tomos de 200 páginas que recopilaron los primeros episodios de 12 páginas y cuatro novelas gráficas de 96.
(el lunes, la tercera parte)