Nos vamos a 1967 a redescubrir otra gema de aventura histórica y fantástica creada por Osamu Tezuka.

Dororo

10/07/2023

| Por Fede Velasco

5 comentarios

Algo que nos vemos obligados a repetir casi como un mantra cada vez que hablamos sobre Osamu Tezuka, es que el maestro hizo manga de todos los temas y no podía dejar tal cosa afuera… Y entre todos esos temas, obviamente los samuráis no podían ser la excepción. De esta manera y muy posiblemente motivado por el impulso del género que había provocado Shigeru Mizuki a mediados de los ´60, llega Dororo, un manga serializado en las páginas de la revista Shūkan Shōnen Sunday entre 1967 y 1968. Es hora de que el maestro incursione en el yokai, un género muy relacionado con criaturas mitológicas japonesas similares a los demonios.

Dororo, combina a criaturas de la mitología japonesa como aparecían en viejas pinturas, con unos fondos detallados, que eran muy poco frecuentes en las obras más tempranas de Tezuka. Este hibrido entre folklore japonés e historias de fantasmas, marcó un importante precedente que respetarían muchos autores de aventuras de samuráis que vendrían después.

La historia, ambientada en un periodo indeterminado del japon feudal, arranca con Daigo Kagemitsu, un poderoso señor de la guerra, que encuentra como única salida para poder vencer a todos sus enemigos y alzarse victorioso en la guerra, hacer un pacto con los demonios; para esto se dirige a un templo maldito donde habitan 48 estatuas de demonios, que luego de su petición le responden que lo ayudarán si les permite tomar a cada uno de ellos una parte del cuerpo de su hijo que aún no nace. Al poco tiempo, la mujer de Kagemitsu da a luz a un niño que parecía más un monstruo que un bebé, ya que le faltaban 48 partes de su cuerpo. Sin embargo, el bebé estaba vivo. Para evitar que su marido lo asesine, la Reina deja al pequeño en un moisés, en la corriente del río. El bebé es encontrado por un viejo hechicero llamado Honma, que crea de forma artificial las 48 partes del cuerpo que le faltan al pequeño.

Años más tarde, un viajero anciano le regala a Honma una espada llamada Hyakkimaru, para que se la regale al niño crezca, ya que percibe la cantidad de duendes y almas en pena que lo rodean. Tras morir el viejo Honma, el joven mitad humano y mitad artificial es puesto al tanto de su realidad, y asume su identidad como Hyakkimaru al insertar la espada del mismo nombre en su brazo izquierdo. Así asume asi también su destino, el cual debe cumplir al matar a todos los demonios y recuperar las partes de su cuerpo en poder de las criaturas. A lo largo de su viaje conoce a Dororo, una pequeña ladroncita huérfana que se hace pasar por varón. Dororo sigue a Hyakkimaru porque quiere robarle la espada mágica, pero terminan por entablar un lazo amistoso muy fuerte y viviendo grandes aventuras juntos.

Esta serie es de las primeras en sufrir los cambios drásticos en el público, y de las más representativas (quizás junto a Vampires) del periodo de transición que sufre Tezuka, entre un manga más infantil y uno más adulto. En este caso, se evidencia en que desde el título la serie demuestra que el foco estaba puesto en Dororo, el niño protagonista de la historia, ya que es a través de sus ojos que vamos a descubrir a Hyakkimaru. Pero la realidad es que conforme avanza la obra, el samurái creció en popularidad y se comió la serie, lo cual prueba también que el público estaba mucho más permeable a protagonistas adultos, sin la necesidad de meter siempre un pibe en el medio, algo que hasta este momento era una constante en la obra del maestro. Tezuka venía muy embalado, pero se daba cuenta que la historia que quería contar iba a para otro lad: entonces muestra la opresión de los pobres por sus señores y las penurias a los que los sometían, lo cual vuelve a la historia cada vez un poco más oscura y la  aleja de lo que era el shonen tradicional, cosa que le molestaba bastante. Por ende, cuando se le presentó la posibilidad de hacer “Norman”, un manga de ciencia ficción para otro editor, el interés por Dororo fue decayendo hasta el punto donde Shogakukan decidió cancelar la serie, sin que llegara a nada parecido a un final.

Pero en 1969, el maestro tendría revancha con la llegada del animé, y generaría un nuevo interés en los personajes que regresarían al manga, ahora en las páginas de la Adventure King. Por desgracia el interés por la serie animada, (estimamos que por ser en blanco y negro cuando la mayoría de la TV ya era a color), decayó muy rápido y se terminó después de solamente 26 episodios. Esto llevó también a un desinterés por el manga que fue nuevamente cancelado después de tan solo cinco episodios.

Por suerte, esta vez el maestro fue avisado de la cancelación, y si bien el final queda forzado y abierto, la serie llega a algo parecido a una conclusión. Esta se centra en el combate final con Nue, un monstruo que era una combinación de todos los restantes demonios que Tezuka tenía planeados, en su idea original de enfrentar a Hyakkimaru con los 48. Al final del combate, el héroe recupera buena parte de su cuerpo humano y decide abandonar a Dororo para que pueda seguir su propio camino. Este final no lo respetarían ni la serie animada del ´69, ni la película con actores del 2007, que optarían por dejar junta a la pareja protagonista a pesar de conservar el final abierto.

Una nueva serie animada se realizó en el 2019, y con tan sólo 24 episodios, es bastante fiel al manga original. Incluso mantiene el final del mismo, aunque se permite la libertad de mostrar un pequeño epilogo años más tarde, con el reencuentro de ambos personajes. Por suerte, esta serie está disponible en alguna de las famosas plataformas de streaming y se puede ver sin mucha dificultad.

5 respuestas a «Dororo»

  1. Nahuel2017

    Muy buena data lastri! Más mangakas deberían hacer deconstrucciónes seinen de las obras shonen/shojo/ kodomo de Tezuka, siempre garpa a full.

  2. lastiri2004

    Como Pluto de Urasawa, también hubo otro mangaka que se animó a hacer una remake alternativa de esta obra de Tezuka. Se llama Search and destroy del maestro Atsushi Kaneko (un monstruo que merece que se lo reivindique en este lado del charco). Un delirio futurista con tintes a lo Metropolis y violencia a granel hiper estilizada. Hiper recomendado.

  3. fue solo por presupuesto, en esa epoca la television japonesa si bien llevaba muchos años transmitiendo en color, todavia no estaba full en todos los canales, entonces tenia sentido hacerlo en byn. Solo el piloto con el que Tezuka vendio la serie fue a color.

  4. Nahuel2017

    Me resulta rarisimo si fue la segunda* me comí esa palabra por escribir muy rápido

  5. Nahuel2017

    Fede sabes de casualidad si fue una decisión artística hacer el anime del 69 que mencionas en blanco y negro o fue una cuestión de presupuesto? Me resulta si fue la segunda, considerando la popularidad de Tezuka.

    Pero bueno más allá de eso muy buena nota, muy buen manga y muy bueno el anime de 2019, ni idea los otros ni la live Action.

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